Zucchinis del tamaño de una botella de cerveza en barrio La Milka
Un jubilado de nuestra ciudad tiene como pasatiempo la horticultura y se encontró en los últimos días con un regalo de la naturaleza.
"Son unos zucchinis fabulosos", reconoció Raúl López de 69 años, mientras muestra los tres calabacines que cosechó hace unos días en el baldío aledaño a su casa en barrio La Milka.
"Son enormes, de unos 33 centímetros de largo; un tamaño comparable al de una botella de cerveza", explicó asombrado.
Con un color verde intenso, textura carnosa y un peso interesante, estos zucchinis parecen romper con la regla de que la verdura de gran tamaño no tiene buen sabor. "Ya probamos uno y estaba riquísimo, los otros los vamos a cocinar más adelante tipo milanesa", contó López.
Los zucchinis tiene el largo de una botella de cerveza
Un pasatiempo "natural"
Hace cuatro años Raúl se jubiló y encontró en la huerta una forma de pasar el tiempo.En un pequeño patio pequeño de su casa en barrio La Milka comenzó a plantar semillas de tomates cherry y perita; acelga; pimientos; papas y hierbas aromáticas como romero y perejil que con el tiempo le dieron una huerta tentadora y saludable: "Mi patio es chico, uno no puede creer que acá crezcan estas cosas pero en tarros sí se puede", señaló López.
El caso de los zucchinis fue diferente. "Un vecino tiene un terreno baldío al lado de mi casa y lo único que crecen ahí son yuyos. Le pregunté si había alguna posibilidad de plantar semillas de zucchini y me dijo que no había problema", contó Raúl.
A principios de septiembre, el jardinero plantó las semillas y el pasado jueves se llevó la sorpresa más grande: los zucchinis habían crecido en tamaño exponencial, tanto como una botella de cerveza.
El secreto de Raúl reside en la dedicación a las plantas y en el aporte natural que les brinda a las mismas para que den los mejores frutos. Aunque es un secreto del jubilado, lo compartió con los lectores de LA VOZ DE SAN JUSTO: "Estiércol de caballo, lombrices rojas y botellas amarillas pintadas con aceite de cocina para espantar los bichos", aseguró.
Gracias a la huerta, la familia de Raúl visita poco la verdulería. "Disfruto mucho de esto porque me despejo, pero hay que dedicarle mucho tiempo para obtener una buena cosecha", concluyó.