Viaje al interior de Flipper y de la cultura punk local
La banda emblema del género en nuestra ciudad nunca se desarmó, solo dejaron de tocar. La cultura que rodea a la música que abrazaron cambió desde aquel 2005, y hoy creen que "es difícil" hacer lo mismo que en aquella época porque la sociedad y el género cambiaron por completo.
Por
Ivana Acosta
En la pared de la fábrica Miretti hay muchas cosas escritas, pero en la foto de Manuel Ruiz solo resalta la leyenda Flipper, no la película sino el nombre que adoptó una banda de punk en la ciudad hace no tantos años y que, aunque muchos creen desarmada, podría decirse que solo está en un impasse.
Franco Macagno, Pablo Dussin y Matías Daga fueron los primeros en formar el grupo allá por el año 2005, en una época donde no existían en la ciudad bandas de punk y los grupos mayoritariamente se dedicaban al rock. Tampoco existían los cambios sociales que se han ido gestando desde ese entonces que dan cuenta de una sociedad disconforme que busca rearmarse.
El trío en aquel momento tenía ganas de hacer música y así lo hicieron. Lo hacían sencillamente para divertirse y expresarse. Empezaron tocando covers de Nirvana, ícono del grunge, pero después por esas vueltas de la vida aterrizaron en el punk, género que a nivel mundial abrazan bandas como Sex Pistols, The Offspring, y en la Argentina, 2 Minutos o Flema por nombrar algunos.
Con el tiempo, pasaron muchas personas por esa banda pero la identidad fue siempre la misma. Los movía la idea de plantar otra alternativa musical, y se identificaron con el punk porque querían ir corrompiendo todo aquello que se instituye como normal, de "molestar" y "hacer cosas divertidas".
Flipper ... ¿No dejaron de tocar? Franco, y otro de sus últimos integrantes, Luca Frizza, dicen que no; todo lo contrario, solo basta un llamado para que se vuelvan a reunir. Cierto es que cuando se habla de ellos todos recuerdan a la banda que "tocaba para molestar", la que se divertía haciendo un poco de música propia y otro tanto de covers.
En los inicios
A Flipper le pasó igual que al punk que fue quedando fuera de la escena. Como banda se fueron corriendo de los escenarios, del ajetreo de buscar un integrante que reemplace a otro cuando alguien faltaba y un día solo dejaron de juntarse.
Antes de este presente, los integrantes (Franco, Pablo y Matías) de la banda empezaron a tocar allá por 2005. Eran adolescentes y encontraron, no en una pelota sino en los instrumentos, una forma de decir cosas.
"Cuando
nos volcamos a punk y se presentaba como algo distinto. Era diferente la
situación llenábamos la ciudad de afiches para los recitales".
"La formación original estaba compuesta también por (Matías) Daga y (Pablo) Dussin. Lo del bajista fue siempre todo un tema, pasaron varios incluso Luca Frizza que fue uno de los últimos. Un día Daga - el baterista - llegó después de 8 años de tocar y dijo 'no me gusta el punk - ahí buscamos a mini Frizza (Esteban)", contó Franco a LA VOZ DE SAN JUSTO recordando viejos tiempos.
Ese niño que tenía unos 11 años tocó la batería convirtiéndose en un miembro más de Flipper. Su debut fue en un recordado recital en El Pub. Luca, también tuvo un ingreso al grupo estruendoso. Su cumpleaños número 15 lo hizo casi como un bautizo en un recital.
Todos los recuerdos se reavivaron días atrás cuando Luca digitalizó y subió a Youtube un viejo cassette donde filmaron un recital épico. "Yo creo que si existe un momento icónico de mi vida musical, fue esa noche. La vuelta de la banda. Ésta vez con una nueva formación, Franco, Esteban (en su debut en vivo con 10, 11 años) y yo con 15 y los codos todos marcados por el skate", dijo.
El punk cambió
Los años pasaron, y aunque los chicos no cambiaron porque su gusto por el punk sigue estando vigente, la sociedad sí varió en su forma de ver y hacer las cosas. "No sé porque quedamos en la memoria por algo bueno o malo. Era una banda distinta y una época diferente", sostuvo Franco estirado con la mirada lejana en un sillón.
En esa época, cuando eran adolescentes "a los recitales de rock iba la gente que no iba al boliche", pero "hoy se mezcló todo". Y con esa frase se refiere a que no existen segmentaciones sino más bien apariencias y donde antes había originalidad en la actualidad solo se ve simple consumo. "Falta sentido de pertenencia quizás", agregaron los chicos.
"Nosotros sentimos que todo cambió mucho. Cuando empecé a tocar la guitarra - rememoró Franco- me crié musicalmente yendo a recitales de heavy metal como Britannia o Vestigio. No había bandas punk en San Francisco".
De esa necesidad nació Flipper. Para ofrecer algo más y distinto a la vez a quienes no iban al boliche o no les gustaba esa música: "Cuando nos volcamos a punk y se presentaba como algo distinto. Era diferente la situación llenábamos la ciudad de afiches para los recitales".
No hay una razón por la que en el punk cambiaron las cosas, o dejaron de hacerse recitales, tampoco de expresarse con la música las inconformidades.
Pareciera que el consumo le ganó a todo, sin embargo, negándose a ponerse nostálgicos los chicos coincidieron en señalar que "ver las cosas de esta forma también es volverse un poco viejo y sentirse fuera de todo".
Eso sí, el mensaje es claro para las bandas que subsisten, en lo que se transforma casi como una receta para mantenerse activos: "O te adaptás o te quedás afuera".
Identidad punk
Los
ex Flipper - podría decirse - se identificaron con el punk por distintas
razones. Franco, por el gusto de tocar y poder mostrar "la disconformidad con
las cosas" a través de la música y los instrumentos. Mientras que Luca
"escuchaba punk a morir desde los 12 años", pero también conoció al género por
su otra actividad el skate-.
La banda hacía covers de temas exitosos de punk pero también tuvo letras propias que le dieron un sello distintivo. Flipper fue el referente histórico del punk en San Francisco. Tanto así que los chicos afirmaron que "duró alrededor de 10 años hasta el último recital que hicieron".
"En esa época podías decir lo que querías. Hoy no sé si podríamos hacerlo porque cambió. Los trolls éramos nosotros".
Actualmente todo se dice en las redes, y existen movimientos sociales que van marcando caminos de lucha. Todo eso lo conjugaba el punk en aquel momento y quizá por eso hoy perdió algo de su esencia.
En el caso de Flipper Macagno y Frizza puntualizaron: "Cuando hacíamos una canción era contra de algo, como la de 'Los egresados son todos putos'. En esa época podías decir lo que querías. Hoy no sé si podríamos hacerlo porque cambió. Los trolls éramos nosotros".
Ya pasaron muchos años desde que Flipper se formó y también del momento en que Franco escribió "Mi pony de goma" para "quejarse" del regalo que sus papás nunca le compraron. Ese objeto con el que juegan los chicos en sus primeros años, fue la mascota de la banda y daba vueltas del escenario al público - y viceversa - en cada recital.
A lo mejor, quien sabe, en algún momento Franco vuelva a reactivar la banca, los ponys de goma vuelvan a saltar o será que a Flipper y al punk, como dice 2 Minutos, "¿Se los llevaron los de moralidad por haber gritado la verdad?"