Una “amistad comercial”, deudas y aprietes, el combo para una ejecución a traición
En la segunda jornada del juicio por el crimen de Daniel Casermeiro, testigos validaron que Gerardo Gette estaba complicado de dinero y tenía deudas, versión que la defensa desacreditó. La semana próxima se leerán los alegatos y la sentencia.
El juicio por el crimen Daniel Casermeiro (61) continuará el próximo lunes 14 de noviembre desde las 9 con la presentación de más testigos y luego comenzaría la lectura de los alegatos, primero, de la fiscalía en tanto que para el martes siguiente está previsto que alegue la defensa y posteriormente, se conocería la sentencia.
Los testimonios ventilados hoy en la segunda jornada del debate oral, público y con jurados populares en la Cámara Criminal y Correccional de San Francisco, sustentaron la hipótesis que guió la instrucción de la causa: el médico ginecólogo fue asesinado a traición por una cuestión de dinero y el único imputado, Gerardo Gette (60), tenía una deuda con él.
No obstante, la defensa se apoyó en algunas contradicciones que advirtió en los testigos presentados por la acusación para ratificar que "el móvil económico se cayó".
El primero en testificar ayer fue el comisario inspector Diego Rodríguez, que participó de la investigación del caso que llevó adelante el fiscal de Delitos Complejos, Bernardo Alberione. El policía se explayó sobre la prueba aportada por las imágenes de las cámaras de seguridad que, según consideró, cierran el círculo de mentiras de Gette respecto a su primera declaración.
Además, habló de las escuchas telefónicas que a su entender, confirman que Gette le debía dinero a Casermeiro y al no poder devolvérselo, lo ejecutó a sangre fría con un balazo calibre 22 en la nuca, ocultó su automóvil BMW blanco en un campo y armó una coartada.
Con otra ronda de testigos, hoy se desarrolló la segunda jornada del juicio. (Fotos: Manuel Ruiz | LVSJ)
"Te estoy llamando a los dos teléfono, atendeme. Necesito la plata para pagarle la casa a Omar Verra", reveló una escucha del teléfono del acusado. Ese mensaje se lo envío Casermeiro a Gette alrededor de las 8 de la mañana del 19 de diciembre de 2019, día de la desaparición del médico, en el que había pactado un encuentro con Verra para entregarle parte del dinero por la compra de una casa.
El dinero al que hizo mención Rodríguez y que al parecer Casermeiro le reclamaba que se lo devolviera, habría sido usado por Gette para recuperar su camioneta VW Amarok negra que había vendido y que aparece en toda la investigación. El testigo mencionó que el médico también le había prestado dinero a su presunto homicida para comprar un lote.
Otros mensajes, pero del día anterior, demuestran un tono "ofuscado y molesto" de Casermeiro a Gette: "Veo que recuperaste el teléfono. Dame una respuesta para ver cómo me manejo", insistía para encontrase, aparentemente, para saldar la deuda.
El análisis de los dos teléfonos de Gette arrojó que el aparato que más usaba, no fue detectado por ninguna antena desde las 10 de esa día 19 cuando junto a Casermeiro abandonó la zona del Sanatorio Argentino a bordo del BMW del doctor y dejó su camioneta estacionada. Las últimas imágenes los muestran a ambos dirigiéndose a la zona de Luxardo. "Ese teléfono volvió a tener conexión alrededor de las 18.30 o 19", indicó Rodríguez. Y a las 19.41 Gette le envío un audio a Casermeiro hablándole de una mudanza que supuestamente tenía que hacer.
El policía declaró que en un período de seis meses previo al hecho, hubo 223 llamadas entre Casermeiro y Gette. En cuanto al segundo teléfono, dijo que permaneció apagado el día de la desaparición del ginecólogo.
Lo aportado por otro testigo, Guillermo Comba, de María Juana, también validó la conjetura de que Gette no era solo un "presta nombres o un datero" que buscaba las oportunidades de inversión en los negocios de Casermeiro, sino que acudía a la ayuda del médicos cuando él tenía que cerrar una operación.
Comba reconoció tener una amistad con Gette y que había tal confianza entre ellos que en 2013 el acusado llegó a poner un terreno a su nombre ante el temor de perderlo a causa de las deudas que tenía.
Ese lote baldío, presuntamente, era parte de una deuda que otras personas habrían tenido con Gette y para que la pagaran, este último las habría mandado a "apretar" por "los Gallardo", quienes después de unos años, habrían reclamado su parte en el valor de ese terreno por el trabajo encomendado.
Para recuperar ese lote, Gette le habría pedido un préstamo de dinero a Casermeiro.
Gerardo Gette junto a su abogado, Héctor Flores.
Declararon otros amigos
La audiencia siguió con la declaración de otro testigo, Damián Terraf, una persona de confianza de Casermeiro y que conocía de su vínculo con el imputado. "Gette andaba a los manotazos", dijo al responder sobre su situación económica.
Terraf indicó que al médico "le gustaba hacer negocios (autos, casas, departamentos)" y si tenían una deuda con él, "daba millones de posibilidades". Dijo que los negocios "siempre eran legales" por lo que si no le pagaban, "ejecutaba" vía judicial.
Agregó que Casermeiro "era un hombre de palabra", que a él en alguna oportunidad le había prestado dinero y contó además que un día antes de la desaparición, lo notó "medio perdido. Siempre me llamaba o escribía, pero ese día no me dio bola".
También dijo creer que Casermeiro no tenía armas de fuego, es más, "no sabría usarla" si la hubiera tenido.
Luego de un cuarto intermedio, el juicio continuó con la testigo Marisa Macello, amiga de la víctima, en la sala. La mujer expuso que en el último mes antes de su desaparición, "los encuentros y llamadas entre el doctor y Gette eran más frecuentes".
Casermeiro "era un apasionado de hacer negocios, no era una persona fácil de engañar", afirmó.
Manifestó que nunca escuchó discusiones entre ellos y recordó que en una oportunidad, el médico le dijo que Gette llevaría "una máquina de contar dólares o dinero" a un departamento que era propiedad de Casermeiro y ella en ese momento ocupaba.
"Últimamente veía a Daniel pasar de un estado de euforia a la angustia, de depresión", agregó y no descartó que esto estuviera relacionado a gente de la que ella "no tenía buenas referencias" con las que la víctima se vinculaba por negocios.
Pasó a un cuarto intermedio hasta el próximo lunes el juicio oral contra Gette
Gette tenía un arma
Un primo del acusado, Juan José Careglio, que es instructor de tiro, declaró que años atrás -unos dos o tres antes del crimen, no pudo precisar la fecha-, él le dio un arma calibre 22 LR (largo rifle) a Gette, con la condición que la registrara e hiciera todos los trámites correspondientes, lo que finalmente no sucedió.
Describió que era un arma "vieja, deteriorada en la corredera" que había pertenecido a un familiar fallecido. El calibre coincide con el del arma homicida que nunca apareció.
Para la defensa hay "muchas inconsistencias"
Según los investigadores, este fue el disparador del crimen: Gette se encontró de frente a la realidad que no tendría el dinero para pagar la deuda con Casermeiro y a partir de entonces, desató la violencia sin límites contra él.
Para reforzar esa idea, la parte acusatoria acudió a la declaración de otro testigo, Lucas Fenoglio, un agricultor y ex cuñado de Gette, quien refirió a manejos irregulares de parte del imputado durante una sociedad que habían mantenido hasta 2009 relacionada a un emprendimiento familiar de servicio de siembra y cosecha. "La sociedad se rompió porque él hizo cosas que no debía", afirmó Fenoglio, lo que había causado deudas.
Gette "se encargaba más de la parte administrativa y un hermano mío y yo, a lo laboral, al trabajo de campo", explicó.
Por su parte, Héctor Flores, abogado de Gette, cuestionó duramente la línea de investigación de la fiscalía y criticó que se haya centrado únicamente en su cliente y nunca haya buscado otros posibles involucrados en el hecho.
El defensor cruzó a los testigos que este viernes presentó la acusación por "repetir al pie de la letra la investigación de la fiscalía".
"Seguimos sosteniendo que Gette no tenía ningún problema económico grave. No era millonario o no tenía el buen pasar de Casermeiro, pero en su momento, y es de público conocimiento, se sabía que llevaba negocios. Que digan que debía plata pero que la pudo devolver, demuestra que tenía cierto dinero", agregó Flores.
"Ese móvil que quieren sostener ya se cayó a pedazos. No hay un testigo que pueda afirmar que entre Gette y Casermeiro haya existido una disputa por motivos económicos. Son muchas las inconsistencias y la parte acusatoria quiere tomarlas para el lado que le conviene", concluyó el abogado.
Gette está imputado por homicidio calificado (por usar arma de fuego y por la alevosía). De no cambiar la imputación, en caso de condena, le cabría una sola pena: prisión perpetua.