Un cielo lleno de antenas
Cuando llegó la televisión a la ciudad no había cable, así que la gente luchaba para "acertar" hacia donde orientar sus antenas en los techos de las casas para ver; 30 años después siguen ahí arriba de las casas.
Por Ivana Acosta
Todos los que forman parte de la generación conocida como "baby boomers" seguramente recuerdan que la televisión no fue siempre un bien de consumo popular, sino que ver tele era toda una historia en la que toda la familia se veía involucrada.
Este grupo de personas nació cuando empezó la Guerra Fría y detrás de las esquirlas de la Segunda Guerra Mundial. Así que cuando ya eran adolescentes casi o niños en plena infancia vieron "nacer la televisión en sus casas".
El paquete para poder ver incluía una antena instalada en lo alto y las "orejas de conejo" encima del televisor para poder sintonizar los canales de aire que se podían enganchar, porque a decir verdad tampoco había tantos.
Hoy la televisión por cable, satelital, las plataformas de streaming han reemplazado ese concepto de televisión y cambiaron los consumos culturales de la gente pero en los techos de muchas casas sigue estando ese viejo pedestal.
Esto sucede porque a veces el casco histórico de un lugar, esa protección cultural y atemporal que se mantiene en las comunidades puede estar en el centro donde todo el mundo pasa.
Los techos de estos barrios suburbanos que se formaron hace más de cuatro décadas cuyas casas cuentan con al menos ese promedio de tiempo de edificadas, tienen en su mayoría estos armatostes en común.
A veces las historias están fuera de ese pequeño submundo céntrico y hay que meterse a los barrios en los suburbios para hallarlas. Incluso en algunas ocasiones se tiene que mirar al cielo para encontrarlas.
Tecnología vintage
Las antenas de televisión fueron un ícono de la segunda mitad del siglo XX y llegaron a ser la tecnología del momento. Hoy para muchos tienen valor histórico y para quienes consiguen una más moderna se transforma en una herramienta de ahorro.
Esos armazones un poco de hierro, otro tanto de metal fueron populares en toda la ciudad hace tres décadas porque era un tiempo donde la televisión apenas asomaba en San Francisco y el servicio de cable no se había popularizado.
Quienes podían comprarse un tele y tenían colocada la antena lograron sintonizar por primera vez el canal 13 de Santa Fe en los años '60. Pero a diferencia la señal no era tan buena ni había tantos programas.
La mayoría de la gente tenía un televisor casi nuevo, la antena lista y cuando llegaba la hora de algún programa popular era todo un tema enganchar la señal, sin embargo, por un rato todos se sentaban frente a la "caja boba" para aprovechar lo que había.
Los primeros canales
Eran tiempos donde los negocios exhibían en sus vidrieras los televisores porque la magia de la tele había llegado.
Si bien el primer canal que pudo sintonizarse siendo una gran hazaña para quienes lo atestiguaron fue el 13 de Santa Fe, poco tiempo después alrededor de 1976 también se podía sintonizar con las antenas el Canal 10 de Córdoba.
Para la década del '80 los techos de las casas tenían una o dos antenas mirando hacia Santa Fe en muchos casos y otro tanto para Córdoba para así sintonizar las señales.
Así estos artefactos lograron masividad y adentro de las casas al tele no le faltaban las "orejas de conejo" que se movían para buscar más nitidez en la imagen y que no se vea con lluvia.
Los años les dieron la razón a todos e incluso llegó a haber antenas comunitarias y sintonizar los canales de la ciudad de Rosario, Santa Fe y Córdoba.
Celeste y metal
Las antenas comenzaron a dejar de usarse cuando morían los '80 y empezaba la década del '90 porque llegaron los cableoperadores y el servicio de televisión pasó a ser otro.
Para el que no le alcanzaba para pagar el abono siempre la antena fue una buena aliada hasta que el avance de la tecnología cambió todo. Hoy a esos armazones solo les queda su estructura porque el uso decayó hasta casi quedar en desuso.
En el mundo se da una contracorriente y se siguen fabricando - también en la Argentina y por internet - antenas modernas para tomar las señales de aire.
Esto se da porque hay personas que casi no ven televisión o prefieren no pagar el servicio de cable o satelital, aunque el sistema les tiende una pequeña trampa ya que por ejemplo los deportes tienen contratos de exclusividad con señales que no son abiertas.
Hubo una época en que cada casa tenía - más grande o modesta - su propia antena y las ondas iban todas hacia ellas. Fue un tiempo que parece lejano donde todos gritaban "¡Ahí está!" cuando la señal se veía nítida y donde el color celeste del cielo se mezclaba con el metal.