Un acto de justicia
Un diputado formoseño presentó un proyecto de ley que contempla la indemnización para familiares de los soldados fallecidos durante el ataque del grupo guerrillero Montoneros al cuartel del Ejército de Las Lomitas, en 1975. La memoria frágil, el discurso oblicuo y las acciones interesadas determinaron que los parientes de los soldados muertos sean segregados y discriminados.
Un diputado formoseño presentó un proyecto de ley que contempla la
indemnización para los familiares de los soldados fallecidos durante el ataque
del grupo guerrillero Montoneros al cuartel del Ejército de Las Lomitas,
ocurrido el 5 de octubre de 1975, cuando las instituciones democráticas estaban
en vigencia y gobernaba María Estela Martínez de Perón.
Según se ha informado, el presidente de la Nación habría decidido dar respaldo a esta iniciativa por la cual los parientes de los diez soldados cobrarán una indemnización igual a la que ya cobraron los herederos de los doce guerrilleros que murieron durante un combate que duró treinta minutos, en el punto culminante de un espectacular ataque, bautizado por los propios guerrilleros como "Operación Primicia".
Se trata de un verdadero acto de justicia. El ataque ocurrió en pleno gobierno constitucional, por más condiciones difíciles que se estuviesen atravesando en aquel momento. Ya la violencia esgrimida por el grupo Montoneros contra ese cuartel fue propia del accionar criminal de una facción ideologizada que sembró muerte en el país. Y aportó su semilla para que se viviera una de las épocas más tétricas de la historia nacional cuando se instaló el régimen militar.
El domingo 5 de octubre de 1975, los guerrilleros atacaron el Regimiento 29 del Ejército. Pensaron, quizás, que iba a ser un trámite el combate. Porque era domingo y porque solo había pocos oficiales, suboficiales y conscriptos. Sin embargo, se encontraron con una tenaz resistencia que determinó un baño de sangre. Un sargento fue abatido cuando por radio daba la novedad. Otros cinco conscriptos fueron fusilados mientras dormían. Un oficial fue muerto por el soldado que traicionó a sus compañeros y habilitó el paso de los guerrilleros. Y otros 4 jóvenes que cumplían con el servicio militar también perdieron la vida, así como tres civiles que nada tenían que ver con el ataque. La "operación Primicia" es recordada en nuestra región porque el avión en el que escaparon, un Boeing 737 de Aerolíneas Argentinas que habían secuestrado, terminó aterrizando en un campo de la localidad de Angélica y durante mucho tiempo estuvo allí varado.
El proyecto presentado viene a reparar una evidente injusticia que el discurso ideológico y sesgado escondió, con éxito, durante más de 4 décadas. Los soldados formoseños que murieron cumplían con lo que la ley ordenaba en su momento y estaban sirviendo a la patria, tal como lo hicieron varias generaciones de argentinos con el servicio militar obligatorio. Fueron asesinados por guerrilleros que atacaron un cuartel en plena democracia pero que son considerados hoy víctimas del terrorismo de Estado.
La memoria frágil, el discurso oblicuo y las acciones interesadas determinaron que los parientes de los soldados muertos sean segregados y discriminados. Este proyecto viene a colocar algo de justicia en una situación emblemática de aquellos años de sangre que, increíblemente, retornan al presente cada tanto para demostrar que su evocación no siempre ha sido equilibrada.