“Tenés que aprender de todo porque si no te convertís en víctima de la justicia”
El dolor de Hugo Emilio Capacio está en sus ojos, la fortaleza la obtuvo a partir de transformar en lucha el sufrimiento por la violenta pérdida de su hija Dayana en 2012.
El dolor de Hugo Emilio Capacio está en sus ojos, la fortaleza la obtuvo a partir de transformar en lucha el sufrimiento por la violenta pérdida de su hija Dayana en 2012.
La adolescente que tenía 17 años y era sanfrancisqueña pero residía en Rosario, fue víctima de un femicidio cuando esa palabra ni siquiera se usaba.
¿Pero qué sucede después de esto? ¿Cómo seguir adelante? Hugo tenía dos opciones "quedarse en una cama y hundirme en la depresión" o "salir a ayudar a otras víctimas".
La vida siguió para él. Aunque Maximiliano Tesone fue hallado culpable del crimen por la justicia santafesina, no lo deja en paz. Aun estando en la cárcel, casi se lo lleva a la tumba cuando le contó las macabras circunstancias en que ultimó a Dayana, provocándole un infarto.
Días pasados, Capacio volvió a San Francisco y dialogó con LA VOZ DE SAN JUSTO sobre el "antes y el después" de este hecho. Hugo contó de su propia voz lo que sucede con la familia, el femicida y esa tensa historia que sigue adelante aunque el autor del crimen esté detrás de las rejas.
Antes, con Dayana
Dayana tenía 17 años, era - según describió su padre - "una chica alegre que no tenía maldad, era pura picardía". Estudiaba, trabajaba y era la segunda de tres hermanos que siempre la van a extrañar igual que sus padres.
Como toda chica de su edad empezó una relación amorosa. Su nombre: Maximiliano Tesone que en aquel momento tenía 21 años.
Hugo, comentó que desde afuera y con la familia "era un muchacho que parecía buenito", pero cuando se quedaba con Dayana se convertía en otra persona y "se descargaba con ella". Un mes y medio después que se terminó la relación decidió ultimarla de manera cruenta e intentar hacer desaparecer su cuerpo al que le asestó diez puñaladas y dos balazos.
Su papá todavía guarda el último mensaje que recibió en mayo de 2012, al igual que la alegría en su rostro, el beso y los mates que tomaban diariamente, los que tampoco se le van a olvidar nunca.
"Yo empecé a notar que su carácter cambió, no se despegaba de su celular, incluso estando conmigo él estaba del otro lado escuchando. Tenía el control de mi hija tanto en lo emocional como en lo físico", detalló el hombre con ojos claros pero una tristeza grande por detrás.
Capacio cuenta que Dayana "intentó apaciguar las cosas y que no se dieran cuenta", hasta que un día dijo "basta" y dejó a Tesone. Lejos de dejarla ir, el joven de 21 años la siguió hostigando sin entender que todo terminó. Ella, cuenta su padre, "volvió a ser la de siempre" y recuperar la personalidad que tenía antes de conocerlo.
El después, sin Dayana
A pesar de haber retomado su vida, en los primeros días de mayo de 2012 Dayana salió de su casa y nunca más volvió. "Recorrimos hospitales, la morgue, fuimos a la Policía", dijo Hugo, pero ella no aparecía.
Para ella era tarde, porque Tesone la llevó en un auto a un monte, a 25 kilómetros de Rosario donde vivía. La asesinó de dos balazos - con un revólver - y diez puñaladas. No obstante, intentó quemar su cuerpo.
Dayana fue encontrada días después por un cazador que sin celular fue caminando hasta la comisaría de General Lagos y denunció el hecho. La Policía encontró merodeando la escena del crimen a Tesone.
Ahí empezó otra historia para Hugo y su familia. Una en la que buscaban justicia, cuando Santa Fe todavía tenía un sistema antiguo y engorroso, como si las penas no fueran muchas ya para los Capacio.
Ezequiel fue condenado a 23 años por homicidio, cumple su condena desde entonces en la cárcel de Coronda, pero no le fue suficiente terminar con la vida de Dayana, también persigue a su familia.
"Desde allá, porque tiene televisión, Internet, trabaja en una radio y acceso a las redes sociales y un celular me mandó un WhatsApp para contarme como mató a mi hija", expresó acongojado Hugo. La consecuencia de eso las siente todavía porque sufrió un infarto en ese momento.
Capacio no se opone a que los criminales reinicien su vida, pero "que no jodan la suya". Sin embargo, para los victimarios muchas veces esto no es así: "Como mi Facebook es abierto porque ayudamos a otras chicas que sufren violencia, Tesone crea perfiles falsos y se hace amigo de personas que yo tengo".
"A las chicas les miente porque dice y usa nombres falsos, que no mató a nadie, como les pide fotos después las extorsiona", sostuvo.
A Tesone - como sucedió con Carolina Aló que fue asesinada hace 22 años por Fabián Tablado de 113 puñaladas - no le alcanzó con "quitarle la vida a Dayana".
Hugo, a lo largo de este tiempo lo siguió involuntariamente de cerca, porque necesitaba darle justicia a la memoria de su hija: "Tenés que aprender a hacer de todo porque no sólo te convertís en víctima del asesino, sino también de la justicia. Yo investigué dos años hasta que lo condenaron en un juicio y eso que tenía todas las evidencias en contra".
"Tenemos leyes y están bien hechas pero la justicia y los jueces tienen que hacerlas valer", concluyó Hugo quien mientras tanto sigue luchando para evitar que haya más Dayanas víctimas de un criminal violento, porque aunque parezca irónico, los femicidas no descansan.