Tarjetas navideñas, un clásico extinto que marcó una época
Antes de los stickers y emojis, las personas enviaban sus buenos deseos para la Navidad a través de postales, éstas nacieron en 1843 en Inglaterra. En algunas predominaba la temática religiosa, otras tenían la identidad de los festejos en el extranjero pero el sentimiento siempre fue el mismo: mantener intacto el espíritu de las fiestas.
Por Ivana Acosta
Hace 175 años, un personaje desconocido para muchos dentro de la historia cultural llamado Henry Cole quiso enviar un saludo por la Navidad y el Año Nuevo. Sin dotes para el dibujo, le encargó al pintor John Calcott Horsley que le hiciera un retrato de una escena típica de aquella época.
Quien diría que muchos años después esa actitud -nacida en Inglaterra- se propagaría en cientos de hogares alrededor del mundo como una forma de saludo pero también como una postal auténtica llena de buenos deseos.
En el Archivo Gráfico y Museo Histórico de la Ciudad (AGM) muchos sanfrancisqueños dejaron postales navideñas que tenían en sus casas para recuerdo de una acción que está extinta.
Muchos tienen el pesebre en frente por la importancia religiosa que tiene la fecha. Después se popularizó el árbol navideño como símbolo de las casas donde el espíritu de las fiestas vive.
Era una época donde lo estético no tenía tanto valor, pero sí representaba una idea muy concreta de amor y felicidad en la Navidad.
La primera tarjeta navideña surgió en 1843 en Inglaterra y fue pintada por John Calcott Horsley.
Transformación tecnológica
Con la tecnología estas cosas fueron desapareciendo, es posible recordar antes del gran crecimiento de la web 2.0 que era común recibir en el e - mail un mensaje con una tarjeta animada. Luces y colores estridentes daban vida como cual GIF a ese mail que llegaba por internet y que con el tiempo terminaba en la papelera.
Con las tarjetas de papel no pasó lo mismo, la gente las guardaba en cajas porque tenía de puño y letra los deseos de un familiar a otro, de un amigo que se había ido lejos, de un amor al que querían expresarle todos los sentimientos y apelar al "milagro navideño".
En casa todavía se guarda una pequeña caja llena de tarjetas pequeñas y delicadas, un poco amarillentas con el tamaño de una estampita, recordando al niño Jesús nacido en Belén con un pesebre improvisado junto a sus padres María y José. Sin embargo, mi preferida siempre fue una que señalaba el cielo y las estrellas fugaces, como síntesis perfecta de quien eleva los deseos, alza una copa o derrama una lágrima en fechas donde falta alguien en la mesa.
La cultura extranjera también estaba presente en algunas tarjetas navideñas (Gentileza AGM)
Lógica navideña
Más allá del tiempo, las tarjetas tenían una especie de impronta común, según de donde vinieran y la época se podía apreciar que algunas tenían estilo de navidades de otros lados donde la nieve y el frío predominan pero todo el mundo entendía qué simbolizaban.
Ahora, conforme más aplicaciones desarrollaron las personas más efímeros son los mensajes, tanto que hasta se reemplazan con GIF, pequeños videos, emojis y también stickers. Esta generación recurrirá a una "nube" de datos para encontrar aquel saludo de Navidad que se perdió en un chat de WhatsApp, pero gracias a las costumbres de antes y lugares como el AGM los saludos de abuelos, padres, amigos de hace muchos años seguirán siempre vivos.
El nacimiento del niño Jesús y la cultura religiosa también predominaron en las ilustraciones de las postales (Gentileza AGM).