Tadeo Henot, un peluquero popular
Un merendero es un lugar donde se da un plato de comida, se aprenden cosas, quizá se inicia una huerta o ayudan con los deberes. Pero también puede ser el espacio donde se corta el pelo a quienes quieren pero no pueden.
Tadeo Henot aprendió a cortar el pelo mirando tutoriales en Youtube. La historia no tiene nada raro, no hasta que un inspector le colocó una infracción por no usar el casco mientras conducía su moto.
Ahí es donde empieza la historia de este chico de 19 años que primero para cumplir, pero después por opción, les corta el pelo a los chicos en los merenderos de la ciudad. Su relato da cuenta de un antes y un después. Hoy Tadeo cambió la forma de ver las cosas.
Es un adolescente que incorporó valores a su vida y que ahora mientras sigue cortando el pelo contó aLA VOZ DE SAN JUSTO cómo llegó a comprometerse con los pibes que quieren tener un buen corte pero no pueden muchas veces pagarlo.
"Empecé en el 2016 cuando me sacaron la moto. El primer merendero al que fui era 'Milkeñitos de Corazón' en barrio La Milka", contó el adolescente que cursa 7º año en el Ipea Nº 222 de nuestra ciudad.
La vida cambió desde entonces para este chico porque "ahí se ve otra realidad". Primero lo hizo por obligación para cumplir con la sanción impuesta por el municipio, pero nunca pensó que ese escarmiento le permitiría descubrir un mundo nuevo:
"Aprendí muchas cosas de ellos y la tarea que realizan. A veces me quedaba jugando con los chicos y haciendo cosas con ellos que están muy buenas", indicó.
Seguir ayudando
En el mismo año - 2016 - Tadeo empezó a incursionar en el mundo de la peluquería. Su curiosidad fue contestada en internet donde viendo videos adquirió técnicas para cortar el pelo.
"Después que cumplí las horas seguí ayudando y ahí me llegó la propuesta de Lorena Benedetto de cortar el pelo en el merendero", así fue que de a poco se hizo un habitué del merendero que las mujeres tienen en barrio Roque Sáenz Peña, "Ayudando a crecer".
"Al principio cortaba con la máquina de un amigo hasta que mi mamá me compró una. Ahora lo hago con los chicos, mis familiares y amigos", agregó. Después llegaron más desafíos como sacarles una sonrisa a los chicos de los merenderos mientras les hacía un corte que de otra manera, por distintas circunstancias, no podrían pagar.
En la actualidad sigue haciendo esta labor en la cual no pierde tiempo sino que lo invierte en solidaridad. "Voy dos veces por mes, o cuando Lorena me dice que tienen el pelo largo yo voy a cortar. De todas maneras, voy a ayudar y estar con los chicos junto con mi grupo de amigos que también van", explicó Tadeo.
Antes y después
Llegar al merendero cambió la forma en que Tadeo ve las cosas. La solidaridad le cambió la perspectiva de vida. Cuando corta el pelo no está callado, mira donde pasa la máquina pero en realidad también en lo profundo del alma de los chicos.
"Siempre charlo con ellos, la paso bien porque no es que vas y le cortás, sino que me voy relacionando con ellos y los escucho", aclaró.
Antes de esto había otro adolescente. Otro Tadeo uno que no se había involucrado en nada. "En este tiempo creo que lo que más cambie fue la personalidad. Antes jodía con cosas que ahora tomó en serio porque ahí aprendés a valorar las cosas, e incorporás valores", reflexionó.
El año que viene Tadeo se va a Esperanza en busca de un sueño de ser dentro de poco tiempo ingeniero Agrónomo, pero "a la vuelta y cuando pueda siempre seguirá yendo a los merenderos" a hacer lo que sabe: ser solidario cortando el pelo.