Responsabilidad y discernimiento
En las redes sociales se vierten todo tipo de opiniones, muchas de las cuales no serían nunca pronunciadas en otro contexto, existen manifestaciones de odio y de venganza, así como descargas racistas, xenófobas y violentas.
Una de las últimas exhortaciones
apostólicas del Papa Francisco se titula "Gaudete et Exsultate''
("Alégrense y regocíjense"). Allí, el Pontífice trata varios temas
relacionados con la vida cotidiana, en especial el referido a cómo se está
desvirtuando la utilización de los modernos instrumentos de comunicación.
En efecto, el Papa Bergoglio señala que "el consumo de información superficial y las formas de comunicación rápida y virtual pueden ser un factor de atontamiento que se lleva todo nuestro tiempo y nos aleja de la carne sufriente de los hermanos''. Hace énfasis en que en las redes sociales se vierten todo tipo de opiniones, muchas de las cuales no serían nunca pronunciadas en otro contexto, existen manifestaciones de odio y de venganza, así como descargas racistas, xenófobas y violentas. Al mismo tiempo, reclama la necesidad imperiosa de que el hábito del discernimiento se haga notorio en la vida social.
Más allá de las implicancias religiosas estrictas del mensaje papal, resulta factible vincular este pensamiento con la explosión del fenómeno de las noticias falsas que pululan por los dispositivos digitales en todo el mundo. En la era de la posverdad, ésa en la que la verdad no necesariamente se ajusta a los hechos acontecidos sino a las emociones que despiertan esos sucesos en las personas, las palabras del Papa colocan el alerta.
Por un lado, porque las expresiones de odio y violentas son el correlato de la interpretación interesada de la realidad. Por el otro, porque la velocidad de los cambios tecnológicos y culturales impide el ejercicio del discernimiento que permita establecer con claridad la distinción entre lo verdadero y lo falaz, muchas veces escondido en relatos que solo intentan manipular conciencias.
En muchos países se está intentando reflexionar sobre estos fenómenos. En España, una iniciativa de modificación de la ley de Protección de Datos Personales, propone que las redes sociales y demás plataformas digitales eliminen contenidos que "atenten contra el derecho constitucional a comunicar o recibir libremente información veraz". El problema es que ninguna plataforma o red social está en condiciones de hacer esto. Se demuestra esto fácilmente al analizar los escándalos surgidos por las filtraciones de datos de usuarios de las más poderosas redes.
Las noticias falsas y los mensajes de odio se difunden rápidamente, sin que ninguna de las grandes corporaciones que ofrecen servicios en Internet puedan detenerlas, al menos hasta el momento. Entonces, ante este marco complejo, la responsabilidad de cada usuario y el hábito del discernimiento reclamados por el Papa asoman como los antídotos para subsanar, al menos en parte, los desvíos que el uso antiético de la tecnología está generando.