¿Por qué llueve en algunos barrios y en otros no?
El domingo, la cancha de Sportivo Belgrano fue testigo de una tormenta de verano con lluvia y hasta arcoíris. Mientras que en otros barrios, apenas se registró una garua o nada.
La tormenta del domingo pasado por la tarde tuvo -como ya ocurrió en otras oportunidades- una particularidad: en algunos barrios hubo lluvia y granizo mientras que en otros, apenas una leve garua o nada de agua.
El curioso fenómeno se produce gracias a las lluvias de nubes convectivas que son típicas en esta época del año.
Fernando Aponte Albri, responsable de la Estación Meteorológica que funciona en la Facultad Regional San Francisco de la UTN, explicó que "en nuestra zona existen dos tipos de lluvia. Una es la normal, la que ocurre en primavera, en verano y parte del otoño que son lluvias convectivas. Las otras, son del tipo estratiformes, que son en las que llueve menos cantidad pero de manera pareja".
En el caso de las convectivas, "la tierra se calienta más en unas zonas que en otras y transmite el calor a la masa de aire que tiene encima. Esta masa de aire comienza a elevarse como una burbuja porque está más caliente y es más ligera y, al ascender, se enfría; si hay humedad, se forma una nube, comienza la condensación y llueve".
De esta manera, "el aire sube en algunos sectores, en otros baja, entonces hay lugares donde la nube provoca grandes chaparrones en cortos períodos de tiempo, pero hay otros donde la estela de lluvia puede ser de menor volumen", asevera el especialista.
"En sí, toda la dinámica depende de cómo se forme esta nube convectiva. Cada nube es un hecho particular para analizar".
Sobre el granizo y la presencia - o no- en algunos sectores de la ciudad, Aponte manifestó que "con el granizo va a ser más dispar aún la presencia o no porque la zona que abarca este fenómeno es aún más pequeño que la lluvia. Hay franjas donde puede caer granizo a medida que la nube avanza y en lugares cercanos no suceder nada; inclusive puede variar el tamaño del granizo".
Derribando mitos
Respecto a estos fenómenos que pueden resultar curiosos para la población, el meteorólogo aclaró que: "Es totalmente normal y va a seguir ocurriendo. Esto se puede corroborar cuando uno va viajando en la ruta y ve que en algunos sectores llueve y tal vez, donde uno está, no. También lo notamos cuando la nube se acerca donde estamos, todavía no llegó la lluvia pero en otros sectores sí pero el agua va avanzando".
Otro detalle a tener en cuenta es cómo se miden los milímetros caídos . "Hay formas técnicas para hacerlo y si no se hace de la misma manera en todos los lugares, es imposible comparar. Cuando uno escucha: ´En el centro llovió tantos milímetros y en otro sector llovió menos, lo primero que me pregunto es: ¿cómo lo midieron? Porque hay técnicas reglamentadas a nivel internacional para medir la lluvia. Muchas veces depende de las apreciaciones personales, y no es así".
Otro de los mitos que derrumbó Aponte es que "los suelos y la zona no son variantes de milimetraje de lluvia. En una ciudad como la nuestra -con 8.400 hectáreas de ejido urbano- ubicada en el llano, sin grandes variaciones de altura, no tiene ninguna influencia".
"También hay sectores de la ciudad donde se acumula más cantidad de agua que otras y eso puede hacer pensar a la gente que llovió más en algún barrio. Pero en realidad, esto tiene que ver en cómo está construida la ciudad y a medida que fue avanzando, la diferencia de algunas altitudes, hacen que parezca que hay más agua en alguna zona. La acumulación de agua tampoco es una variante".