Por los robos de placas, la ciudad ya reemplaza el bronce
La medida surge como respuesta a un fenómeno delictivo ya clásico: el robo de todo lo que tenga metal. Se adueñan de las piezas para luego vender el material. El bronce es "oro" para los ladrones del patrimonio. Se cotiza a 120 pesos el kilo, pero como muchos compradores saben que son objetos robados, ofrecen menos.
El robo de placas de bronce se ha convertido en el último tiempo en una repudiable costumbre que atenta especialmente contra los espacios públicos de San Francisco, donde se observa con mayor frecuencia la faltante de placas y elementos ornamentales de este metal del que se apropian vándalos que no suelen ser identificados, para venderlo como chatarra.
Ellos no ven monumentos, ni rasgos
identidad e historia. Para ellos, las piezas de bronce solo significan los
pesos que pueden sacar por cada kilo que
vendan tras la fundición del metal en el mercado negro, donde funden también una
parte de la historia sanfrancisqueña.
Para evitar que se sigan robando placas de bronce, desde
hace un tiempo, el municipio decidió que las futuras placas que ilustren los
monumentos de San Francisco sean de mármol, granito o fibra de vidrio, en
algunos casos, con un símil bronce.
Un ejemplo de esta modalidad delictiva es el muro de recordatorio en Plaza Italia, en el Centro Cívico, que fue literalmente arrasado por estos ladrones del patrimonio.
A pocos metros de allí, en la Plazoleta 9 de Julio, también se observa claramente la faltante de placas recordatorias que oportunamente habían colocado autoridades municipales.
Lo mismo ocurrió en el Jardín Botánico donde sustrajeron una placa de bronce que conmemoraba el centenario de la ciudad. La colocación de esa placa data de 1986, en oportunidad de la visita que realizara a nuestra ciudad el entonces presidente de la nación, Raúl Ricardo Alfonsín, acompañado por el entonces gobernador de la provincia, Eduardo César Angeloz quienes junto al intendente Juan Ricardo Cornaglia testimoniaban con ese recuerdo el cumpleaños número 100 de San Francisco.
El bronce se cotiza a 120 pesos el kilo, pero como muchos compradores saben que son objetos robados, ofrecen menos. Lo funden enseguida, lo transforman en barras y lo venden al mercado.
Estos son algunos de los numerosos ejemplos de casos donde el accionar vandálico produce estas lamentables perdidas porque, más allá del valor material, estas placas poseen un significado patrimonial por lo que representan cada una de ellas como un pedazo de la historia local.
Para evitar que se sigan robando placas de bronce, desde hace un tiempo, el municipio decidió que las futuras placas que ilustren los monumentos de la ciudad sean de mármol, granito o fibra de vidrio, en algunos casos, con un símil bronce.
Lo venden
Sin duda alguna que el destino final de estos elementos de bronce robados tiene que ver con la posibilidad de venderlos en fundiciones con el objetivo de sacar un rédito económico.
De acuerdo a lo que arrojaron algunas consultas realizadas, el kilo de bronce en nuestra ciudad se comercializa a un promedio de 120 pesos y son las fundiciones los lugares más buscados para intentar reducir estos elementos. Aunque se suele pagar bastante menos porque los reducidores saben que es robado.
Las placas que decoran los monumentos sanfrancisqueños, pesan en su mayoría entre uno y tres kilos, lo que lleva a pensar que difícilmente se pueda sacar más de 360 pesos por cada una de ellas.
Sin denuncias
La comisión de estos robos no encuentra un correlato en las denuncias policiales. Por tratarse de la sustracción de elementos que en su gran mayoría se encuentran en espacios públicos, es muy difícil que esto se traduzca en pedidos de intervención de la Justicia para que la misma investigue y encuentre a los responsables.
Desde la Unidad Judicial confirmaron a LA VOZ DE SAN JUSTO que "no hemos recibido denuncias" por el robo de placas de bronce "ni por parte de particulares como tampoco por parte del Estado".