Pobre Venezuela
El reclamo del pueblo venezolano no sorprende. Estoicamente ha padecido el hambre, la falta de medicamentos y las restricciones económicas de todo tipo. Tampoco llama la atención el principal reclamo expresado por los millones de manifestantes: libertad.
Las masivas marchas concretadas el pasado 23 de enero en todas las ciudades de Venezuela contra el régimen chavista dejaron patentizada la disconformidad social frente a la angustiante realidad que se vive en el hermano país. La decisión del presidente de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó de jurar como presidente interino ante una multitud en Caracas le imprimió más incertidumbre aún al futuro institucional de una nación que sigue hundiéndose.
No es un dato menor el importante reconocimiento internacional obtenido por el joven dirigente que se puso al hombro la oposición contra un gobierno que ignoró todas las disposiciones constitucionales luego de que se aprobara en 2017 un referéndum revocatorio previsto en el texto de la Carta Magna diseñada por Hugo Chávez. Este apoyo permite certificar que la lucha ideológica persiste en el planeta, aunque la división tradicional entre izquierda y derecha parece difuminarse en medio de un bosque de intereses cruzados, ambiciones de poder y combates comerciales y financieros.
El reclamo del pueblo venezolano no sorprende. Estoicamente ha padecido el hambre, la falta de medicamentos y las restricciones económicas de todo tipo. Tampoco llama la atención el principal reclamo expresado por los millones de manifestantes: libertad. Un concepto que hoy en el país caribeño es pieza de museo, pero que siempre ha sido el generador de los combates sociales contra regímenes totalitarios como el de Caracas.
En este contexto, hace pocos días, en esta columna se reflexionó sobre la falta de legitimidad del quien hoy habita en el palacio de Miraflores. Se afirmó que Maduro, "desde su designación como candidato, tras la muerte de Hugo Chávez, todo su recorrido ha estado marcado por sistemáticas y descaradas violaciones de la Constitución. Como han repetido algunos de los más notables expertos en derecho constitucional: desde el primer momento, Maduro se instaló fuera de los límites de la legitimidad". Del mismo modo, no quedan claros aún los alcances de la juramentación de Guaidó como presidente encargado. Y el rol de las Fuerzas Armadas sigue siendo una incógnita. Por ello, la incertidumbre es reina en la actual coyuntura.
El régimen no se irá sin pelear, lo que habilita la especulación de que la violencia entre bandos antagónicos puede ser aún mayor a la que ya se registra. Aunque es verdad que la manifestación del 23 de enero puede haber sido una bisagra para revertir el camino de la decadencia a la que fue sometido el pueblo por el populismo chavista.
En la referida misma columna publicada el 10 de enero, se aseguró que "el no reconocimiento internacional al nuevo período de gobierno que asumirá el presidente venezolano abre las puertas a una situación pocas veces experimentada en la región. En este contexto, existe el peligro de que Venezuela y su gobierno ilegítimo se conviertan en escenario de una disputa internacional de proporciones e imprevisibles derivaciones". Los últimos acontecimientos parecen ir en esa dirección. Pobre Venezuela.