Para los bomberos no hay cuarentena
El Día del Bombero Voluntario no puede pasar inadvertido en medio de la pandemia del coronavirus. Porque la vocación de servicio no se extingue en medio de las restricciones. Porque la ayuda no naufraga en medio de la tormenta. Porque el ser voluntario es una condición que se lleva durante toda la vida.
Motivado por un incendio que se produjo en los primeros meses de 1884, Tomás Liberti y algunos otros vecinos del barrio de la Boca en Buenos Aires, la mayoría inmigrantes italianos, se reunieron el 2 de junio para fundar la Sociedad Italiana de Bomberos Voluntarios, primera entidad de su tipo en el país. El primer edificio que cumpliría las funciones de cuartel se ubicó en la calle Necochea, entre Lamadrid y la Avenida Pedro de Mendoza. En cuyo frente se colocó un cartel que decía: "Volere e Potere" que en Genovés significa "Querer es Poder".
Este querer hacer el bien necesitaba voluntades para poder cristalizarlo. Fue así que el voluntariado surgió para establecer con claridad que los principios solidarios, de orden, de respeto y de responsabilidad se extendieron por todo el país. Casi 50 mil personas integran hoy los cuerpos de bomberos en toda la Argentina. En nuestra ciudad, el cuerpo de voluntarios que lleva más de 80 años de existencia es orgullo de la comunidad.
Por estas razones, el día del Bombero Voluntario no puede pasar inadvertido en medio de la pandemia del coronavirus. Porque la vocación de servicio no se extingue en medio de las restricciones. Porque la ayuda no naufraga en medio de la tormenta. Porque el ser voluntario es una condición que se lleva durante toda la vida, aun cuando el servicio activo ya se ha dejado. Porque nuestros bomberos voluntarios han dado muestras cabales de capacitación y responsabilidad en cada una de las acciones en las que intervinieron para aliviar el dolor de los demás sin pedir nada a cambio.
Hace algunos años, en ocasión de una tragedia que enlutó a bomberos voluntarios de la ciudad de Buenos Aires, se aludió en esta columna a esta condición noble de ser voluntario. Porque, se publicó en esa ocasión, "son pocas las misiones o los trabajos sociales en los que se evidencia con claridad el altruismo y la entrega por los demás. La palabra bombero se identifica con la consolidación del humanismo más pleno, de las virtudes esenciales de la convivencia y de la solidaridad entendida como el servicio al que sufre. La desgracia ocurrida en plena Capital Federal ha vuelto a poner de manifiesto la lección perdurable de comunión que siempre han dado estos servidores públicos, aun en medio de las más llamativas carencias y también frente al desinterés social o el desprecio de las autoridades políticas".
Es que el servicio desinteresado no sabe de cuarentenas o aislamientos. Siempre está dispuesto a acudir, presto y diligente, a paliar los daños materiales y a calmar los ánimos de los que sufren. Por ello, en el Día del Bombero Voluntario, la comunidad toda expresa el agradecimiento profundo por la misión tan excelsa de servir en su más acabada expresión.