Más dudas que certezas
La selección no convenció a nadie a pesar del punto sumado en el Centenario. En Uruguay se habla de un acuerdo tácito para el empate. Sampaoli deberá mover piezas y buscar un rendimiento mayor para ganarle a Venezuela y aspirar a meterse en zona de clasificación.
Pasó el clásico rioplatense y dejó mucho por hablar. No porque haya sido un derroche de virtudes y actuaciones descollantes. Todo lo contrario: la selección dejó muchas dudas y evidenció la necesidad de mejorar mucho para asegurar la ansiada clasificación a Rusia 2018.
El empate sin goles en el Centenario ante Uruguay dejó conformes a los locales. En los medios de este vecino país se habló abiertamente de un acuerdo entre ambas selecciones de no agresión, teniendo en cuenta que los otros resultados terminaban convirtiendo al punto sumado en un punto importante.
Pero en Argentina la actuación vuelve a encender alarmas de preocupación. Más allá de la bronca generalizada por los minutos finales en los que la selección no quiso ir a buscar el resultado y el castigo público hacia algunas actuaciones individuales, lo que preocupa es que la selección no mostró un plan de juego convincente: jugó a lo que lo dejó jugar Uruguay.
La radiografía
Desde atrás hacia adelante, el equipo argentino mostró diferentes niveles y eso habla también de un conjunto aun descompensado.
Chiquito Romero no tuvo mucho trabajo porque Uruguay pateó poco al arco. Tuvo un falla en un rebote largo que rápidamente remendó con una gran atajada sobre Cavani.
La inédita defensa de 3 también cometió algunos errores, sobre todo cuando intentaban salir jugando. Otamendi fue el más firme, con Mercado entrando en la lucha cuerpo a cuerpo y sumándose cuando pudo al ataque y un Fazio que no desentonó. El sector defensivo aprobó sin descollar.
En el medio hubo de todo. Acuña por derecha fue intrascendente, casi nunca pudo entrar en el circuito futbolístico y se notó demasiado su incomodidad al ser zurdo y jugar por el lado opuesto. En el otro extremo, Di María fue uno de los más activos durante la primera parte. Uruguay lo dejó libre y Messi lo buscó constantemente. Pero no acertó en ninguno de los varios centros que tiró y eso le valió la reprobación general.
Biglia y Pizarro tuvieron una discreta actuación. Es cierto que dieron la cara cuando nadie sabía qué hacer con la pelota y la pidieron, pero tampoco supieron darle un buen destino.
Adelante, Messi fue lejos el mejor. Se tiró atrás, buscó asociación, desequilibrio individual, tuvo 3 ocasiones claras. Dybala fue de lo más flojo. Casi no participó de la creación y fue muy tibio a la hora de reclamar participación. Estuvo muy lejos del nivel que muestra en la Juventus.
A Icardi la pelota no le llegó. Y cuando lo hizo debió vérselas solo contra toda la defensa local, aguerrida si las hay. Solamente Messi lo encontró con un pase preciso, pero sin ángulo su remate fue débil a las manos de Muslera.