Los zapatos “se niegan a irse”, la violencia de género también
En el centro se los puede ver aún al borde del perímetro donde están construyendo la Tecnoteca. Más de un mes después de haber sido colocados "interpelan" a la gente para que tome conciencia de la violencia hacia la mujer y las víctimas de femicidios.
Una señora se queda mirando un montón de zapatos rojos que están en la Plaza Cívica. Los ve amontonados junto al cerco perimetral que se puso en torno adonde remueven baldosas los obreros que construyen la Tecnoteca.
La escena se repite con esa mujer, y otra. Todos los días, así, desde que fueron puestos en el centro de las miradas el 8 de marzo pasado, y fueron corriéndolos de a poco hasta donde se encuentran en la actualidad.
Ahora imaginen que todos los días se agregara un zapato rojo a esa muestra colectiva. Uno por cada víctima que muere a causa de un femicidio. En cierta forma, inscribiríamos un nombre más a una interminable lista de mujeres que mueren por esta causa.
Aquella tarde del pasado 8 de marzo había ordenadamente muchas filas con zapatos rojos que representaban a las mujeres que mueren víctimas de femicidios.
El tiempo pasó y los zapatos andan ahí todavía, en la plaza. Nadie los tiró ni tampoco hizo nada. Solo los movieron lo suficiente y quedaron amontonados y desordenados en un rincón.
Alguna que otra persona se los chocó seguramente, y otra a la que le venía bien tomó prestado alguno y ahora camina con ellos por las calles de la ciudad.
Pero, ¿por qué siguen ahí? Belén Lencina, quien participó activamente en la idea y ejecución de esta intervención artística dijo que "los zapatos están ahí porque incomodan e interpelan".
La joven expresó que es una muestra artística que "ya no les pertenece" y por eso la decisión - o no - de "hacer algo con los zapatos no está en sus manos". Dice que en realidad lo que se haga o no depende de todos porque "la muestra es pública" y, bajo ese concepto, cualquiera podría ir y disponer de ellos.
Antes. El 8M los zapatos fueron colocados en el centro de la escena con un cartel delante dándole nombre a las víctimas de femicidios
Interpelan
Lencina contó cómo surgió esta idea que ahora despierta comentarios de todo tipo pero no promueve ninguna acción, solo está allí: "La intervención se pensó en las asambleas de Mujeres Unidas que programamos las actividades del 8M. La idea se aceptó entre las 40 mujeres que participamos", recordó.
En retrospectiva, la joven consultada por LA VOZ DE SAN JUSTO indicó que "creían que como sucede con todas las intervenciones, al otro día se sacaría" pero que "fue tal el impacto que causó a nivel visual que nadie se anima a sacarlos".
Imponen una suerte de respeto podría decirse. Conmueven y recuerdan la sangre de las víctimas. En cierta forma, aun amontonados, los zapatos siguen interpelando como aquella fría tarde del 8 de marzo. Siguen ahí mezclados entre los escombros de la obra en construcción y "cuestionando".
"Esto es algo que también nos sorprendió a nosotras cuando notamos que siguieron ahí a medida que pasaron los días", recordó Belén, quien agregó: "Nos hemos enterado de algunas historias. Nos pareció genial si hay gente que se los llevó. Otros se paran y preguntan y siempre alguien explica la función que tienen. La intervención cumplió su finalidad de interpelar a la gente sobre lo que sucede con los femicidios".
"Incomodan"
Más de un mes después de esa tarde, de que se colocaran los zapatos en el centro de la Plaza Cívica, ellos siguen estando ahí cuestionando a la sociedad desde su rincón.
Imponen una suerte de respeto y aun cuando tienen polvo encima siguen llamando la atención de quien pasan por el poco espacio que queda para caminar por la extensión de la obra que se construye a su lado.
Los zapatos "han sido marginados al lado de la obra", pero eso no es un problema para la entrevistada. En realidad, el incordio está puesto en otro lado: "Se pone el foco ahí cuando hay otras cosas de las que deberíamos hablar, como la cantidad de femicidios que siguen sucediendo en el país y donde nadie hace nada".
Por eso vuelve a repetir que "la intervención la realizaron ellas pero es pública y se dejó allí". Ahora "sigue su propio rumbo". Y aclaró que "el día de mañana, si desde el municipio quieren hacer algo (cualquiera sea la acción) esa ya no es una decisión que nos pertenece".
"Hoy nadie hace nada, ni tampoco proponen alguna acción contra la violencia de género. Si esos zapatos existen es porque no hay políticas públicas para evitarlos. Y eso va más allá de la presencia de los zapatos que siguen ahí", repitió Belén.
83 víctimas en el primer trimestre
De acuerdo a los datos brindados por fuentes judiciales y policiales a Télam, en los primeros tres meses del año murieron 83 mujeres - incluidas menores de edad - en distintas localidades del país y sus casos son investigados como femicidios.
En enero fueron 31 víctimas, 22 en febrero y 30 a lo largo del mes de marzo. Sólo tomando el promedio del último mes, una mujer murió por esta causa cada 23 horas y media.