Los datos de la cosecha record en la provincia
La cosecha agrícola récord que logró Córdoba en la última campaña contribuyó a ubicar a la provincia como la que más granos por habitante produce a nivel nacional.
Los datos señalan que se recolectaron 41,59 millones de toneladas, lo representa una distribución en cada uno de los 3,77 millones de habitantes de la provincia de 11 toneladas, según explicó el secretario de Agricultura provincial, Marcos Blanda.
A nivel nacional, con una cosecha de 141,5 millones de toneladas y una población estimada en 44,93 millones de habitantes, la relación 'per cápita' es de 3,15 toneladas. En esa relación, "cada habitante de Córdoba produce 3,5 veces más que el promedio nacional por habitante", dijo Blanda durante la presentación de los datos finales de la cosecha 2018/2019.
Es que si bien la provincia de Buenos Aires tiene una producción total de granos por arriba de la de Córdoba, su densidad poblacional hace que por la relación entre cantidad de granos y habitantes quede más relegada. El volumen de la cosecha cordobesa representa un 74% más que lo recolectado en la campaña anterior, cuando la sequía redujo la producción a 23 millones de toneladas.
Los números difundidos establecen la importancia que Córdoba tiene en el concierto agrícola nacional. Y hablan también de las bondades de la tierra mediterránea y del trabajo esforzado de los agricultores, quienes siguen apostando al crecimiento y a la producción pese a los reiterados obstáculos que se cruzan en el camino, en el marco de un contexto de incertidumbre y desazón como el actual.
En la provincia se han recolectado 11 toneladas de granos por cada habitante. Es un dato revelador de lo que podría conseguirse si las políticas públicas tuviesen duración en el tiempo, si la presión fiscal dejara de ser agobiante y si las reglas de juego económico - financieras no impidiesen la inversión y la apuesta a mejores desarrollos. Con todo, el logro del campo cordobés es también un punto de partida, porque el hombre de campo no cejará en el empeño de producir más y mejor, aplicando la mejor tecnología y su sapiencia derivada de la experiencia en el trato con la tierra.
Reducir la incertidumbre, brindar pautas claras y reglas de juego firmes, eliminar los obstáculos burocráticos y atenuar la voracidad del fisco son variables que servirían para consolidar el perfil agrícola de nuestra Córdoba. Así, los pequeños poblados se verán beneficiados por el esfuerzo del productor y la migración hacia las grandes urbes podría desacelerarse. Pero fundamentalmente, se consolidaría la identidad del interior productivo de manera definitiva.