“Los colegios no le dan al folclore el valor que merece”
Tres para el folclore. Nuestra tradición tiene quien la cuide: María Cristina Escudero, Silvia Luna y Teresa del Carmen Vocos.
Las costumbres y tradiciones conforman un conjunto de oportunidades para estrechar vínculos afectivos entre generaciones, al recordar nuestras raíces y transmitir el legado de nuestros antepasados. Son parte de nuestra herencia cultural.
La danza folclórica se convierte así en la conexión musical y corporal entre la historia de gauchos y chinas que habitaron y escribieron el pasado del pueblo argentino.
Para mantenerlo vivo, existen mujeres guardianas de ese pasado que mañana domingo 10 de noviembre, Día de la Tradición, revalorizará más que nunca lo nuestro y ratificarán el pedido de la aplicación de la Ley de Folclore en las escuelas de nivel primario.
Es el caso de María Cristina Escudero, directora de la Escuela Municipal de Danzas Folclóricas de San Francisco, desde hace 41 años está junto al elenco local junto a su esposo, José Alberto "Cacho" Carballo; también de Silvia Luna, que lleva cuatro décadas dirigiendo la Academia Amor y Danza en barrio San Francisco, y Teresa del Carmen Vocos de Ochoa, directora de la academia La Posta, con 36 años de existencia. Todas estas mujeres fuertes, bien argentinas, defienden a puro poncho y baile nuestra cultura gauchesca, nuestra identidad como pueblo, para que no se pierda y sea valorizada.
"Es
importante que se inculque la tradición desde la familia", aseguran las
folcloristas de ley
Las entrevistadas sostienen que en las instituciones educativas, el folclore no recibe la atención y valor que realmente merece, aun cuando "detrás de la tradición hay un gran aprendizaje relacionado con otras materias". En tanto, opinaron que "es importante que se inculque la tradición desde la familia".
- Todas son docentes desde hace varios años... y siguen adelante, ¿nunca se cansan?
-María Cristina Escudero: No pienso dejar mi tarea. Mi vida es la danza. Bailo desde los 3 años y nunca dejé de hacerlo. El cuerpo no es el mismo que el de 30 años atrás pero con mucho sacrificio voy a gimnasia tres veces por semana y sigo estudiando y capacitándome. Es difícil a esta edad, pero cuando bailo, siento que toco el cielo con las manos
-Teresa Vocos: Sigo al frente de los bailarines porque es algo que me apasiona.
-Silvia Luna: Dejar la educación en la danza es algo muy difícil de hacer. De hecho, ahora me sumé al cuerpo de baile de adultos paraseguir disfrutando más de cerca. Mi hija Flavia, que continúa mis pasos, poco a poco va tomando mi lugar pero siempre estoy ahí, en la docencia.
- ¿Qué significa la tradición para ustedes?
-S. L: La tradición es lo que uno hace en familia, las costumbres que tenemos y que trasladamos a las otras generaciones.
-T. V.: Es conservar lo propio.
- ¿Creen que se perdió la identidad del folclore, como costumbre argentina?
M. C. E.: Hubo un momento de esplendor, cuando Soledad Pastorutti y Los Nocheros conquistaron a los jóvenes, pero después descendió la demanda de alumnos en las academias, bajó el interés. Ahora, gracias a los Manseros Santiagueños, están volviendo, pero el reggaeton y otros ritmos tientan más a los jóvenes.
S. L.: Aquellos que empiezan danzas folclóricas son los que les gusta la música. Los niños vienen estimulados por sus padres pero al cabo de un año, te das cuenta si realmente les gusta.
T. V.: Los adultos que se acercan a las academias lo hacen estimulados por las peñas que se realizan en la ciudad.
- ¿Qué opinan de la media sanción que obtuvo en el Senado la ley de enseñanza del folclore en las escuelas? Es el proyecto más importante de la Academia Nacional del Folklore, que espera que ahora continúe su camino en Diputados.
-M. C. E.: Hace por lo menos 30 años que esta ley está allí, frenada en el Congreso y no logra su sanción. Es fundamental una reglamentación, ya que las maestras de grado no tienen pleno conocimiento de lo que significa nuestra identidad cultural, nuestra tradición. Se acercan a nosotras en busca de ayuda pero no le dan el valor que merece. Detrás de la tradición hay un gran aprendizaje relacionado con otras materias de la escuela. Si pensamos en los compases de un Gato, lo podemos relacionar con matemática; la lengua, la literatura y la historia, con la literatura gauchesca; si pensás en las regiones del folclore, se puede estudiar desde la geografía. Todo se relaciona con nuestras costumbres.
S. L.: Como profesores, necesitamos una ley que nos ampare y nos acompañe en la enseñanza porque se dificulta poder trabajar solo de esto. Actualmente, el folclore es una pasión, un complemento en la vida. En las escuelas hablan de "disfrazar" a los chicos de gauchos y chinas... eso significa que no saben nada de nuestra "pilcha", de nuestra historia. Para lograrlo, es importante que se inculque la tradición desde la familia.
-T. V.: Lamentablemente a los niños les puede gustar más la gimnasia u otros ritmos actuales como el reggaetón que la danza folclórica. Eso es porque los docentes no le dan el espacio que debe al folclore.
Todas docentes
de la danza folclórica. Para ellas, esfundamental
que los niños en la escuela vayan conociendo nuestra identidad.
Un legado vivo
- Uno de sus mayores orgullos deben ser sus hijos siguieron sus pasos...
S. L.: Claro que sí y más aún que continúen trabajando de la manera que uno lo hizo siempre. Permitirles a los hijos que tomen su lugar en nuestras academias es una forma de fortalecer los lazos que una inculcó.
T. V.: Mi hijo Pablo es el heredero de mi academia. Siempre le doy indicaciones pero él ya está marcando su camino.
- El vínculo de ustedes tres trasciende la danza. Cristina fue su docente cuando inauguró su primera academia, "El Festejo", y luego continuaron estudiando en el municipio.
S. L.: Tenemos una continua relación, los lazos nunca se cortaron. Cuando uno tiene una duda o necesita algo, Cristina y su esposo están siempre presentes.
T. V.: Cristina es mi profesora pero también una hermana. Uno puede pensar diferente, pero es una persona de la cual aprendí mucho.
M. C. E: Compartir con ellas esta entrevista es como sentirme inmortal. Me llena de orgullo tenerlas a mi lado, compartir con ellas un festival o competir sanamente. Siempre decimos que nuestros alumnos son las ramas de nuestro tronco.