Los Arrascaeta, una familia que se agranda ante la necesidad del otro
Forman parte del programa "Familias para Familias" y reciben temporalmente a niños judicializados antes de que sean restituidos o dados en adopción. Como un hijo más, hoy cuidan de Lautaro, de 18 meses, y alientan a otros matrimonios a sumarse. Las autoridades llaman a más voluntarios a sumarse y advierten que se complica conseguir hogares para los chicos mayores de 8 años.
Por Stefanía Musso | La Voz de San Justo
Hace menos de un mes, la vida de los Arrascaeta volvió a tener un nuevo integrante. Con la Reina Batata de fondo, todo indica que un bebé llegó a la casa. A principios de octubre vino Lautaro (nombre ficticio para proteger la identidad del menor), un bebé de un año y medio que tuvo que ser alejado de su hogar familiar -las autoridades lo llaman centro de vida- por la situación de vulnerabilidad que allí transcurría.
Los "tíos" -como se los suele llamar a los padres de acogimiento- Fabio Arrascaeta (50) y Laura Rocca (43) recibieron al pequeño junto a sus hijas María Pía (19), María Luján (12) y María Emilia (9), que hoy ofician de "hermanas" temporales brindándoles cariño y atención a Lauti.
Lautaro juega y canta como cualquier niño, pero sus primeros días no fueron fáciles. Llegó con un delicado estado de salud, pero con cuidado de toda la familia ahora se lo ve muy feliz. También, en este poco tiempo aprendió a decir "mamá" y "papá".
A puro corazón. La familia Arrascaeta con el pequeño Lautaro
"Las primera noches fueron muy difíciles. Tenía una neumonía mal curada y no recibió la atención necesaria. Cuando llegó hizo un broncoespasmo y estaba mal, a un paso de la internación", contaron los Arrascaeta.
"Hicimos turnos de dos horas para atenderlo y salió adelante. Es un bebé inteligente, despierto y feliz. Aquí está muy incentivado, le damos toda la atención que se le tiene que dar a un niño", afirmaron.
La ayuda para Lauti
Fabio es propietario de una empresa de informática; Laura se desempeña como empleada de un centro de hemodiálisis y sus tres hijas están en etapas escolares diferentes, una fotografía de la típica familia de clase media argentina.
Aunque para muchos un nuevo integrante puede parecer un gasto extra, los Arrascaeta destierran ese concepto.
En esta labor solidaria que llevan adelante, la ayuda no tardó en llegar y es gracias a la red de padres de acogimiento que se conocen unos a otros, el equipo técnico de Uder San Francisco y la calidez de vecinos, amigos y demás.
Hay actualmente 17 familias de acogimiento
en el departamento San Justo; 13 están en nuestra ciudad, una en Porteña, otra
en Quebracho Herrado y dos en Freyre. Del total, 7 están activas y 4 están hoy
albergando un niño en su hogar.
Siempre con el corazón abierto
La familia está activa en el programa provincial "Familias para Familias" desde hace un año y medio. En 2019 ya acogieron a una niña de 7 años durante un mes y si bien están anotados para recibir niñas en la primera infancia, Lautaro estaba en situación de emergencia y ellos no dudaron en abrir las puertas de su casa.
Los Arrascaeta no son nuevos en esto. Comenzaron hace 17 años cuando María Pía tenía apenas 2.
"Unos vecinos en la casa donde vivíamos antes eran familia de acogimiento y nos pareció hermoso lo que hacían. Nos empezamos a interesar para ser familia transitoria y no dudamos un momento en que queríamos acoger niños que necesitaran un hogar", contó Fabio.
La familia lo hizo durante un tiempo pero tuvieron que suspender su rol solidario a causa de problemas en el embarazo de María Luján y los temores por el tercero, de María Emilia. Cuando las niñas nacieron, y Laura estuvo mejor, volvieron a ser activos en el programa.
María Emilia jugando junto a Lautaro
"Ser familia de acogimiento era una tarea pendiente para nosotros. Es algo que llevás vivo dentro tuyo siempre", comentó. Con Lautaro, los Arrascaeta tuvieron siete chicos a su cuidado.
La decisión no es solo cosa de los adultos. Toda la familia está vinculada. "Esto fue hablado con las chicas. María Pía creció haciendo esto y las más pequeñas, de escuchar nuestras historias, querían experimentar lo hermoso que es acoger a un chico que necesita atención y afecto", explicó Fabio.
Para la más chica del clan, María Emilia, "es una experiencia hermosa porque te sentís feliz de poderlo ayudar".
Ayudan desde el amor y alientan a otros
"Son niños que sufren violencia de todo tipo. No solo física sino también el abandono. Cuando llegan, con sus temores, y empiezan a vivenciar una verdadera vida familiar donde todos se sientan a la mesa para comer, que cada uno tiene su cama o hay juguetes y eso los permite soltarse y adaptarse muy bien a la familia", contó Laura.
"Siempre seguimos en contacto con los niños porque desde Uder San Francisco realizan un magnífico trabajo. Los padres de los chicos dados en acogimiento son conscientes y están informados de que sus hijos están siendo bien cuidados y contenidos mientras ellos solucionan sus conflictos", reflexionó.
Adiós y seguir
Si bien la familia está acostumbrada a las despedidas, las lágrimas son inevitables. "Es imposible no llorar cuando se van o cuando los mismos padres te agradecen todo lo que hiciste por tus hijos. Tenés que ser consciente que lo que hacés es para ayudarlo, que es por un tiempo y que tienen una familia, hay sangre que lo espera y vos no podés apartarlo de su mundo. Nuestro fin no es adoptar, sino darle amor y contención. Sabemos que Lautaro se va a ir pero otro va a llegar buscando ayuda", concluyó Laura.
Una familia que los reciba y los proteja
por un tiempo hasta que su centro de vida pueda revertir su situación, es el
objetivo del programa provincial "Familias para Familias". Funciona desde 2013 en San Francisco y cuenta
con 17 familias de acogimiento en el Departamento San Justo. Trece están en
nuestra ciudad, una en Porteña, otra en Quebracho Herrado y dos en Freyre. Del
total, 7 están activas y 4 están hoy albergando un niño en su hogar. Si bien hoy están cubiertos, desde la Unidad
de Desarrollo Regional (Uder) San Francisco, perteneciente a la Secretaría de
Niñez, Adolescencia y Familia (Senaf) de la provincia de Córdoba, atraviesan
dos duras realidades: faltan familias en San Justo para atender urgencias en
todas las localidades y de las que están en el programa, la mayoría recibe a
niños hasta las 8 años quedando preadolescentes y adolescentes al aguardo de
una oportunidad a pesar de su extrema situación social. La licenciada en Psicología Carina
Sandrone (M.P. 2006), miembro del equipo técnico de Uder San Francisco, dijo
que "hay igual cantidad de familias que el año pasado pero algunas hoy no se
encuentran en condiciones de recibir un niño. Por ese motivo, de las 13 que hay
en todo el departamento San Justo, 7 están activas" Las familias inscriptas tienen un perfil
familiar variado: hay parejas mayores de edad con hijos independizados; padres
con hijos en etapa escolar; ensambladas; sin hijos o uniparental. "Esta no es
una condición para ser parte del programa", agregó por su parte, la licenciada
en Trabajo Social Vanesa Clerici (M.P. 2132). Aunque la crisis económica afecta a gran
parte de los argentinos, desde Uder afirmaron que este no es un problema que
planteen los inscriptos. "La gente que se anota sabe que el acogimiento es un
acto solidario donde no se plantea si un niño es un gasto o no. La familia es
consciente que ese niño los necesita en ese momento", afirmó Vanay, licenciada
en Trabajo Social (M.P. 10 - 2317) y delegada de Uder San Francisco
correspondiente a Senaf del Ministerio de Justicia de la provincia con
jurisdicción en San Justo. El equipo técnico aclaró que para un niño
en etapa de lactancia, el Estado se encarga de bridarle la obra social Apross, leche
y pañales de primera marca, y en el caso de la vestimenta, se le aporta a
través del "Roperito Amoroso", una iniciativa solidaria que nació de los mismos
integrantes que son parte del programa. En cuanto a la escolarización, los chicos
acogidos suelen asistir a las mismas instituciones educativas que los niños de
la familia que los reciben. "El programa contempla chicos hasta la mayoría
de edad pero cuando se realiza la entrevista a las familias y se les pregunta
la edad con la que acogerían a un niño, la mayoría opta por chicos menores
hasta los 8 años de edad", comentó Sandrone. Esta es otra problemática para el equipo.
"Es un verdadero desafío de nuestro programa que también se acepten
preadolescentes y adolescentes, y que las familias se animen a vivir esta
experiencia transitoria", confió Vanay. Los motivos por lo que se eligen niños
más pequeñas, explicó Sandrone, son varios: "Tienen una organización familiar
acorde a niños de esa edad para la escolarización, por los espacios disponibles
en el hogar y consideran que es más fácil entablar una relación con el niño". "No es lo mismo la puesta de límites en
un niño donde uno empieza a impartir en él algunas pautas, que en
preadolescentes o adolescentes, que ya tienen una historia", agregó Vanay. La meta del programa "Familias para
Familias" es evitar la institucionalización de niños y niñas; evitar la
dispersión del grupo de hermanos y favorecer el desarrollo armónico de la
personalidad del chico y su reintegración. "Nuestra principal función es la
protección de niños, niñas y adolescentes. Hay situaciones excepcionales en la
que se llega a esta instancia que es retirar al niño de su centro de vida, su
familia y cuando no existen posibilidades de familiares o miembros de su
comunidad más cercana que puedan estar a cargo", confió Vanay. Buscan más "familias
sustitutas"para niños en riesgo social
Atender la urgencia
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busca de un lugar para
adolescentes
El programa
Dónde inscribirse. Los interesados en inscribirse en el
registro provincial, pueden acudir a la Unidad de Desarrollo Social, en el
cuarto piso de la sede del Gobierno de la Provincia de Córdoba en San Francisco,
en Bv. 9 de Julio 1683, de 8 20. E - mail: senafsanfrancisco@gmail.com.
Teléfono: (03564) 443783/84/85/86 int. 107. Más información: https://senaf.cba.gov.ar/