La Pastoral carcelaria tiene una nueva misión: acompañar a las familias de los presos
El próximo fin de semana se realizará en nuestra ciudad el Encuentro de la Pastoral Carcelaria de la Región Centro, en el que se capacitarán e intercambiarán experiencias de evangelización.
La vida de quienes están privados de su libertad no es fácil y tampoco lo es para sus familias que pasan situaciones de angustia y necesidades por tener a un familiar en la cárcel. La Pastoral Carcelaria, diócesis San Francisco, lleva adelante desde hace años su misión de evangelizar y contener a quienes están en situación de cárcel y ahora suma otro eslabón más a esa importante tarea: contener y acompañar a las familias de los presos.
El proyecto ya comenzó a aplicarse en la ciudad a través de catequistas integrantes de la pastoral en iglesias como Consolata, San José Obrero y Catedral. Además será una de las experiencias que se compartirá en el Encuentro de la Pastoral Carcelaria de la Región Centro, que se realizará el próximo sábado y domingo en la parroquia Perpetuo Socorro de nuestra ciudad.
El objetivo del encuentro es que todos los catequistas e integrantes de las diócesis de la Región Centro -en este caso Córdoba y La Pampa- puedan encontrarse, tener momentos de formación y compartir vivencias, experiencias de la tarea de evangelización que realizan en las cárceles.
Estarán presentes el presidente de la Comisión Episcopal de la Pastoral Carcelaria Argentina, monseñor Juan Carlos Ares; el sacerdote Rubén Infantino, secretario ejecutivo; la coordinadora nacional de la pastoral, Patricia Alonso y Viviana Noé, coordinadora de la Región Centro.
La contención de "el afuera"
Actualmente trabajan once catequistas en la Pastoral Penitenciaria de San Francisco, que asisten a los presos tres veces por semana en la Penitenciaria Nº 7. Algunos de sus integrantes, Graciela Macchieraldo, Graciana Caneva, Gisella Mezzadra y Osvaldo Peralta, se refirieron a la importancia del acompañamiento a las familias de los presos y a la realidad que ven en su tarea evangelizadora.
"Nos faltaba un eslabón en esta tarea de evangelización y acompañamiento y es la familia de los presos, el afuera", aseguró Mezzadra a LA VOZ DE SAN JUSTO.
Agregó que el proyecto surge con la idea de aplicarlo en la diócesis, aunque ahora se lleva a cabo en el decanato de San Francisco. "Por eso pedimos a cada sacerdote que haya un referente para que forme a un grupo de personas que puedan visitar a las familias en cada lugar y acompañarlos", dijo la catequista.
Mezzadra explicó que esta misión no se plantea como una visita de asistencialismo, si bien se pueden observar las necesidades que tengan, sino como un acompañamiento, escucha y contención. "Sabemos que la familia del preso también está sufriendo y además es importante realizarlo porque es una manera de fortalecer el hogar a donde volverá este cuando salga de la cárcel", remarcó.
Añadió que como hay muchos presos que son de Frontera se trabajará en conjunto con la diócesis de Rafaela.
Una diócesis integrada
Por su parte, Graciela Macchieraldo agregó que el proyecto "es uno de los primeros que se presentan en el país y se enfoca a que la diócesis sea participativa, que en este caso se suma a la tarea de acompañamiento que se hace en la cárcel. De esa manera la diócesis está integrada", explicó.
Se trabajará en conjunto con la diócesis de Rafaela, hay muchos presos que son de Frontera y se habló con los sacerdotes de Frontera para que también puedan visitar las familias.
En tanto, Osvaldo Peralta destacó que cuando se visita al preso el hecho ya está consumado, entonces "el visitar a las familias es empezar a trabajar desde la base para que vean otra forma de vida y que no vuelvan a pasar esas cosas. Se debe trabajar en la prevención y acompañamiento de las familias".
Mostrar otra forma de vivir
Al referirse a la realidad que vive la pastoral actualmente en su tarea, Peralta señaló que crece la cantidad de personas que llegan a la cárcel y por eso "tenemos que hacer el mayor esfuerzo para poder estar cercar, evangelizarlos, mostrarles que hay otra forma de vida que no es a través del delito. A veces ellos se sienten olvidados, aislados y una de la premisas nuestras es mostrarles que hay alguien superior que los ama y que es Dios".
Al respecto, la catequista Graciana Caneva afirmó que el objetivo es "llevarles un bálsamo, que encuentren la libertad espiritual. Se puede estar preso, pero libre a la vez a través del espíritu, es importante que sientan a la cárcel como formación y se sientan acompañados".