La familia del tango
Hay músicos que, además de la historia viva del tango, son su esperanza y su futuro. Daniel Balangione encarna como pocos esos dos principios y sigue en actividad sin mirar demasiado el paso del tiempo. Hoy comparte su vasta trayectoria con sus hijas Pamela y Luciana. Juntos desafían la marca del machismo en el tango y apuestan a la interpretación.
Para Daniel Balangione, un referente de la escena musical local, y sus hijas Pamela y Luciana, el tango es el lenguaje que los une; es cosa de familia.
Mañana domingo, a las 20 y en el Teatrillo Municipal, será la segunda presentación de "Tango", el espectáculo de esta familia de artistas que muestra la rica escena de un género musical que busca su lugar contemporáneo, alejado de estereotipos del pasado como la marca del machismo.
De la casa familiar al escenario, los Balangione disfrutan juntos de cantar tango pero consideran que éste está perdiendo terreno y que debería incluirse en las escuelas para sembrar una nueva generación de cantantes que lo mantengan vigente en el tiempo.
Parafraseando un poema que grabó el cantor de tangos Julio Sosa, "Porque el tango es macho, porque el tango es fuerte, tiene olor a limpio, tiene gusto a muerte" ¿El tango es cosa de hombres y no de mujeres?
-Daniel: Los primeros tangos nacieron a fines del siglo XIX a orillas del Río de la Plata. En Buenos Aires, esas canciones se bailaban, no se cantaban y solo podían actuarlo los hombres. Era mala palabra que una mujer bailara tango. Es una locura pensar en eso en estos días cuando la Argentina tiene grandes bailarinas y cantantes de tango.
-Pamela: Viene de una cultura machista. Nació entre los hombres del puerto que llegaban de Europa con la pena de haber abandonado su tierra en busca de algo mejor. Ya lo decía el gran Enrique Satos Discépolo: "Un tango es un pensamiento triste que se baila", y era esa nostalgia la que los llevaba a bailar con la música triste de fondo.
-Luciana: Hay varios proyectos de tango en la actualidad realizados íntegramente por mujeres pero de todos modos, seguimos siendo pocas y eso tiene que ver más con prejuicios o condicionamientos personales que con otra cosa. En mi caso, suelo pensar que el género me queda muy grande y que sería una falta de respeto ponerme en el lugar de cantante cuando es tan complejo pero Pamela siempre me dice que me tengo que soltar y sentirlo, más allá de la técnica. También hay una cuestión generacional, porque los jóvenes no escuchan tango y mucho menos lo cantan.
- ¿Incomoda cantar esas canciones que eran de "machos"?
-P: Cantar para nosotras es cumplir con un deseo familiar. Hace cuatro años que pensamos en hacer estas presentaciones y no nos animábamos, pero hoy nos sentimos cómodas porque practicamos más y somos conscientes del valor que tiene el tango para los Balangione.
L: Sí, porque para nosotras es el lenguaje común de los Balangione, es parte de nuestra historia familiar. Cantar un tango sea cual fuere la letra. Para nosotros, el valor está puesto en la interpretación como artista y no en la letra que puede hablar mal de una mujer.
- ¿Qué siente cuando sus hijas hacen un tango? ¿Tuvo reparos?
D: ¿Cómo podría prohibirles que canten tango cuando se criaron con él? Como cantante y como padre, tengo que reconocer el talento de las chicas pero más aún escuchar un tango en la voz de una mujer me produce una sensación indescriptible. Luciana como profesora de canto le aporta la técnica y Pamela, que es docente de música, la impronta que se necesita. Juntas, logran un efecto único para el género. La mujer tiene sentimientos que el hombre no tiene; le aporta la sensualidad y el dolor que se tiene que notar en cada palabra que se canta. El tango es difícil pero no imposible y tanto hombres como mujeres pueden cantarlo.
Los Balangione, una familia bien tanguera
-¿Cuándo rompe la mujer con los mandatos del tango que marcaron épocas?
D: No hay registros de quién fue la primera mujer que cantó un tango en público, pero los expertos afirman que habría sido Pepita Avellaneda, nombre artístico de Josefa Calatti, a fines del siglo XIX en el famoso Cabaret Chantecler de Buenos Aires. Sin embargo, pasarían décadas hasta que una mujer grabaría su primer disco de tango. Fue Rosita Quiroga la que rompió con todos los parámetros con su disco de 1926 que se llamó "La criolla" y su primera canción, "La tipa". Ella fue considerada la Edith Piaf del arrabal, el gorrión de La Boca, pero antes tuvo que dedicarse a la canción criolla, antes de poder entonar un tango.
L: Cualquier mujer que se animara al arte, sea cual fuere, era tratada de prostituta. Un ejemplo de ese maltrato es Eva Duarte. La mujer siempre fue para el arte una cosa bonita, como decoración y en el tango pasaba lo mismo hasta que llegaron las románticas y angelicales como Libertad Lamarque y Ada Falcón que interpretaban el tango canción y eso abrió mucho más el espectro, pero fue Tita Merello la que permitió que la mujer deje de cantarle al desamor y hable de cómo es ella, con su cuerpo y forma de ser. Fue un tanguero con falda.
-Tita Merello, una feminista para su época...
-L: Tita rompió con todo con su primera aparición en el primer filme sonoro argentino, "¡Tango!", junto a Libertad Lamarque. La canción "Se dice de mí", que ella interpretó a mediados de los '40, primero la cantó el uruguayo Carlos Roldán porque hablaba de un varón, pero ella lo destronó con su versión y es la voz viviente de una mujer real que habla de sí misma con sus defectos y virtudes.
- ¿Una ley de cupo femenino en los escenarios vendía a solucionar ese problema? Ya tiene media sanción el proyecto.
P: La ley es necesaria para que se tome conciencia del lugar que tiene la mujer en el arte. Pero para lograrlo, tiene que hacerse una revisión en la educación de los chicos. Cuando en clase escuchan un tango, lo primero que te dicen es que eso es feo y viejo, sin tener conciencia del valor que tiene el género que es parte de la historia argentina. Educar y formar abrirán las puertas para que haya cada vez más acceso y artistas femeninas.
L: Era necesario que se ponga el ojo sobre la participación femenina pero es increíble que lleguemos a este punto. La mujer puede aportarle mucho más a la música de lo que se piensa.