La desaparición de Facundo Astudillo Castro removió otros casos vinculados a la violencia institucional
En los últimos 30 años se produjeron otros hechos comprobados y con condenados de personas que desaparecieron y sus muertes se vincularon a la Policía Bonaerense. La fuerza es señalada por la familia del joven Facundo también en este caso.
El presidente Alberto Fernández manifestó su preocupación por "la violencia institucional" al referirse a la desaparición del joven Facundo Astudillo Castro quien fue visto por última vez el 30 de abril cuando emprendió un viaje a dedo desde la localidad de Pedro Luro hacia la casa de su ex pareja en Bahía Blanca.
En los últimos 30 años se produjeron otros hechos comprobados y con condenados de personas que desaparecieron y sus muertes se vincularon a la Policía Bonaerense, que en el caso de Astudillo Castro fueron apartados de la investigación y el trabajo lo realiza la Policía Federal.
Algunos nombres emblemáticos son los vinculados en la historia reciente a Luciano Arruga y Julio López pero más atrás en los '90 salen a flote los casos Bulacio, Bru y Núñez, pese a que no en todos los hechos se encontraron los cuerpos.
1990
Andrés Núñez desapareció el 28 de septiembre de 1990 cuando lo secuestró la Policía, su cuerpo fue encontrado mutilado y quemado cinco años después pero murió por las torturas infringidas.
El caso se remonta al 28 de septiembre de 1990, cuando Núñez, casado y con una hija, fue secuestrado en su casa de la localidad platense de Villa Elvira por un grupo de policías que lo redujo y trasladó a la Brigada de Investigaciones donde lo golpearon y torturaron para que se declarara culpable del robo de una bicicleta, hecho que no había cometido.
Durante cinco años, la familia no pudo hallar sus restos, hasta que uno de los policías implicados, José Daniel Ramos, colaboró en la causa para beneficiarse e indicó el lugar donde estaba el cadáver.
Uno de los acusados del crimen, Luis Ponce, estuvo prófugo durante 22 años y fue detenido en el 2012, luego en el 2017 fue condenado a reclusión perpetua, junto a otros dos ex policías, Victor Dos Santos y Alfredo González, como coautores de los delitos de privación ilegal de la libertad calificada en concurso real con torturas seguidas de muerte, pero aún está prófugo el policía Pablo Gerez.
1991
El asesinato de Walter Bulacio a manos de agentes de la Policía Federal sucedió el 26 de abril de 1991, una semana después de haber sido detenido durante una razzia en las afueras del estadio de Obras Sanitarias con ocasión de un recital de Los Redondos.
Tenía 17 años y fue uno de los adolescentes detenidos en la noche del 19 de abril por orden del comisario Miguel Ángel Espósito, responsable de la Seccional 35°., bajo el eufemismo de "averiguación de antecedentes".
Alojado en la comisaria, el muchacho recién fue sacado de allí a la mañana siguiente, para ser llevado al Hospital Pirovano donde se le diagnosticó traumatismo craneano, y en donde reveló haber sido golpeado por la policía. La autopsia posterior a su muerte amplió y precisó el procedimiento policial ya que el cuerpo de Bulacio tenía rastros de golpes con objetos contundentes en miembros, torso, cabeza y extremidades.
Espósito recién fue condenado en 2013 cuando el Tribunal Oral en lo Criminal 29 lo consideró "autor del delito de privación ilegítima de la libertad agravada por ser cometida por funcionario público", pero la pena de tres años de prisión en suspenso lo eximió de quedar detenido.
1993
Miguel Bru desapareció un 17 de agosto hace casi 27 años cuando tenía 23. Estudiaba periodismo y vivía en La Plata.
Su desaparición está vinculada al secuestro orquestado por la Policía Bonaerense y dos de sus presuntos asesinos fueron condenados pero su cuerpo nunca fue hallado.
Bru denunció a efectivos de la Comisaría Novena de La Plata por un allanamiento ilegal en su casa y a partir de ese momento comenzó a ser amenazado y hostigado para que retirara la denuncia.
Según consta en los expedientes, fue secuestrado cerca de la localidad de Bavio el 17 de agosto de 1993, y las declaraciones de varios detenidos y las pericias en el libro de guardia, permitieron comprobar que fue ingresado en esa seccional, entre las 19 y las 20, donde fue visto por última vez mientras era torturado.
En 1999, en juicio oral y público se condenó a perpetua al ex subcomisario Walter Abrigo, quien murió en la cárcel, y el ex sargento Justo López, por el homicidio y desaparición, mientras que por encubrimiento fueron sentenciados el ex comisario Domingo Ojeda y al ex oficial Ramón Ceressetto.
2006
El albañil Julio López desapareció en el año 2006 (tras testificar en el juicio que condenó a al represor Miguel Etchecolatz) de su domicilio en el barrio platense de Los Hornos el 18 de septiembre.
Ese día se esperaba que se dirigiera a la sede municipal para presenciar los alegatos del juicio que el Tribunal Oral Federal 1 de La Plata seguía al comisario de la Policía bonaerense por delitos de lesa humanidad, cometidos durante la última dictadura cívico militar.
Había sido secuestrado en 1977 y estuvo detenido hasta mediados de 1979 en cinco centros clandestinos de detención, identificó a Etchecolatz como el hombre que dirigía y ejecutaba las sesiones de tortura con picana en esa sede policial platense.
Lo mismo hizo con varios de los centros ilegales donde estuvo detenido, donde su profesión de albañil le permitió describir sus lugares de cautiverio, aún cuando algunos de ellos habían sido remodelados.
2009
Luciano Arruga fue visto por sus familiares por última vez el 31 de enero de 2009, cuando salió de su casa en el Barrio 12 de Octubre, en el partido bonaerense de Lomas del Mirador, supuestamente para ir a un cyber de la zona.
La madre y hermana de Arruga recorrieron hospitales, morgues y comisarías buscando al adolescente. Recién cinco años más tarde, tras una denuncia del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), se logró la exhumación de un cuerpo enterrado como NN en el Cementerio de la Chacarita y se confirmó que se trataba del joven.
Investigaciones posteriores determinaron que Arruga murió la misma madrugada del último día de enero, cuando cruzó corriendo la avenida General Paz y fue atropellado por un auto. De ahí lo llevaron al hospital Santojanni donde falleció y, dado que no tenía identificación y, supuestamente, nadie reclamaba su cuerpo, fue derivado a la morgue como NN.
La versión era desmentida por la familia que afirmaba haber ido al lugar y recibir una negativa. Tenían como antecedente que por "negarse a cometer robos para efectivos de Lomas del Mirador" lo habían detenido otras veces.
El 15 mayo de 2015, el policía Julio Torales fue condenado a diez años de prisión por torturar a Arruga antes de su desaparición considerándoselo como coautor del delito de "torturas".
Quedó acreditado que el 22 de septiembre de 2008, entre las 11 y las 19, Arruga estuvo alojado en el sector de la cocina del destacamento de Lomas del Mirador, tras haber sido detenido como sospechoso de un robo y allí fue torturado a golpes "con un elemento duro o romo" por Torales, mientras otro policía lo sostenía.