La campera de Hugo: trofeo y escudo de un veterano de la Guerra de Malvinas
La prenda lo acompañó durante 70 días en Puerto Argentino y es de los pocos excombatientes de nuestra zona que pudo conservar algo del lugar hasta el día de hoy, que guarda como una herencia para sus nietos.
Cuando los soldados argentinos evacuaron las islas Malvinas, los ingleses les quitaron las pocas cosas que tenían consigo y el resto quedó en el gélido territorio donde se vivió la crueldad de la guerra.
El caso más emblemático y actual es eldel ex soldado Jorge "Beto" Altieri, quien logró recuperar su casco, el que le salvó la vida en Monte Langdom durante la batalla, semanas antes de que fuera subastado.
Por nuestras tierras, Hugo Franco, nacido en Altos de Chipion pero con residencia en San Francisco desde hace varios años, también tiene su recuerdo físico de la guerra al poder conservar a la vuelta de las islas la campera militar que lo cobijó durante 70 días en las islas. "Esta campera significa mucho para mí. Ella me dio el calor que necesité cada día que estuve en Puerto Argentino, que me protegió, que me acompañó en cada momento", comentó a LA VOZ DE SAN JUSTO en la previa a un nuevo aniversario del desembarco argentino en las Islas Malvinas.
Durante el conflicto armado, Franco fue el chofer del gobernador de las islas Mario Benjamín Menéndez.
"Tal vez la gente no lo entienda pero este es mi abrigo de Malvinas, mi escudo de la guerra y es mi trofeo del conflicto", afirmó.
La campera es color verde, sin demasiados detalles; su peso es importante y tiene algunas manchas que no son propias de una batalla, sino del uso que Franco le dio hasta hace 12 años atrás cuando decidió guardarla para siempre, como recuerdo para sus cinco nietos.
"La usé durante mucho tiempo para mi trabajo -constructor de obra- y tiene las manchas típicas de una construcción; pero decidí que no la iba a usar más porque este es el legado que les dejo a mis nietos para que nunca se olviden que su abuelo defendió la patria en las Islas Malvinas", contó el exsoldado de 56 años.
La prenda es todo lo que le quedó a Franco de su vestimenta. "Cuando volví de Malvinas entré en depresión y tuve un intento de suicidio. En ese momento, mis padres decidieron tirar todas las cosas que traje de allá porque consideraron que me hacía mal verlas y tenerlas presente, de hecho, aún no tolero ver ropa camuflada porque me produce una tristeza tremenda", expresó.
Sin embargo, este abrigo quedó guardado en la casa. "No sé cómo es que sobrevivió en mi placar pero acá está, 37 años después. Es una bendición de Dios", afirmó.
Franco, quien no estuvo en combate como demás compañeros, analizó: "Era durísimo saber que mis compañeros estaban en el frente, con el agua hasta la cintura y muertos de frío. Recuerdo que además de la ropa nos dieron dos pares de zapatillas Flecha, ¿Qué podían cubrir del frío? Nada. Pero ahí estábamos todos jovencitos y con lo que teníamos puesto", recordó.
Valor simbólico
Los objetos que usaron los soldados en Malvinas son preciados por estos hombres pero también deseados por coleccionistas. Así fue el caso del casco de Jorge Altieri, quien logró recuperarlo luego de que se conociera que iba a ser subastado en "eBay" (sitio de compras online) a más de medio millón de pesos.
Según Franco, "Jorge - Altieri- pudo sobrevivir a la contienda en la batalla de Monte Longdon gracias a su casco y ahora, 37 años más tarde, pudo volver a tenerlo en sus manos. Lo mismo pasa con mi campera. Si la hubiera perdido o si mis padres la hubieran regalado sentiría que me falta algo, porque esta campera es mi historia", comparó.
Con semejante valor simbólico, Franco remarcó que no piensa en donarla a un museo salvo que se cree un espacio en San Francisco. "Me gustaría armar un museo en la ciudad para que la gente la vea y no olvide que aún varios estamos vivos".
Su historia
Como tantos jóvenes, Hugo salió sorteado para hacer el Servicio Militar Obligatorio. Lo citaron en 1981, con 19 años, a presentarse en el grupo de Artillería 141 en la localidad de José de la Quintana, distante unos 60 km. de la Ciudad de Córdoba, aunque fue enviado a la IX brigada mecanizada de Comodoro Rivadavia. Por aquel tiempo, Hugo era chofer de los altos cargos militares.
El 2 de abril, cuando la Argentina desembarcó en las Islas Malvinas, Franco y los demás no conocían lo que estaba sucediendo. "Fui de los últimos que tuvo la baja y estábamos como civiles".
Días más tarde, Hugo y sus compañeros de clase hicieron la formación de cierre en el comando pero el Teniente Primero tenía otra noticia para darles: debían enviar un hombre con una camioneta a Puerto Argentino que haga las veces de chofer de Mario Benjamín Menéndez, el por entonces gobernador militar de Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur. Entonces Franco levantó la mano. "No lo dudé ni un minuto, quería ir. El problema era que no sabía lo que estaba ocurriendo en ese momento, yo solo quería ir a pasar y conocer pero me encontré con el horror de la guerra".
Decidido, preparó el equipamiento militar y el 6 de abril partió hacia Malvinas con la campera verde que lo acompaña hasta hoy. "Hay cosas que no puedo explicar y que me haya traído esto es una señal, es saber que tengo que dejarle a mis nietos un tesoro de guerra", concluyó.
ACTO EN LA CIUDAD
El Centro de Veteranos de Guerra de Malvinas realizó anoche una vigilia y hoy desde las 10.30, junto a la municipalidad, realizarán el acto central en la Plazoleta Héroes de Malvinas (Perú 1350). Se izará la Bandera nacional, se colocará una ofrenda floral y habrá discurso.