La alimentación de los chicos en los primeros años de vida
Una alimentación inadecuada en la primera infancia es uno de los principales factores de riesgo de mala salud a lo largo de la vida
A muchas mamás, la alimentación de sus hijos durante los primeros años de vida suele confundirlas. Una alimentación inadecuada en la primera infancia es uno de los principales factores de riesgo de mala salud a lo largo de la vida.
Entre los efectos a largo plazo cabe citar un mal rendimiento escolar, una menor productividad, alteraciones del desarrollo intelectual y social, y diversas enfermedades crónicas.
Por eso, la licenciada en Nutrición y coordinadora del servicio de viandas saludables Sano Sabores Julieta Grande (M.P. 2234), nos cuenta más sobre cómo alimentar los chicos en cada etapa de su vida.
"De acuerdo a los parámetros de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y Unicef, la leche materna es el mejor alimento para que el lactante crezca y se desarrolle con salud. Durante los seis primeros meses de vida se debe alimentar al lactante exclusivamente con leche materna, para que su crecimiento, desarrollo y salud sean óptimos. Pasados esos seis meses, deben introducirse alimentos complementarios adecuados e inocuos, combinados con la lactancia materna hasta los dos años como mínimo", explicó Grande a VOZ MUJER.
Sobre los alimentos complementarios, la nutricionista enunció que "deben ser ricos en nutrientes y deben administrarse en cantidades suficientes, primero; en pequeñas cantidades y luego ir aumentando gradualmente la proporción a medida que crezca el niño".
Los alimentos
Grande informó que "los niños deben recibir alimentos variados, incluidos productos cárnicos, pescado y huevos con la mayor frecuencia posible".
"Los lactantes pueden comer alimentos en forma de puré, triturados y semisólidos a partir de los 6 meses; a partir de los 8 meses se puede dar a la mayoría de los niños diversos alimentos que se pueden comer con la mano, y a partir de los 12 meses pueden comer en general los mismos productos que el resto de la familia", agregó.
Los alimentos deben tener una consistencia apropiada para la edad del niño. "Los alimentos complementarios deben administrarse unas 2-3 veces al día entre los 6 y 8 meses, aumentando a 3-4 veces al día entre los 9 y los 11 meses. Entre los 12 y los 23 meses se les debe dar de comer unas 3 o4 veces al día. Y dependiendo del apetito que tengan, se pueden añadir 1 o 2 refrigerios nutritivos entre comidas".
Además de proporcionar una variedad y cantidad adecuadas de alimentos con la frecuencia idónea, es importante que los cuidadores demuestren sensibilidad al alimentar al niño. "Se debe alimentar a los lactantes directamente y ayudar a los niños mayores cuando coman por sí solos; darles de comer despacio y con paciencia y alentarles a comer, pero sin forzarlos; cuando se nieguen a comer, se probarán diferentes combinaciones de alimentos. La hora de comer debe ser un momento de aprendizaje y amor: un momento para hablar con los niños y tener contacto visual con ellos", concluyó Grande.