La Agronomía celebra su día abriendo nuevas fronteras de información
Desde el Inta San Francisco analizaron el desafío de los profesionales ante los cambios tecnológicos y los que vinieron con la pandemia.
Los ingenieros agrónomos y veterinarios tienen un rol central en la producción y tecnificación del campo argentino. Cada 6 de agosto se celebra el día de ambas profesiones en reconocimiento a la labor que realizan a diario.
La profesión fue evolucionando con los años, acompañando la transformación de los ciclos agrícolas y ganaderos hacia una producción eficiente y de alto rendimiento. El oficio, que se profesionalizó en 1883, hoy tiene un lugar central y permite abrir nuevos canales de información a través de las herramientas digitales que propone el siglo XXI.
La ciudad de Lomas de Zamora fundó la era de la profesionalización del campo argentino. Fue un 6 de agosto de 1883 que se dictó por primera vez clases en la carrera de Agronomía.
La escuela Agrotécnica y Veterinaria "Santa Catalina" dio inicio a su ciclo lectivo forjando un antes y un después en la producción agropecuaria argentina. La incorporación de conocimientos, herramientas, desarrollos, entre otros aprendizajes posibilitó una mayor eficiencia del sector.
Cuatro años más tarde, en 1887, se graduaron los primeros diez ingenieros agrónomos y tres médicos veterinarios. Estos profesionales fueron quienes empezaron a forjar la agronomía en Argentina.
Desde la Agencia de Extensión Rural Inta San Francisco analizaron el desafío de los profesionales ante esta era tecnológica y de las comunicaciones, que pandemia de por medio, cambió la manera de extender la información.
"Previo a la pandemia ya veníamos trabajando con algunas herramientas virtuales, usando Skype para muchas reuniones puntuales, para evitar viajar varios kilómetros", comenzó diciendo Alejandro Centeno, jefe de la AEE Inta San Francisco.
"La pandemia nos cambió la forma de vincularnos, sobre todo a los profesionales de la actividad privada. En eso tuvimos que aggionarnos, pero fuimos la primera agencia del país en adoptar las capacitaciones virtuales en medio de la cuarentena por el covid", destacó.
"Dimos dos charlas virtuales antes que el resto y eso nos permitió llegar de otra manera, tal vez más cómoda a los colegas y productores", agregó
En este sentido destacó las ventajas de la virtualidad como herramienta de capacitación: "nos permite ver charlas en diferido cuando por otras razones no se puede participar; al estar colgadas en la web, permite elegir y detenernos en lo que nos interesa y pasar lo que no, de manera tal de hacer más eficiente el uso del tiempo".
"Se reduce tiempo, dinero y riesgo, ya que para quienes estamos en el sector es muy común hacer cientos de kilómetros para participar de una capacitación o una reunión de trabajo".
Por otro lado, el ingeniero agrónomo y jefe de la agencia local del Inta reconoció que "esto nos obliga a aggiornarnos a lo que se viene. Si años atrás demoraban 10 años en duplicar el conocimiento, ahora se da cada dos o tres años".
"Por eso debemos estar permanentemente buscándole la vuelta a como ejercer la profesión y en eso mucho tiene que ver las decisiones y el acompañamiento de los colegios profesionales", expresó.
Centeno dijo que "la herramienta de la conectividad en cualquier parte es fundamental porque lo que no sabemos, lo conseguimos, consultando con un teléfono en el lugar donde estemos".
En este contexto, el agrónomo dijo que "los profesionales tenemos que estar muy a la expectativa de los pequeños cambios que empezamos a percibir, el desafío como profesionales es estar atentos para entenderlos y empezar a acompañarlo".
"Los cambios nos llevan a ver la huerta como una posibilidad de negocios"
La ingeniera agrónoma Graciela Gasparetti es una referente del programa Pro Huerta en nuestra región. De hecho reconoce que "hay muy pocos colegas que se dediquen a esto, fundamentalmente porque no es una actividad típica de la zona, sino que la especialidad laboral tiene que ver con la producción extensiva".
No obstante rescató la oportunidad que tuvo como profesional en involucrarse en este tipo de producción intensiva, demostrando que el espectro laboral de los ingenieros agrónomos es "muy amplio".
"Por ley, fijamos 43 incumbencias profesionales, pero cada una de ellas deriva en muchas más. Eso hace que los ingenieros agrónomos estén presentes en lugares vinculados pura y exclusivamente a gestión, pasando por laboratorios, hasta llegar al campo en sí, y desde unidades de producción agropecuaria muy variadas", puntualizó.
En su experiencia personal Gasparetti comentó que su profesión ha ido evolucionando de la mano de la evolución que hizo el Prohuerta. "Cuando recién inicio, nuestra función era simplemente enseñar lo vinculado a la producción agroecológica para tener algún tipo de alimento que abastezca una necesidad básica a familias vulnerables".
"Con el tiempo, esta cuestión de satisfacer una necesidad básica, ha tomado otro enfoque y hoy se ve a la producción como emprendimiento con la posibilidad de agregar valor , a su vez pensando en conceptos tan actuales como economía circular y conservación del medio ambiente", sostuvo Gasparetti.
"Hoy vemos a la producción con otros ojos considerando una posibilidad de negocio a la huerta", remarcó.
Si bien aclaró que son muy pocos los que viven exclusivamente de esto (porque se habla de emprendimientos como complemento a una actividad), "algunos ya han dado ese salto y desarrollan lo que llamamos que le llamamos huertas con excedentes".