Gian Madonna, un guerrero de la vida real y de la virtualidad
Es el hijo del ex intendente Hugo Madonna, pero hizo su vida lejos de la política. Es campeón cordobés de Artes Marciales Mixtas, exitoso streamer y publicista. Desde Córdoba cuenta cómo complementa estas tres facetas, practicándolas con la misma pasión.
Por Gabriel Moyano | LVSJ
Eso de que la fruta no cae lejos del árbol o que de tal palo, tal astilla no funciona mucho con Gian Madonna. El hijo del ex intendente de San Francisco parece dispuesto a romper convencionalismos y se destaca en diferentes áreas que a primera vista parecen contrapuestas o lejanas por lo menos.
Con 24 años y una licenciatura en publicidad, es un joven amable y de buenos modales. Nadie lo imaginaría subiéndose a una jaula de MMA (Artes Marciales Mixtas) para fajarse con su rival y levantar el cinturón de campeón provincial.
Y si sí sucede que logramos visualizarlo en esa faceta de luchador disciplinado en el entrenamiento y el cuidado del físico, nos sorprenderá saber que a su vez pasa horas frente a una computadora "jugando a los jueguitos" para seguir ganando prestigio en su carrera de streamer.
Y a todo esto le agrega su trabajo de diseñador gráfico, donde dice que encuentra inspiración y equilibrio entre sus otras actividades.
Cuenta que nunca se le cruzó por la cabeza seguir los pasos de su padre en la política y que extraña venir a San Francisco cada vez que puede.
Gian, un especialista de las artes marciales mixtas, del streaming y la publicidad.
Tras finalizar la secundaria en nuestra ciudad se mudó a Córdoba para enfocarse en la universidad. Y tanto se enfocó que perdió de vista el cuidado de su físico. Acostumbrado a practicar básquet, rugby o natación, por primera vez en muchos años se veía fuera de estado y los "rollitos" le empezaban a preocupar.
Ir al gimnasio se hizo imperante y pronto se vio practicando kick boxing, algo que solo había visto en la tele: asegura que nunca había "tirado una mano" en su vida.
De todas maneras, no considera que ser una persona pacífica necesariamente contraste con practicar artes marciales o deportes de los considerados rudos.
No todos los que se acercan a esas disciplinas son personas adeptas a andar peleándose por la vida. Para Gian es al contrario: "Es un estereotipo el que se ha creado alrededor de una persona que practica un deporte de contacto como el MMA, el boxeo o el kickboxing. Pero no es así, son contados los casos que conozco de compañeros que empezaron el deporte porque eran de pelear en la calle. Es todo lo contrario: hay mucha gente que lo practica para desestresarse, por una cuestión física o simplemente para practicar algún deporte. Es una actividad que requiere de muchísima concentración y, por lo menos en mi gimnasio, como que se castiga al que pelea afuera del ring".
Gian en acción.
Lo que puede acercar a las personas a una actividad como esta es otro tipo de necesidad, contempla. "Sí existen casos de gente que empieza a entrenar porque necesita defenderse de alguna forma o ganar seguridad. Eso lo noté en mí. Me empezó a dar mucha confianza y seguridad en mí mismo saber una técnica de pelea, saber que me puedo defender en el caso de que ocurra alguna situación en la que tenga que utilizarla", asegura.
Subirse a la jaula
El entrenamiento rápidamente comenzó a dar resultados. Vio cambios en su cuerpo, en su confianza y la idea de empezar a competir dejó de sonar muy descabellada.
"Cuando me empecé a medir con otros rivales, viendo que me podía destacar frente a ellos. También uno tiene en cuenta lo que te va diciendo el entrenador. Si bien es un 70% motivación, cuando el profesor te dice que estás muy bien, que vas avanzando mucho y te incentiva a seguir entrenando, eso te motiva mucho, te sube la moral y te mueve a seguir entrenando fuerte. Siempre se puede seguir mejorando más", cuenta.
"No tenía pensado competir en un principio, solo lo practicaba por hacer un entrenamiento físico. Pero poco a poco empecé a ver que me gustaba, que mejoraba, que tenía cada vez más confianza a la hora de hacer sparring con los compañeros. Entonces me pregunté por qué no probarme con alguien que no sea de mi gimnasio, con quien poder exigirme al 100% ya que con un compañero nunca vas a una fuerza completa ya que debemos que evitar lastimarnos. Así que fue como para medirme para saber en qué nivel estaba. Había ganado la confianza suficiente como para subir al ring y así lo hice", agrega.
"Es un estereotipo el que se ha creado alrededor de una persona que practica un deporte de contacto como el MMA, el boxeo o el kickboxing. Pero no es así".
De todas maneras no es que no le pesó el debut: "No era que no tenía nervios. Al contrario: estaba muy nervioso. Fue una de las pelea que más nervioso estuve, tanto en la preparación, la alimentación como a la hora de subir a la jaula, rodeado de gente".
La posibilidad de lesionarse o resultar lastimado siempre está, pero no es algo que tenga mucha presencia en la mente de un luchador cuando está sobre el ring. "Creo que es el mismo miedo que tiene un jugador de fútbol o de básquet. Más que nada porque una lesión te impediría seguir realizando esa actividad, por lo menos en el corto plazo. Pero al estar consciente de que cuando te subís algún golpe vas a recibir por más bueno que seas tu cuerpo, mental y físicamente, se prepara para recibirlo. Entonces el riesgo de lesión es menor, pero puede pasar. La nariz es un punto muy frágil, por ejemplo. En mi caso me la quebré en un accidente y después de eso subí al ring, recibí golpes pero no tuve problemas. Es algo secundario el tema de las lesiones, no estamos pendientes todo el tiempo de eso porque si lo hacemos es cuando más nos exponemos a eso", comenta Gian.
Las victorias comenzaron a acumularse y un día se encontró logrando el título de campeón provincial en su categoría. "Fue una de las mejores cosas que me pasó. En este deporte, cada logro, cada victoria trae muchísima felicidad, como en cualquier otro. Pero alcanzar un título es una alegría enorme, no solo para mí sino también para profesores y compañeros. Fue muy impresionante porque fue como pasar de no saber ni tirar un jab a ganar un título. Fue increíble, hacía solo tres años que venía entrenando", recuerda feliz.
Al mundo virtual
Cuando no está entrenando ni trabajando, a Gian le apasiona darle rienda suelta a su gusto por los videojuegos. Desde chico lo tomó como un hobby, pero recientemente cayó en la cuenta de que podrían convertirse en un sustento.
"Siempre me interesaron los videojuegos, tanto de computadora como de consola. Hace un año decidí empezar a grabarme a través de Twitch. Empecé a ver que a la gente le gustaba mi contenido, le gustaba cómo jugaba y lo que decía. Poco a poco fue creciendo, la gente fue apoyando ya sea con un comentario o también con donaciones o suscripciones. También es algo que me encanta, al igual que las artes marciales", cuenta.
El mundo de los e-sports o deportes electrónicos está teniendo un auge muy fuerte y cada vez son más los famosos que los practican y que muestran sus muchas o pocas habilidades. El caso del Kun Agüero es uno de los más conocidos.
El sanfrancisqueño da rienda suelta a su gusto por los videojuegos.
En este boom Gian cree que "el Fornite tuvo mucho que ver con que lleguen a un público que antes no los consumía. Por eso mucha gente se empezó a acercar y eso impulsó mucho a la industria. Actualmente se puede vivir de esto, siempre que generes contenido que le interese a la gente o que entrenes mucho y seas muy bueno en los torneos que se hacen. Todos tienen premios que son muy buenos. Si logras crear una audiencia podés generar ingresos a través de las donaciones, o del patrocinio de marcas. Cuesta mucho ir creciendo, sobre todo porque muchas de las plataformas que se dedican a esto no son muy conocidas, aunque algunas como Youtube y Twitch ya están ganando mucha notoriedad".
Uniendo los mundos
Practicar un deporte tan exigente desde lo físico como lo son las MMA significa un estilo de vida que podría considerarse opuesto a la carrera del streamer. Es que mientras uno debe entrenar y mantenerse activo para estar al 100% de su potencial, el otro requiere muchas horas de estar sentado frente a la computadora o consola, pero también entrenando para ser cada vez mejor jugador y así crear una audiencia que termine traduciéndose en réditos económicos.
"Tengo esa gran lucha entre estar sentado muchas horas frente a la computadora y por otro lado tener que cuidar el físico. Trato de acomodar mis horarios lo máximo que puedo y no por hacer una cosa dejo otra de lado. Le meto lo máximo que puedo a todas las actividades que hago. Trato de encontrar un equilibrio", cuenta Gian.
Obviamente la prioridad la tiene su trabajo. Dentro de la publicidad, lo que más lo apasiona es el diseño gráfico. "Es una de las áreas que más me inspira. Me encanta crear piezas gráficas, editar videos, generar contenido para redes sociales".
Actualmente, como si fuera poco, se encuentra realizando un Master en Administración de Empresas "para complementar" mis otras actividades. Lo que sí nunca se imaginó abarcar es la polícita: "Nunca me llamó la atención ese ámbito. Por más que tenga un padre que le gusta y le apasiona, por mi parte nunca me sentí atraído. No lo tengo considerado a futuro".
Sobre su San Francisco natal expresa: "Extraño mucho, sobre todo en este tiempo de pandemia que no puedo volver. Antes solía volverme cada tanto, para visitar a la familia, a mis abuelos, a la gran cantidad de amigos que tengo. Se extraña mucho todo eso, la tranquilidad de San Francisco sobre todo. Cuando pase todo esto ya voy a volver para compartir con los que extraño".