Florencia Aimar y la Reforma Universitaria hecha novela
La escritora sanfrancisqueña estrenó su obra literaria "Las libertades que nos faltan", en el marco de la Feria Internacional del Libro que se desarrolla Buenos Aires. Su lectura propone un viaje a la Córdoba reformista; a los ideales de la época, años teñidos de valentía; a una historia de amor, siempre con la pluma crítica.
La escritora sanfrancisqueña Florencia Aimar presentó ayer sábado su primer obra literaria, "Las libertades que nos faltan", en el marco de la 44º Feria Internacional del Libro de Buenos Aires.
La mujer, de 28 años, vinculó un relato de amor ambientado en 1918 durante la Reforma Universitaria en la Universidad Nacional de Córdoba (UNC).
"Las libertades que nos faltan" combina la historia y el rompimiento de prejuicios para los protagonistas, que a través de los sentimientos lograron transformar la realidad de las altas casas de estudio de la época.
La novel escritora - que también es licenciada en Relaciones Internacionales, abogada, profesora universitaria y trabaja en el Poder Judicial - se abocó durante cuatro años en la investigación y reescritura de un libro que hoy le abre las puertas no solo de la Feria del Libro, sino también de una nueva profesión.
En el año que se recuerda el Centenario de la Reforma, Aimar hace su debut como escritora en un mundo nuevo y San Francisco -a través de su pluma- llega a la Feria del Libro en esta nueva edición.
De cuento a novela
Aimar desde su adolescencia sintió la chispa en su interior que la impulsaba a escribir. Inició con relatos breves, cuentos y poesía, pero no fue hasta el inicio de su trayecto universitario que encontró un punto de inflexión para animarse a convertirse en novelista y optar por la Reforma Universitaria de 1918 como tema de su pieza literaria.
Aimar en 2008 empezó a estudiar en la Universidad Católica de Córdoba (UCC) la carrera Relaciones Internacionales y fue durante el cursado de Historia de los procesos políticos argentinos, que se enamoró de la temática de su novela.
"Para rendir el examen final elegí el tema de la Reforma Universitaria de 1918, me llamaba la atención el contexto romántico y poético de la época y el - documento que resultó del movimiento - Manifiesto Liminar es sumamente atractivo como pieza literaria. Ahí me puse a investigar, fueron cuatro años de escribir a la par. Así que podría decir que primero surgió lo histórico y después lo literario", relató Florencia a LA VOZ DE SAN JUSTO.
En noviembre del año 2017, terminado su trabajo, encontró luego de un largo periplo una editorial - Tinta Libre - que le brindó la "comodidad como autora" y también para su obra: "El director me dijo que era muy interesante el trabajo pero que tenía que cerrarlo para ser publicado en 2018 porque era el momento justo".
Florencia Aimar, de 28 años, es oriunda
de San Francisco, abogada y especialista en Relaciones Internacionales. Se
animó a escribir "Las libertades que nos faltan", su novela ambientada en la
Reforma Universitaria de 1918
Amor
en tiempos de
la reforma
"Las libertades que nos faltan" es una novela histórica y romántica ambientada en 1918.
Luego de ser editada y corregida fue declarada por la Legislatura provincial de beneplácito, donde se destacó la juventud e importancia de recordar este hecho trascendental en el pasado estudiantil y universitario cordobés.
Su nombre hace alusión a una frase del Manifiesto Liminar. "Los jóvenes del '18 le dijeron a los hombres de Sudamérica: 'los dolores que nos quedan son las libertades que nos faltan' - explicó Aimar - yo hablo de eso en el libro, de las posibilidades que no tenían algunos sectores para acceder a la educación superior en aquella época y fundamentalmente de las mujeres", contó.
En aquel momento, cabe destacar, no sólo se trataba de garantizar el acceso masivo a sectores sociales que no fueran de elite, sino también de grupos cuya presencia era minoritaria, como en el caso de las mujeres.
"El personaje principal se llama Elizabeth y es de nacionalidad inglesa, una mujer que demuestra fortaleza, valentía y fuerte presencia de un proyecto personal. Con su familia vienen a Argentina, compran tierras al lado de una familia italiana que tiene un hijo - Eugenio - de la misma edad", contó Florencia.
Tras una crisis económica, la familia de Eugenio emigra a la ciudad de Córdoba y se convierte en médico. Allí encuentra a Elizabeth, ya adulta, quien estudió Abogacía.
Aimar convirtió a la joven en una estudiante de abogacía durante 1918, aunque en realidad eso ocurrió con posterioridad a la reforma, pero el hecho se tornó propicio para poder "dar otros debates" que fueron de influencia en este movimiento.
"Su romance no sólo abarca los sentimientos que nacieron en su niñez, sino el lazo que construyen a raíz de la lucha que lleva adelante Eugenio por lograr la reforma y que termina envolviendo a Elizabeth, quien al principio desconfiaba de este proceso", describió Aimar, con la misma tenacidad en la voz con la que abordó la temática e investigación en la obra.
La protagonista se verá en distintos roles donde se ve siempre presionada por los mandatos sociales de la época y las ansias de cambiar su destino y el de otras generaciones.
"Tomo la vida civil de las mujeres, cómo se insertaban socialmente, al margen de la lucha por reformar estatutos de las casas de estudios superiores, que sean autónomas, las cátedras se concursen y participar en el gobierno", comentó apasionadamente.
"Las libertades que nos faltan" es una obra que obliga a leer historia de forma inconsciente. Este hecho puntual - la Reforma Universitaria - fue algo muy olvidado, en Córdoba está al alcance pero la historia no es vivida ni tenida tan presente en general", analizó la autora.
El desafío de 1918 es el mismo que hoy tiene Aimar para abrirse paso en el mundo de las letras; eligió hacerlo a través de la historia, su gran pasión, y con una obra que promete y se las trae.
Lo que heredamos de la Reforma Universitaria
Aimar reflexionó acerca de los nuevos desafíos que tienen las universidades en la actualidad, lo que quedó y aquello que no se pudo manifestar en hechos concretos.
"La juventud de Córdoba heredó la capacidad de organizarse, pelear por sus derechos, la autonomía, participación y también la inclusión de sectores populares que ingresaron cuando en aquel entonces los destinatarios eran las elites", resaltó sobre lo positivo.
No obstante, Florencia realiza una evaluación sobre lo que falta: "Hoy somos pocos los que tenemos acceso a la educación superior y quizá la lucha de los reformistas en el 2018 sea ampliar el acceso de estos sectores a la educación superior".
La clave para la escritora sanfrancisqueña está en "repensar la educación secundaria sobre modalidades y contenidos que se dictan pero hacerlo en conjunto con la universidad", no separadamente como hasta ahora.
"En la capital es fácil entrar a la ciudad universitaria, pero no acceder a la facultad en términos de conocimiento", finalizó la nobel escritora.