Falleció don Eliseo, el abuelo centenario y el primer “delivery” de la ciudad
A los 100 años, hoy murió Eliseo Valsagna, el "señor de la ventana"; el que decía que no le quedó ningún anhelo pendiente por cumplir. En su memoria guardó grandes recuerdos, como cuando repartía la mercadería a caballo, y luego en un vehículo, como parte del oficio en el que se desempeñó 43 años: almacenero. Recordamos la nota realizada por LA VOZ DE SAN JUSTO cuando cumplió un siglo de vida. ¡Vuela alto Eliseo!
A los 100 años falleció este martes Eliseo Valsagna. Sus restos son velados en la sala de la empresa Rosso Hnos. A continuación, copartimos la nota que LA VOZ DE SAN JUSTO le realizó con motivo de su cumpleaños, en marzo de 2019.
Don Eliseo, el primer "delivery" de la ciudad, celebra 100 años de vida
El "señor de la ventana" de J. B. Justo y Libertad
Por Ivana Acosta
Tener en frente a don Eliseo Valsagna es motivo de admiración y alegría, este simpático abuelo cumple hoy, 4 de marzo, 100 años y tiene la energía que a veces a cualquier joven podría faltarle.
Creció en una época donde el trabajo y oficio si coincidían se transformaban en una variable casi constante, tanto así que una persona podría desempeñar casi toda su vida laboral en un mismo lugar.
Y así sucedió con Eliseo, quien fue la cara visible de "El Espléndido", propiedad de Atilio Scocco durante 43 años. Un negocio de ramos generales que estaba ubicado en la esquina de Bv. 9 de Julio y Juan B. Justo. En ese lugar, él fue parte de una tendencia laboral que hoy está en auge: el delivery, solo que lo hacía en una bicicleta, también en una chatita hasta que más avanzado en el tiempo pudieron hacerlo en un rastrojero.
En ese lugar fue que don Eliseo consiguió trabajo cuando llegó a San Francisco, ya que él nació en Devoto y vivió tres años en Arroyito. Pero fue en 1933 que arribó a la ciudad y comenzó a trabajar en ese negocio donde fue "un hijo más"; tanto así que incluso su patrón le dio un préstamo para que él pudiera comprar la casa donde vive.
Además de trabajar allí, antes de obtener su jubilación se desempeñó en la firma Godeco, pero eso no le restó tiempo para recorrer la pista del Club San Isidro en bicicleta ya que era amante del ciclismo, fue colombófilo y uno de los fundadores de la asociación local, y hasta boletero en Sportivo Belgrano.
Una vez por mes, junto a su esposa Alcira Lucía Cerino, se juntaban con los amigos de la "Peña del '19" donde tuvo a los entrañables amigos ya desaparecidos pero inolvidables dentro de su memoria.
La vida de Eliseo es larga, rica en detalles de un San Francisco totalmente desconocido para la mayoría, pero que si se mira a los ojos de este abuelo se puede llegar a imaginar.
Eliseo, el abuelo con 100 años de vida y miles de historias por contar
Yapa y delivery
Cada persona que recuerda el negocio donde trabajaba Eliseo, también tiene en su mente la imagen de este hombre. Todos los meses los clientes iban a saldar deudas en el almacén y el detalle estaba en la libreta, como premio ese empleado les daba la "yapa".
Los clientes eran premiados por su fidelidad, compromiso y, a cambio, se llevaban caramelos, galletitas o hasta maníes dependiendo la ocasión. "Siempre pasa la gente y me dicen que me recuerdan porque les daba la yapa. Cuando me siento en la ventana y miro hacia la esquina recuerdo todo eso", rememoró don Eliseo.
El abuelo también agregó que en ese lugar "se vendía de todo" y dijo: "Existía hasta el surtidor para la nafta con botellas de aceite porque también lo despachábamos. A media cuadra estaba todo el depósito en un terreno grande donde guardábamos en el galpón la leña, carbón, kerosene".
Pero esa no era la única tarea que él hacía. Cada 1 de enero realizaba el inventario, y cuando había que llevar el mandado se los alcanzaba a los clientes. "Lo hacíamos con una bicicleta y una chata con caballos, después siguió el rastrojero. Una vez por mes íbamos a la casa de un hombre que trabajaba en el ferrocarril y lo trasladaron a Devoto. Era un cliente con libreta que siguió comprando así que llenábamos la chatita y se la llevábamos, además, recorría muchos lugares llevando pedidos", describió puntillosamente a LA VOZ DE SAN JUSTO.
Recuerdos. En "El Espléndido", un negocio de ramos generales, Eliseo dio sus primeros pasos en el trabajo
Los hobbies
Cuando Eliseo no está dentro de su casa mirando un poco de televisión o compartiendo tiempo con su familia, se lo puede encontrar en la ventana. El verano para él es sinónimo de sentarse en el frente de su casa para "ver pasar", charlar un poco con quienes lo ven y asombrarse con lo "cambiadísimo que está San Francisco".
Aunque él nació en 1919, recién llegó a la ciudad en el '33 donde se radicó definitivamente. Compartió 60 años de matrimonio con su amada Alcira, a quien perdió hace 17 años y añora con el alma.
Se desempeñó 43 años como almacenero y tras el cierre del negocio pasó a formar parte de la empresa Godeco donde finalmente se jubiló. Después de eso, cuando no está sentado en su casa, está en la ventana porque "la televisión cansa mucho ya que no hay nada productivo".
En paralelo también adoptó el ciclismo como pasatiempo, aunque él dice que "solo fue amateur". Recuerda haber ido pedaleando, sin cambios y muchas veces contra el viento, hasta la pista del Club San isidro.
Más de una vez, fue al campo y se dedicó a hacer ejercicio. Pero sin duda una de sus actividades preferidas o más disfrutadas era reunirse con los amigos de la "Peña del '19".
"Éramos muchos cuando la fundamos, teníamos una bandera y un himno. Estábamos junto con nuestras esposas y en cada reunión todos los meses cantábamos esa canción porque también había dos bandoneonistas. De todos esos amigos ahora solo quedo yo", rememoró con aire de nostalgia Eliseo quien también es primo hermano de los fundadores de la "Jazz Arias".
Boletero de la primera hora
Entre las actividades que desempeñó a lo largo de su vida, gracias a la amistad con uno de los fundadores, don Alfredo Scocco, Eliseo también fue receptor de los tickets de las entradas al estadio "Oscar C. Boero" cuando entraban a la cancha los hinchas de Sportivo Belgrano.
"Viajé también con todos los jugadores cuando el club tenía colectivo propio", dijo este incansable hombre que, además, no se pierde un relato de los partidos por AM 1050 y lleva en su corazón los colores de la institución de barrio Alberione.
Lúcido, fuerte, con una memoria prodigiosa y una mirada clara y sincera, don Eliseo es mucho más que un hombre que está ansioso por cumplir 100 años. Es más que el "señor de la ventana" y, sin dudas, que aquel primer "delivery" de San Francisco.