Facundo Manes: "Es importante relajarse, hay que volver a aburrirse"
El neurocientífico Facundo Manes presentará el miércoles en nuestra ciudad el libro "El cerebro del futuro" en el que analiza el impacto de la tecnología en el órgano más importante de nuestro cuerpo y las nuevas posibilidades que se abren a partir de ahí. En exclusiva con LA VOZ DE SAN JUSTO dialogó sobre la importancia de hacer algo diferente, relajarse y dar lugar a la creatividad para tener un cerebro sano.
Por Isabel Fernández
En un mundo donde el desarrollo tecnológico es impresionante, el estrés y otros estímulos nos impactan, nuestro cerebro debe adaptarse a una nueva realidad en la que la multitarea limita el rendimiento y los recursos cognitivos.
"Es importante recuperar momentos de relajación, introspección, esparcimiento, incluso de aburrimiento: como suelo decir, hay que volver a aburrirse", aseguró el neurocientífico Facundo Manes en diálogo con LA VOZ DE SAN JUSTO, quien el próximo miércoles 6, a las 20, presentará el libro"El cerebro del futuro" en el Superdomo.
Manes explicó cómo influirá el avance tecnológico en el órgano más importante de los humanos y aseguró que es un mito que solamente usemos el 10% de nuestro cerebro.
-¿Cómo afecta a nuestro cerebro el avance de la tecnología?
Por un lado, estar todo el tiempo conectado, pendiente de los mensajes, las novedades, promueve la multitarea, aunque con recursos cognitivos son limitados. Entonces, esa multitarea, contrariamente a lo que solemos pensar, no nos ayuda en nuestro rendimiento, sino que genera todo lo contrario: lo deteriora y baja los niveles de atención. Por otra parte, el uso no moderado de internet también puede generar ansiedad.
- ¿Tiene alguna ventaja?
Al mismo tiempo la tecnología abre puertas a desarrollos que hace unas décadas eran impensados. Uno de ellos es la interfaz cerebro-máquina: una tecnología que conecta nuestro cerebro con una computadora y nos permite registrar y procesar ondas cerebrales en tiempo real y traducirlas en una acción en el mundo exterior.
Así, las personas con diferentes grados de inmovilidad pueden, por ejemplo, comer una barra de chocolate moviendo un brazo robótico, o manejar el cursor de su propia silla de ruedas. Se ha sugerido que la interfaz cerebro-máquina nos está acercando a una revolución tecnológica porque representa una fusión del cuerpo humano con dispositivos artificiales. Tal vez, a partir de este tipo de desarrollos, el futuro de nuestro cerebro pueda no tener que ver con una evolución natural, sino que se relaciona con la influencia de la ingeniería genética y la biotecnología para expandir sus capacidades.
-¿Qué influencia tienen el estrés y la vida actual?
El estrés es una respuesta fisiológica normal ante un desafío. Es una respuesta normal y necesaria del cuerpo. El problema es vivir con estrés crónicamente. Eso produce cambios corporales e implica también un impacto negativo en el cerebro. Y hoy, el abuso de la tecnología puede contribuir a generar estrés. Solemos estar siempre conectados con los celulares, redes sociales, alertas, correos electrónicos. Y estar expuesto a situaciones de estrés a largo plazo o estar sometido a un alto nivel de estrés incluso puede producir deterioro cognitivo.
-¿Qué beneficios brinda el hacer cosas nuevas?
Es importante recuperar momentos de relajación, introspección, esparcimiento, incluso de aburrimiento: como suelo decir, hay que volver a aburrirse. En este sentido, el hecho de que no estemos concentrados haciendo una determinada tarea no implica que el cerebro no está procesando la información que adquirimos anteriormente. De hecho, los momentos en los que estamos relajados serían los mejores para disparar la creatividad.
Las tareas que hacemos siempre dejan de ser desafíos para nosotros por eso es que lo nuevo, nos hace bien, nos hace salir de nuestra zona de confort.
"Salir de la rutina nos ayuda a mantener nuestra mente activa... Nuestro estilo de vida tiene un profundo impacto en el cerebro. Por ello es esencial identificar qué hábitos son beneficiosos para cuidar y potenciar nuestra mente en el presente para el futuro".
-¿Cree que vamos hacia una fusión biológica-digital, a lo que en el libro llaman neuroética?
La neuroética es una disciplina que abarca el campo de la filosofía y que discute los beneficios y peligros de las investigaciones sobre el cerebro humano. Se encarga de reflexionar sobre las implicancias filosóficas del conocimiento del cerebro.
Por ejemplo, la interfaz cerebro-máquina podría violar nuestra intimidad y ser utilizada para espiar nuestras vidas. También la neuroética plantea la aplicación práctica de los nuevos descubrimientos. A través de los desarrollos tecnológicos, vamos a lograr superar algunas de nuestras propias limitaciones del propio cuerpo humano.
Y esto debe ser evaluado, por supuesto. Tenemos que tener en claro que el objetivo primero debe ser siempre promover el bienestar de la vida de las personas y el de toda la comunidad. A su vez, esto tiene que acompañarse por el desarrollo sostenido de una neurociencia rigurosa, responsable,ética y científicamente sólida.
-¿Cuáles son las claves para tener un cerebro sano?
Tener una alimentación saludable es clave para nuestro cerebro. Son numerosas las investigaciones que muestran que dietas tradicionales como las mediterráneas, escandinavas y japonesas, contribuyen a mantener un bienestar cognitivo y psicológico. Por eso, se recomienda tener una dieta rica en frutas, verduras y proteínas y baja en grasas saturadas. Pero además tenemos que tener otros hábitos como no fumar y descansar bien.
El ejercicio físico es importante para mantener un cerebro saludable. Por ejemplo, en un estudio que reunió a 120 adultos mayores sedentarios pero saludables y sin problemas de memoria se asignó a la mitad un programa de actividad física de tres veces por semana; después de un año, se encontró que el volumen de sus hipocampos, que es un área del cerebro que actúa en la consolidación de la memoria, no solo no había disminuido como suele suceder en los adultos mayores, sino que además había aumentado de tamaño.
Otro hábito fundamental es llevar una vida social activa: estar conectados con los demás y tener algunas personas con las cuales contar son factores clave para nuestro cerebro. También salir de la rutina nos ayuda a mantener nuestra mente activa. Es decir, nuestro estilo de vida tiene un profundo impacto en el cerebro. Por ello es esencial identificar qué hábitos son beneficiosos para cuidar y potenciar nuestra mente en el presente para el futuro.
-¿Cuál es el tiempo en que se forma el cerebro, qué pasa con los niños que no tienen oportunidades nutricionales y sociales de formarlo de una manera óptima?
La transformación del cerebro de un niño, el verdadero cerebro del futuro, en el de un adulto es un proceso fascinante. El cerebro de un recién nacido representa solo un cuarto del tamaño del de un adulto. En el transcurso de su infancia va a tener un crecimiento intensivo y masivo. Entonces, estas etapas tempranas de maduración, durante el desarrollo fetal y la infancia, son las más dramáticas e importantes. Es en estos momentos en los que tanto la estimulación cognitiva como la afectiva cumplen un rol esencial.
Un cerebro estimulado genera más conexiones y más plasticidad de adaptación en las neuronas. Por el contrario, la carencia nutricional produce un impacto tremendamente negativo en el desarrollo neuronal. La desnutrición y la malnutrición están asociadas a alteraciones en la actividad de neurotransmisores, las sustancias químicas que median la comunicación entre una neurona y otra.
Entonces, es una inmoralidad que haya en Argentina un niño que pase hambre, que no tenga las necesidades básicas satisfechas. Esto necesita una respuesta urgente que no puede esperar. Es también, como suelo decir, una hipoteca para el futuro. Todos los niños y jóvenes en nuestro país tienen el derecho de recibir una educación de calidad desde las primeras etapas de sus vidas hasta acceder a los títulos de mayor nivel. No hay tarea más urgente.
¿Cómo evoluciona el cerebro de los argentinos?
El cerebro de los argentinos, como el de los franceses, o el de los japoneses o el de cualquier otra nacionalidad, no tiene ninguna particularidad anatómica diferencial. Las personas de todas las culturas tenemos los mismos rasgos biológicos generales, estructuras anatómicas y funciones del cerebro. Ahora, si bien todos los cerebros son iguales, podemos sí, pensar en la cultura y el contexto en el que esos cerebros se desarrollan. Porque el cerebro es moldeado por la interacción con el ambiente, el contexto social, la cultura, los gustos y las experiencias. Así, a partir de esta interacción con la experiencia y el ambiente, se transforma constantemente. Para comprender mejor esto, hay un concepto que resulta muy útil que es el de los sesgos cognitivos, que son esquemas mentales a partir de los cuales formamos nuestras creencias y nuestra visión del mundo. Entonces podemos hablar de"sesgos argentinos". Y esto nos sirve para pensar cómo queremos ser en un futuro, qué necesitamos cambiar como sociedad para que sea más igualitaria y desarrollada. Para eso tenemos que dejar de vanagloriarnos de la mal llamada"viveza criolla", del ventajismo, del"roban pero hacen", y exigir conocimiento, educación de calidad, desarrollo científico y tecnológico.
Perfil
Facundo Manes nació en Quilmes y creció en Arroyo Dulce y Salto, al norte de la Provincia de Buenos Aires. Es neurólogo y neurocientífico, graduado en la Universidad de Buenos Aires y en la Universidad de Cambridge, Inglaterra, donde obtuvo su Doctorado en Ciencias.
En 2001, regresó a la Argentina y creó el Instituto de Neurología Cognitiva (Ineco) y el Instituto de Neurociencias de la Fundación Favaloro. También creó y preside la Fundación Ineco para la investigación en neurociencias cognitivas.
Es profesor de prestigiosas universidades del exterior y, como investigador, ha publicado más de 210 trabajos científicos en las revistas internacionales más prestigiosas de su especialidad.
Facundo Manes está convencido de que la riqueza de un país se mide por el capital humano, la educación, la ciencia y la tecnología, y que allí está la base del desarrollo social. Hace varios años que recorre la Argentina brindando charlas con el fin de invitar a la sociedad civil a comprometerse con la construcción de esta sociedad del conocimiento.