El tobogán del medio siglo, de “mil” historias
Cada persona que se tiró del tobogán más alto de la ciudad en la Plaza General Paz alguna vez imaginó que era la persona más poderosa del mundo. Nelli Salvaneschi volvió a hacerlo otra vez a los 57 años al recordar a su padre Aldo que fue quien lo construyó hace 50 años.
Por Ivana Acosta
Hace mucho frío y hay viento en la Plaza General Paz, esa que es tan versátil y de noche se convierte en un "restaurante popular", tiene una cabina pública como monumento histórico que pasa desapercibido y también un tobogán, el más alto que tenga la ciudad y el único que queda en pie.
El tobogán no tiene la firma de su autor y él ya no vive, sin embargo, su familia aún recuerda ese juego y vio cómo fue construido hace 50 años como mínimo ¿Quién lo hizo? ¿En qué año?
Esas y otras tantas preguntas intentó responder Nelli Edith Salvaneschi sentada en un banco de la plaza General Paz, mirando fijamente ese tobogán que vio construirse en el patio de la casa de Juan B. Justo al 700 donde vivió cuando era chica con su hermana Norma.
Los recuerdos se mezclan con la emoción, no solo por la añoranza del creador del tobogán don Aldo Salvaneschi y a quien perdió en 2004, sino también por la pérdida trágica de Norma (y su cuñado Daniel Rojo) en 2017 por un accidente.
Sí. Todas esas historias dolorosas y también de recuerdos felices se reúnen mirando ese tobogán que creó don Aldo y se refrescan en la memoria de Nelli una y otra vez. Pasa de ser una niña a la mujer de 57 años que está frente a ese tobogán que la hizo feliz a ella y a miles de chicos y chicas a lo largo de medio siglo.
Ese tobogán que parece gigante cuando los chicos apenas despegan del piso y al que añoran subirse tuvo otros semejantes en otras zonas de la ciudad, pero las decisiones políticas y los cambios en la forma de fabricación los terminaron sacando. Menos este.
El juego de la "General Paz" subsiste al tiempo, a los toboganes revestidos de plástico, a las lluvias, a todo menos a la memoria de Nelli que lo recuerda desde que su papá comenzó a fabricarlo en el patio de la casa.
El
tobogán tiene medio siglo de vida fue creado por Aldo Salvaneschi, el papá de
Nelli
Profesión inesperada
Cuando era chica, Nelli le pidió a su papá que le hiciera una hamaca. Todos los días le hacía la misma pregunta "¿Me hacés una hamaca?". Hasta que un día le dijo que sí y en cuestión de días ya tenía su juego en el patio de su casa.
"Teníamos un patio grande y me trepaba a todos lados, pedía una hamaca pero en el árbol. Cuando un día le sobraron caños él decidió hacérmela, tenía dos asientos y una parrilla. De tanto que insistí él me la hizo para que jugara", recordó Nelli charlando plácidamente como si el frío no existiera con LA VOZ DE SAN JUSTO.
La
hamaca quedó tan bonita que llamó la atención de todas las personas y los
vecinos tomaron nota. "Don Salvaneschi, ¿no me hace una calesita?". Él nunca
pudo decir que no y con tiempo, paciencia, amor y dedicación cuando llegaba de
trabajar de la fábrica de motores eléctricos de Corradi se ponía manos a la
obra.
"Él a la noche se acostaba con una idea y al otro día dibujaba en el patio el juego. A la hamaca la puso para que yo juegue pero no para vender, nunca pensó ser fabricante de juegos infantiles", insistió.
Volver
a ser una niña, tocar el cielo con las manos, sentir de nuevo a su papá Aldo y
hermana Norma. Así se sintió Nelli en el tobogán.
Dónde fueron
Los juegos de don Aldo fueron a distintos lugares. Algunas casas de la ciudad los conservan, también en quintas, en plazas de otros pueblos y viajaron en tren a distintos lugares del país, por lo que recordó la mujer.
Ella y su hermana Norma también participaban en la realización de los juegos porque ambas pintaban: "Yo daba la primera mano porque era la más chica y Norma el final. Mi papá fabricaba todo el año, en serie, después pintábamos y distribuíamos porque nosotros lo acompañábamos".
Nelli dijo que "todo empezó con su hamaca" y al poco tiempo "vio que su papá tenía un cuaderno con fechas de entrega, direcciones, tipo de juegos" que luego entregaban.
Los pedidos llegaban por cantidad durante el año, pero "el pico" era en las fiestas. Así que don Aldo "hizo de Papá Noel" o cuando llegaban los cumpleaños de sus hijas (5 y 6 de enero) también "era el depositario de lo que mandaban los Reyes Magos".
"Cuando mi padre hizo este tobogán yo tenía 7 años, calculo que es de 1969 más o menos, algunos dicen que tiene un poco más pero yo tengo patente el recuerdo de cuando lo hizo".
El más grande
El tobogán que está en la plaza General Paz es el más alto de la ciudad, quienes tienen memoria recuerdan uno más grande en barrio Sarmiento pero que ya no existe, ese no fue de Salvaneschi aunque sí el múltiple que existía en cercanías de la plaza del sur de la ciudad.
"Cuando hizo este tobogán - que motivó la historia - yo tenía 7 años, calculo que es de 1969 más o menos, algunos dicen que tiene un poco más pero yo tengo patente el recuerdo de cuando lo hizo", afirmó la mujer.
Nelli dijo que "se lo encargaron" pero que "desconoce el motivo de su tamaño" aunque sí aclaró que "el estilo de su papá era hacer juegos pequeños pensando en la seguridad de los niños y ésta forma fue seguramente una excepción".
Los historiadores también la avalaron: "El tobogán más alto de la ciudad es también el más viejo porque data - según aportó el presidente del Archivo Gráfico y Museo Histórico (AGM), Arturo Bienedell - de la década de 1960, y según recordó el exsecretario de Obras Públicas, Oscar Cornaglia, "en esa época todos los juegos eran iguales, es decir, de madera".
Cuando se jubiló, don Aldo, le dedicó tiempo completo a la construcción de juegos infantiles. Casi a los 80 años era ayudado por yerno Daniel Rojo ya que Norma y Nelli estaban casadas y tenían sus respectivas familias.
Don Aldo fue el "Papá Noel" de muchos chicos, el hacedor de sueños cuando los pequeños se tiran por ese tobogán gigante, "no cree que habría que sacarlo" porque su tamaño, su historia", y también su padre viven ahí entre esos bulones y maderas en que está aferrado.
Nelli volvió a tirarse del tobogán como cuando era chica, como lo hizo también Norma. En ese momento su vista fue al cielo, ahí por unos segundos en el tobogán más alto de todos ella tocó el cielo y estuvo junto a don Aldo y su hermana.
En las redes generó amor y "odio"
Al contrario de lo que piensa la gente Nelli dijo que su papá "siempre pensó en los niños y la seguridad, por eso este tobogán alto lo hizo por pedido". Sin embargo, una publicación sobre este tobogán en el sitio web de LA VOZ DE SAN JUSTO días atrás, disparó cientos de comentarios y alguos consideraron que "ya no debía mantenerse en la plaza".
"Esperemos que las autoridades hagan algo al respecto ya que las medidas de seguridad de este tobogán nunca fueron tenidas en cuenta. No tiene barandas y en el pie del mismo tiene unos bordes de cantero roto que antiguamente contenían la arena y que ahora están al descubierto", expresó Mauricio, desde su Facebook.
La mujer en tanto, consideró en general que la situación va por otro lado. "Veo mucha imprudencia, después de la primera nota vinimos con mi marido y observamos en los adultos que hay mucha imprudencia", expresó.
Eso subrayó "se debe a que los dejan que los chicos se suban solos y no los acompañan a jugar al tobogán adaptado a su tamaño".