El músico que cerró la grieta
En una isla de Centroamérica se vivía la clásica disputa de poderes políticos, con sus brazos armados matándose en las calles. Los dos líderes de las pandillas rivales se vieron forzados a compartir estadía en la cárcel y decidieron sellar la paz. ¿Cómo? Convocando a un recital que debía ser encabezado por un ídolo nacional. ¿El problema? Este músico había puesto océano de por medio después de que intentaran asesinarlo.
Por Manuel Montali | LVSJ
Jamaica sabe lo que es vivir tiempos convulsionados, como tantas otras regiones de lo que fue considerado el "patio trasero" del tío Sam y un terreno de ensayos para el casi medio siglo de Guerra Fría. En esta isla también se vivía una grieta, con guerrilla tribal incluida, entre los dos partidos más representativos, que versionaban a su modo la pulseada mundial entre izquierda y derecha, o comunismo y capitalismo, o populistas/demócratas y liberales/conservadores (las versiones varían pero en todos los casos se trata de más o menos lo mismo).
Hablamos del PNP (Partido Nacional del Pueblo) y del JLP (Partido Laborista de Jamaica).
A fines de los setenta, sus partidarios se mataban en las calles. Jamaica era gobernada por el PNP de Michael Manley, y algunas políticas sociales tenían nerviosos a personajes de poder, que veían con malos ojos la chance de que otra isla viniera a rebelarse contra el derecho natural y divino al libre comercio... Ahí andaban entonces los fantasmas del Fondo Monetario Internacional, la CIA y la KGB metiendo la cola. La oposición cerraba filas detrás de Edward Seaga y se preparaba para lo que sería su vuelta al poder en 1980.
Bucky Marshall y Claudie Massop eran, en las calles, el brazo armado del PNP y JLP, respectivamente. Básicamente mafiosos, pandilleros. Cada tanto, entraban y salían de prisión... Lo normal, hasta que les tocó compartir estadía. Reunidos a la fuerza (y por ella también), hablaron y sellaron un tratado de paz.
Cuando recuperaron la libertad, decidieron que tenían que darse las manos en público y a lo grande. Recordaron que había alguien que encarnaba la unidad de la isla como ningún otro. Era un músico, un rastafari. El problema es que éste, desde hacía un tiempo, había puesto Atlántico de por medio con su gente. El éxodo era justificado: tanto cantar por la paz, la justicia y contra la guerra, un grupo armado se había colado en su casa una noche de 1976 y se había puesto a jugar al tiro al pichón con dreadlocks. ¿Oposición, jugada del oficialismo? ¿La CIA otra vez? Nunca se supo: estas siglas son, ya lo notó Quino, como las cigüeñas: una buena explicación cuando no hay mejor explicación.
Lo cierto es que al músico, que no decantaba por un costado de la grieta ni por otro, lo habían rozado un par de balas. Y si bien había vuelto a los pocos días a los escenarios a cantar y mostrar sus heridas de guerra, la decepción y la posibilidad de un nuevo atentado lo habían empujado a armar las valijas y enfocarse en su música en Londres. En Jamaica te aman tanto que te matarían por eso, dijo alguna vez. John Lennon comprobó que eso es cierto, en Jamaica y en cualquier otro lado.
Massop fue hasta Londres para mostrarle al rastafari el sueño de una Jamaica unida bajo su música. Él no pudo negarse.
Fue un 22 de abril de 1978, en el Estadio Nacional de Kingston. Tocaron muchas bandas, con el cierre de oro del hijo pródigo, del profeta que volvió a su tierra para lo que a la postre sería casi una despedida anticipada. "One love peace" se llamó el concierto que, en los medios, se popularizó como una suerte de "Woodstock del Tercer Mundo".
Manley y Seaga se dieron la mano en el escenario, bajo el canto de ese rasta que algunos compararon con Cristo, en la cruz, perdonando a los dos ladrones. En ese momento estalló un relámpago en el cielo, literal. Y se cerró la grieta.
Fue un sueño. Y duró lo que dura un sueño: una noche.
Porque Robert Nesta Marley era apenas un cantante. Tenía un mensaje de paz, predicaba amor. Pero no era Cristo ni podía hacer milagros.
La guerra tribal continuó al otro día. Massop y Bucky murieron asesinados en las calles. Bob se fue en 1981. El PNP y la JLP siguen disputándose el poder de la isla.