El grito callado
En tiempos donde el coronavirus obligó a la cancelación del fútbol y por ende las transmisiones radiales se silenciaron, el relator de AM 1050, Mario Tranquilli habló de la mágica profesión que ejerce hace 32 años mientras ensaya un nuevo grito de gol.
La pandemia de coronavirus frenó la actividad del fútbol, y puso en descanso obligatorio a ese incontable personal que sostiene a este gran espectáculo. Entre sus actores principales apagó la pasión y emoción que transmiten los relatores, silenciando sus gargantas, esas que le ponen sentimiento y le dan vida a este deporte de película.
Son esos tipos que en una mezcla de periodismo deportivo y literatura, atrapan la atención de los radioescuchas cuando rueda la pelota. A ese grupo de artistas de las transmisiones futboleras pertenece él desde hace más de 30 y pico de años, tiempo en el cual fue moldeando su relato para darle un sello personal.
Mario "Pepe" Tranquilli (55), relator de AM 1050 desde 1992 y confeso hincha de San Lorenzo de Almagro, aceptó el convite de LA VOZ DE SAN JUSTO con quien mantuvo un jugoso diálogo en que lógicamente enfocó el atípico presente que lo dejó sin el "ritual" de cada domingo y que extraña.
El productor de seguros y docente -dicta clases en el Ceder San Francisco- además habló de esta pasión que lo abrazó desde muy joven a la que definió como un "bálsamo para el alma", describiendo al mismo tiempo ese escenario único que representa la cabina de transmisión donde desarrolla su papel actoral, narrando el guión que desde el campo de juego le apuntan los futbolistas.
Con un lenguaje metafórico ahondó en el fascinante oficio, ese que lo cautivó escuchando los relatos del "Gordo" Muñoz en la vieja portátil Tonomac que le regaló su papá José e incluso empezó a ejercitar a manera de entretenimiento en su tiempo de estudiante secundario o las juntadas con sus amigos transmitiendo un partido de fantasía. Labor claro está, en la que hace docencia y demuestra gran profesionalismo.
Por obvias razones hoy tomó distancia de las canchas, pero sigue en su "hábitat natural", la sala de radio, espacio físico en el que se animó a jugar con nuestro fotógrafo para que la entrevista tuviera la adecuada escenografía.
De esa manera con auriculares puestos y delante del micrófono, como lo hace habitualmente en su casa, ensayó el mejor grito de gol, como preparando la garganta a la espera de un futuro encuentro con el fútbol. Es que en rigor de verdad, se extraña esa exclamación de emociones fuertes.
-¿Se detuvo la actividad y con ello las transmisiones, extrañas los domingos sin futbol, cómo haces para suplir esa ausencia?
-La verdad que se extraña el ritual de preparar el bolso para ir a transmitir, la previa de empezar a meterse en el partido, noticias de los equipos, probables formaciones, estadísticas y todos los datos útiles e importantes que hay que saber. En este confinamiento los canales de televisión nos "ametrallan" con partidos, algunos miro, si juega San Lorenzo mejor (risas).
-¿Este oficio es algo que te llena el alma más allá de lo estrictamente laboral?
-Es un bálsamo para el alma. El relator se convierte en actor y desde el minúsculo y pelado espacio de una cabina de transmisión, a veces improvisada, sale a escena y le narra el partido a ese invisible receptor.
Transmite con su espíritu, con su alma deportiva, con ese fuego sagrado que posee, asumiendo la responsabilidad de dotar de pasión, de entusiasmo y de dramatismo al espectáculo. El relato no es ni más ni menos que contar lo que está pasando en la cancha con matices, con tonalidades y con veracidad.
-¿Tu garganta está necesitando del relato, de gritar goles?
-Siempre el relator está ávido del grito de gol porque provoca un estallido singular en el hincha que está en la cancha y también el que este prendido a la radio, porque la radio tiene magia, es un medio caliente, entra en tu casa, en la del vecino, en el auto, en el celular, entra en todas partes.
-¿A propósito en este paréntesis, tratas de relatar a manera de ensayo para mantener la gimnasia en las cuerdas vocales?
-El cuidado de la garganta lo sigo haciendo y por ahí relato algún partido épico, bajando el volumen o a través de YouTube. Como los futbolistas vamos a ir agarrando el ritmo de a poco.
-¿Los relatores partidarios son un fenómeno creciente, te incluís en ellos o no?
-Sin lugar a dudas prefiero la imparcialidad en todo el ámbito periodístico. Sin soslayar que el medio para el cual me desempeño sigue hace muchísimos años las campañas de Sportivo Belgrano.
-¿Tenes algún referente en esta actividad, admiras a alguien?
-Admiro a Osvaldo Whebe "el maestro de Río Cuarto". Porque en el "Turco" se define todo lo que es un relator. Posee una enorme cultura general, es el más completo.
-¿Le das importancia al latiguillo?
-El latiguillo es lo que el toque de sal es para el chef. Que no se entere Alejandro Lerner, en el transcurso del partido digo 2 o 3 veces "pasa la vida y el tiempo no se queda quieto"... "jugamos, recorremos, transitamos tantos minutos" del primero o segundo capítulo.
-¿Cómo definirías a tu estilo de relato?
-Definir el estilo lo dejo a criterio del radio-escucha. Si tengo en claro que el relator tiene que llevar bien el juego, tener buena dicción, amplio vocabulario, dominio de sinónimos, buen timbre de voz, un grito de gol estentóreo, deseos de aprender y de adquirir conocimientos.
Con el tiempo se logra experiencia, pero no hay un partido igual a otro. El relator primero tiene que ser oyente, hay que escuchar a otros relatores, pero hay que tener un estilo propio.
-¿Cuál fue el gol más lindo que te toco relatar?
-Sin dudas el gol que grité con toda el alma fue el de penal que convirtió Juan Manuel Arostegui quien empató el partido ante Santamarina de Tandil y significó el ascenso de Sportivo a la "B" Nacional.
-¿Hubo alguno que no preferiste hacerlo o lo hiciste con poco énfasis?
-Sí, en el mismo partido el gol de Santamarina que convirtió Strada que lo dejaba a Sportivo sin ascenso y faltaba muy poco para el epílogo del partido.
-¿Cuándo un partido termina 0 a 0 te deja insatisfecho?
-Totalmente, hay partidos que te duermen, son soporíferos, te queda en la boca esa sensación desierta y adormecida de cuando uno come pastillas de menta. Como el centrodelantero vive del gol, el relator con su grito quiere emocionar al más duro, recio y áspero de los hinchas futboleros.
-¿Qué te pareció el relato del gol de Argentina contra el coronavirus del "Bocha Houriet"?
-Me pareció espectacular, colosal, conmovedor, muy bien logrado, con un ambiente impresionante, ponderando a todos los que pugnan día a día para mitigar este flagelo, poniendo en evidencia la tarea superlativa de los profesionales de la salud.
-Al grito de gol te gusta adosarle poesía...
-La famosa parafernalia del relato, siempre le agrego algo relacionado con el autor del gol, con las efemérides del día, con alguna canción, con alguna máxima, con algún refrán o con algún aforismo.
-¿Los relatores son como se dice literatos del gol?
-Los relatores tienen que tener un mar de conocimientos, pero de poca profundidad, porque en poco tiempo, por la vorágine del partido, tienen que expresar un concepto escueto, pero que impacte.
Tienen que ser como la abeja que suma experiencia y transforma. En el relator siempre tiene que asomar la loca de la casa ..."la imaginación". Tiene que ser creativo, espontáneo, con un ápice de locura, con inventiva. Es el conductor de la aventura, el mensajero de la fantasía.
-¿Qué es lo mejor que te dio esta profesión?
-Amigos, conocidos, relaciones, conocer estadios, recorrer casi todo el país siguiendo las campañas de Sportivo.
-¿Un mensaje final?
-Que sigamos cuidándonos, sigamos aislados hoy para que cuando nos volvamos a juntar, no falte nadie, todos nos vamos a convertir en relatores y al unísono vamos a gritar un golazo cuando se descubra la vacuna para combatir esta pandemia que produjo el coronavirus.