El comisario se va
El comisario mayor Héctor Roldán irá hacia un nuevo destino que todavía no tiene nombre definido. Quizás su mudanza no tenga los mismos flashes que la del presidente Mauricio Macri en Olivos pero antes que emigre, su historia merece ser contada.
Por Ivana Acosta | LVSJ
El comisario se va. Esa voz comenzó a correr en los pasillos de la Departamental San Justo de Policía cuando Héctor Roldán comunicó que cesaba en sus funciones a cargo de la dependencia esta semana para seguir su carrera en la ciudad de Córdoba.
Es imposible no pensar en esa frase al mirarlo a los ojos y que conteste las preguntas. Se va. Es el hombre que durante largos años estuvo vinculado a la fuerza policial provincial de la ciudad y que en distintos cargos siempre comunicó todo tipo de novedades delictivas.
Detrás de ese hombre que casi no tiene canas, sus ojos son oscuros pero profundos, tiene un impecable peinado hacia atrás y ostenta apenas unas arrugas que marcan sus 50 años, es imposible no mirarlo con cierta nostalgia porque marcó toda una época sin dudas.
"Me voy por razones netamente particulares", repitió de nuevo a LA VOZ DE SAN JUSTO. Son cosas ajenas al trabajo que lo obligan a irse, porque a diferencia de otros traslados que suceden en su caso es una decisión personal y no de sus superiores.
La idea hacía rato daba vueltas en su casa particular pero los tiempos corren rápido y hubo que tomar una decisión. Comunicó sus intenciones a la cúpula y así como cuando era jovencito entró a la fuerza, ella misma le respondió sin dudar que la autorización estaba dada para seguir trabajando en la gran ciudad capital.
Córdoba no le es una urbe ajena, pasó 17 años allí trabajando cuando salió como egresado de la Escuela de Oficiales. Aunque ya nada es lo mismo y el Héctor que vuelva tampoco es igual.
Después de muchos años, Roldán vuelve a la ciudad de Córdoba buscando nuevos desafíos.
No resta mucho tiempo
Aún no sabe dónde va a ir, solo planteó la necesidad del traslado a un lugar específico pero ahora depende de los superiores indicar cuál es la localidad. Casi dos décadas estuvo en la ciudad adonde ahora volverá y será una realidad diferente. De hecho era subcomisario cuando emigró.
"Cuando me tocó venir a San Francisco era una realidad distinta, el trabajo es más personal, uno es una figura pública y hay que estar preparado para la gente que te conoce y exige respuesta", expresó.
En toda la charla no casi no se inmutó. Su porte siguió siendo recto pero cuando se lo miraba directo a los ojos las cosas cambiaban. Son muchos años, sentimientos que se encuentran y preocupaciones como las de cualquier ser humano.
Cada vez que obtuvo un nuevo logro en su carrera y también cuando vino a la ciudad a trabajar se fijó nuevos objetivos, metas que alcanzar: "En la profesión se intenta cubrir las expectativas que a lo mejor uno se planteó al inicio de la carrera. A veces se dan otras no pero es parte de la vida".
Ser mejor y superarse
La fuerza policial para este hombre no solo es vista como el brazo extendido de la coacción que puede ejercerse en determinados momentos, sino también como un lazo humano de quienes están al servicio de las personas a las que intentan proteger. Son una especie de misiones fundamentales que todo efectivo y comisario apunta.
Por eso ahora que se va también reflexionó sobre los cambios que atravesaron a nuestra ciudad porque no todos son hurtos o robos, también la Policía tiene un rol central en situaciones de discusiones o violencia entre vecinos.
"Eso nos obliga a mejorar cada día para dar mejores respuestas. Antes a lo mejor había hechos en los que no teníamos tanta participación y ahora sí tenemos que estar preparados para esa situación, esto porque cambió mucho el contexto en la sociedad. La Policía tiene que tomar nota e ir a la par", agregó.
Esas indicaciones se volvieron un agradecimiento para todos sus compañeros que trabajan dentro de la Policía en el departamento San Justo y también al intendente Ignacio García Aresca que lo acompañó en su función depositando su confianza, al igual que sus superiores en la Policía de la provincia de Córdoba.
Su guía
A lo largo de sus años de servicio, Roldán fue jefe del Comando, de Zona, subdirector y director de la Departamental San Justo. En ese tiempo en la fuerza cada jefe le permitió progresar de una u otra manera, pero quizás encontró en uno en particular una raíz fuerte de dónde agarrarse para progresar profesionalmente.
"Creo que el comisario Mayor (retirado), Nelson Carrizo, fue el funcionario policial que me abrió las puertas cuando decidí venir a esta zona. Si bien yo me había criado en Freyre era un desconocido en la función policial. Él me dio toda la confianza aceptándome y permitiéndome trabajar acá para llegar a cumplir esta función", puntualizó agradecido.
El comisario dijo que cada director tiene su perfil y forma de conducirse por eso dijo: "Nosotros sabemos que es una función que implica mucha responsabilidad y compromiso". Algo así como un pacto tácito que se firma desde el vamos.
Después cada persona le pone su impronta a la conducción dentro del protocolo y la rigurosidad de lo que manda la fuerza. Sin embargo, esto no obsta a que haya líneas diferentes sobre las que trabajar.
¿Cuál su perfil? Y esa pregunta de verdad fue como un jaque mate en un juego donde él tenía "el control".
Entonces su rostro dejó el rictus y por unos instantes se miró reflejado en el espejo y se describió: "Creo que siempre fui de estar, solucionar los problemas, asumir las cuestiones que surgen con máxima responsabilidad. Lo primordial siempre fue estar cerca de la gente para solucionar los problemas, a veces no es solo el delito sino que a la gente necesita un oído, alguien que lo escuche".
Roldán se despidió saliendo de su oficina, pasó como otras veces en frente de la pared que tiene las fotos de los comisarios que pasaron por la Departamental San Justo. Si alguna vez lo vuelve a ver se reencontrará con él mismo en esa vitrina.