El "bidón de Branco", una anécdota que con el tiempo cobró mayor significación
En Italia 1990, durante el último Argentina-Brasil de los Mundiales, el lateral brasileña tomó el agua maldita ofrecida por el cuerpo técnico argentino. Maradona -como otros protagonistas- contó los detalles de aquel engaño.
La anécdota del "bidón de Branco", que reveló cuando el defensor del Brasil tomó agua con tranquilizantes ofrecida por el banco de Argentina durante el partido de octavos de final de Italia 1990, se convirtió a través del tiempo en un episodio que cobró mayor significación cuando varios protagonistas dieron entidad al hecho.
Ocurrió en el partido que el equipo dirigido por Carlos Bilardo ganó 1-0 en el estadio Delle Alpi de Turín, donde Brasil llegaba con puntaje ideal en la fase de grupos tras los triunfos ante Suecia, Costa Rica y Escocia.
En un momento de interrupción por una falta de Ricardo Rocha contra Pedro Troglio, ingresó en el campo el auxiliar de Bilardo, Miguel Di Lorenzo, conocido como "Galíndez", con dos bidones con agua para que bebieran los jugadores ante el intenso calor reinante.
El defensor brasileño Branco le pidió de beber y, según su relato, al poco tiempo comenzó a tener mareos y sonmolencia.
Con el tiempo, comenzó a circular la versión de que el bidón contenía tranquilizantes y que se había tratado de una picardía del técnico para afectar el rendimiento de los jugadores rivales.
En una nota televisiva, en el programa de cable Mar de Fondo de TyC Sports, Diego Maradona admitió el hecho y recordó su reacción cuando su compañero Julio Olarticoechea también iba a beber del mismo recipiente. "Vascooooo, de ese no, de ese no, del otro...", le gritó.
"Yo decía 'tomá, tomá Valdito' (por el 8 de Brasil). Y después vino Branco y se la tomó toda... Luego Branco tiraba los tiros libres y se caía. Después del partido, estaban los dos micros juntos, Branco me miraba por la ventanilla y me señalaba culpándome y yo le hacía gestos de que no tenía nada que ver", agregó Diego en aquella nota realizada en 2004.
Maradona agregó, entre risas, "alguien picó Royphnol y se pudrió todo...", aludiendo a un sedante de uso psiquiátrico.
Sobre el tema, el entonces presidente de la AFA Julio Humberto Grondona tomó distancia del hecho y dijo: "Maradona no estaba en su sano juicio".
En tanto, el periodista Ricardo Gotta en una entrevista para la revista Veintirés le preguntó a Bilardo, quien también se desentendió: "¿Maradona dijo eso?, ¿y dijo quién fue?. Yo no digo que haya pasado. No sé, no sé", contestó.
Más allá de las sospechas y en medio de un partido en que Brasil arrinconó y jugó mejor que Argentina, el equipo "albiceleste" ganó por 1 a 0 con gol de Claudio Caniggia, tras una soberbia habilitación de Maradona.
Brasil nunca formalizó un reclamo. Pero la cuestión siguió latiendo en la antesala de cada enfrentamiento entre ambos seleccionados.
Otro hecho destacado de aquel Mundial de Italia fue el protagonismo que tuvo el arquero Sergio Goycochea, que pasó de ser el suplente en el puesto a ser figura descollante.
El guardavallas, por entonces de 22 años, y que jugaba también como suplente en River Plate, debió reemplazar a su colega Nery Pumpido, quien sufrió, en primera ronda, ante la Unión Soviética, la fractura de tibia y peroné de la pierna derecha, tras chocar con su compañero Olarticochea.
En cuartos de final y semis, el seleccionado "blanquiceleste" enfrentó a Yugoslavia e Italia, empató con ambos en el tiempo regular y adicionado y "Goyco" se lució en la definición de tiros desde el punto del penal deteniendo 4 envíos (2 y 2).
Argentina, diezmada en lo físico, y con Maradona con una seria lesión en el tobillo, perdió dignamente la final del Mundial de Italia 1990 con Alemania por la sanción de un polémico penal sancionado por el mexicano Edgardo Codesal, que le permitió al defensor Andreas Brehme anotar el gol de la consagración.
Los germanos lograron así su tercer título mundial (1954 y 1974 los anteriores) y se vengaron de la derrota sufrida ante Argentina en la edición anterior, disputada en tierras aztecas.
Una vez más la política se mezcló con los mundiales ya que a su regreso a la Argentina, el plantel del seleccionado fue recibido por el presidente Carlos Menem en la Casa de Gobierno y los jugadores saludaron desde los balcones al público que había concurrido a la Plaza de Mayo. (Télam)