Doce cortos sobre recuerdos que parecen de acá
Once textos inéditos de 11 escritores sanfrancisqueños se contarán en otro lenguaje, el audiovisual, gracias a una beca del Fondo Nacional de las Artes. Después de un año de rodaje, Laura Pratto y Emiliano Lavezzini conversaron de qué se trata "Para tanta agua está el mar".
Por Manuel Ruiz | LVSJ
Era 2017, los integrantes del Taller Literario Municipal prestaban atención a lo que decía Laura Pratto, coordinadora del espacio. Hablaban sobre la incidencia del paisaje en el accionar de las personas y en cómo, los paisajes, configuran los personajes a la hora de escribir ficción. Pratto les pidió que escriban un relato a partir de una foto vieja o de una foto mental, desde un recuerdo y que esa foto vuelva a pasar por el paisaje. Luego de dos años de escritura y re escritura, se concretaron 11 relatos inéditos.
Esos relatos primero trataron de ser un libro llamado "Para tanta agua está el mar" editado con una beca del Fondo Nacional de la Artes, algo que no sucedió. Pero sí sucedió que el Fondo Nacional les otorgó la beca para hacer esos 11 relatos en formato audiovisual. Doce cortos de dos minutos de duración que ya están listos y esperan ser estrenados en el circuito de festivales.
Cuando el anuncio de la beca otorgada llegó, hubo alegría entre los miembros del Taller pero también hubo que pensar en cómo adaptar esos relatos a otro lenguaje, porque pasar de lo escrito a lo audiovisual siempre resulta conflictivo, y ahí fue cuando aparecen en el mundo literario de "Para tanta agua..." los realizadores audiovisuales locales Emiliano Lavezzini y Emma Nicolini.
El propio Lavezzini le cuenta a LA VOZ DE SAN JUSTO que inmediatamente recibió los textos por parte de Pratto sintió que esa era la San Francisco que, aunque ficcional, quería contar. Pero para que eso sucediera, tenían que sumergirse en la profundidad más profunda de 11 relatos con una carga emocional pesada.
Una escena rodada en La Cava.
"La primera reunión a la que fui al taller estaban todos. Había una resistencia, un aferrarse al texto y la duda lógica de ¿qué van hacer con mi texto? Yo cuando los leí me di cuenta que los relatos eran muy audiovisuales porque partían de una imagen. El desafío era que ellos entendieran que esos relatos que ya habían imaginado en su cabeza no iban a poder suceder tal cual se lo habían imaginado", recordó.
Un desafío
"Era un desafío -siguió Lavezzini-, porque nunca habíamos hecho adaptación literaria, y en este caso a diferencia, por ejemplo, de interpretar una poesía y bajarla de un hondazo a imágenes que es lo que suele suceder con literatura y audiovisual, este era al revés, ellos habían escrito cortometrajes. Eran películas, pero cada una duraría mínimo 15 minutos y ahora duran 2 minutos cada uno, es una síntesis, o un abstract audiovisual de lo que es el texto. Tratamos en el audiovisual de condensar la idea".
"En esa instancia de enfrentarnos al texto y viceversa, fue interesante ir al taller y hablar con cada escritor. Llevaron la foto de la cual habían partido para escribir o nos contaron la foto mental que eligieron y porqué escribieron lo que escribieron. Nos quisimos involucrar, nos era necesario ir a esa profundidad para después recortar, adaptar y abstraer, muchas cosas son síntesis visuales pero era necesario entender de dónde venían", indicó Lavezzini.
Dice Pratto: "Como nace de una foto familiar, obviamente que la memoria y el recuerdo tienen un rol en la generación de los relatos, pero la preocupación era no hacer una evocación romántica. La ficha esta puesta un poco en la desfiguración de los recuerdos que produce el mero paso del tiempo. Existe esa presunción de que en la llanura no pasa nada, o que solo pasa el tiempo. Ya el hecho de que solo pase el tiempo provoca una gran desfiguración de las cosas. También las emociones que hemos vivido al protagonizar esas situaciones generan su deformación. La memoria, en la fragmentación que hace, también genera monstruos y esa especie de procedimiento es el que trataron de utilizar los escritores a la hora de escribir, es decir, desfigurar esa anécdota con esos componentes subjetivos e inmanejables y así fue mutando y deformándose".¿Y de dónde venían?
Más escenas del rodaje.
"Siempre es difícil salirse de los lugares comunes, de mirar a distancia lo que tenés cerca, es casi una utopía. Y mirar el propio paisaje que es familiar pero desconociéndolo es una zona difícil. Una cosa es estar afuera, y otra adentro y ver cómo eso se te va desfamiliarizando", añadió.
Muy nuestro
Además de ser la primera vez que se filma en la ciudad a través de una beca del Fondo Nacional de la Artes, que los cortos parten de 11 textos inéditos de 11 escritores de San Francisco formados en un taller de escritura local, que fueron dirigidos, pensados, adaptados y actuados por sanfrancisqueños. "Para tanta agua..." tiene la característica de que cuenta con música original compuesta especialmente para cada una de los relatos ficcionales. Y eso tiene un porque más allá del capricho de contar con música original.
Más escenas del rodaje.
"Hay música original para cada uno de los cortos. La idea sobre esto era no caer en la añoranza y en eso la música juega un rol muy importante. Yo hablaba con Lucio García, que hizo la música, dos cosas: una que el recuerdo no es nostálgico y que esto es ficción. Con la música no queríamos nostalgia, de hecho hay historias que odian ese pasado, y los relatos son atemporales, no hay anclajes temporales, hay atemporalidad en la mayoría. Es el universo 'Para tanta agua...'. Esta la costanera, pero no es San Francisco", explica Lavezzini.
El equipo en acción.
Tanto Pratto como Lavezzini insisten que los audiovisuales de "Para tanta agua..." muestran un universo propio compuesto por elementos que son comunes a lo largo de los 11 relatos escritos. Elementos que ni los propios escritores percibieron que se repetían y que decidieron mantener en los cortos para crear ese universo que se parece mucho a San Francisco, porque desde allí surgieron los textos ficcionales, pero que terminan siendo propios del cómo se interpretaron audiovisualmente los textos; propios de las síntesis de la que habla Lavezzini más arriba.
Además de los 11 cortos que salen de los relatos, la versión audiovisual agrega uno relato más, que es transversal a los otros. Y que potencia un proyecto que se rodó en más de 11 locaciones y que involucró a más de 40 personas durante un año de rodaje.
Más escenas del rodaje.
Para tanto textos están los libros
La idea de estos audiovisuales además de responder a un premio o buscar girar por los festivales de cine, es que sirvan para poder mostrar las 11 historias. La idea de mostrar esas historias a partir de estas síntesis audiovisuales es que finalmente los 11 relatos lleguen al papel, que se haga ese libro que todavía no fue.
Cuenta Pratto que cada uno de los textos parten de un vacío, de algo que no hay, de una pérdida. Hoy, "Para tanta agua está el mar" es un proyecto de 12 audiovisuales. Es además, el título de un relato que junto a otros diez quieren ser un libro que se llame "Para tanta agua está el mar" y que dicen, son más que 12 cortos audiovisuales.