Del tambo al teatro para llevar el espectáculo a los pueblos
La pasión de Oscar Valentinis por este arte nació del esfuerzo, cuando era un adolescente y vivía en un campo de la zona rural de Altos de Chipión junto a su familia, luego de que la crecida histórica de la Laguna Mar Chiquita los obligara a dejar Miramar. No tenía luz ni televisión, pero una máquina de escribir le bastó para poner en un libreto tanta creatividad y su primera obra. Ya lleva escritas 18 y hoy dirige 60 actores.
Por Stefanía Musso
No es la calle Corrientes de la Capital. No es el Teatro del Libertador San Martín de Córdoba. Tampoco la plaza teatral de Villa Carlos Paz, pero en Altos de Chipión el arte escénico se vive con la misma intensidad que en esos lugares.
Oscar Valentinis contagió su amor por el teatro a otras localidades de la zona como La Paquita, La Para y Marull y ya logró reunir a 60 actores entre todos los distintos elencos municipales y escribir 18 obras y llevarlas a las tablas. Sueña con un circuito corredor teatral en nuestra región.
"Hago el libro, diseño la ropa, pienso en la música, en todo. Yo me encargo de todo", asegura Oscar con el mismo entusiasmo con el que encara cada proyecto artístico.
Es director, pero también actor, y ahora está llevando adelante junto al Elenco Municipal de Teatro de Altos de Chipión la obra "7 veces viuda y buscando".
"Me gusta más actuar pero dirigir es otra pasión para mí, y además no hay otro en la zona", que lo haga, cuenta Oscar, que tiene 53 años, esposa y cuatro hijos.
A sala llena
A la obra "7 veces viuda y buscando" ya la vieron más de 500 espectadores en Altos de Chipión, un pueblo de unos 1500 habitantes. "La gente disfruta cada obra que presentamos pero más nos gustaría compartir con otros directores e intercambiar el trabajo para hacer un corredor artístico que le dé auge al teatro", contó Oscar.
"La gente en el pueblo necesita del teatro. Yo hago comedias y en los últimos tiempos, reírse hace bien. Muchos pueblos están olvidados y tienen más suerte los que están a la orilla de la laguna Mar Chiquita", indicó.
Oscar
Valentinis, un enamorado del teatro (Gentileza Sofía Etchegoncelay)
Entre el campo y los libretos
A los 18 años, Oscar se mudó de Miramar, a un tambo en Colonia Monte Grande, la zona rural a 20 kilómetros al sur de Altos de Chipión, ante la falta de trabajo de sus padres. "Fue en tiempos, la localidad se había inundado. Mi papá tenía un taller de chapa y pintura y mi mamá trabajaba en una peletería, y el trabajo se fue reduciendo y en esa época el turismo en Miramar no era lo que es hoy".
Oscar finalizó sus estudios en el Ipem 261 "San José" de Balnearia donde se recibió y luego hizo la carrera de técnico superior agropecuario en Altos de Chipión.
Con una adolescencia marcada por una vida sin acceso a servicios como electricidad, televisión o teléfono, fueron los libros los que alimentaron la creatividad de Oscar para dar el puntapié a su carrera teatral independiente.
Durante siete años trabajó con su familia en el tambo hasta que a los 25, formando parte de la cooperadora de la escuela rural Reconquista de Monte Grande, Oscar escribió una obra de teatro para el cierre del año lectivo. "Toco y me voy" fue la comedia del naciente director de teatro que vieron más de 400 personas.
"Siempre me gustó el teatro pero no tenía acceso a nada, solo tenía una máquina de escribir, hojas y me inspiraba en las personas que iban a conformar los elencos", recordó Oscar.
Este autodidacta del teatro encaró su primera obra a pulmón, pero con la misma pasión que hoy mantiene intacta. "Sabía que tanta cantidad de hojas del cuadernillo eran tanta cantidad de minutos de la obra y así fui escribiendo", relató.
Luego, Oscar fue convocado primero por el Elenco Municipal de Altos de Chipión para quienes escribió la obra "Tres locos en apuros" y luego surgieron las oportunidades de llevar adelante también los elencos de La Paquita, de La Para y Marull, en este último, comparte dirección con un colega de la ciudad de Córdoba.
Una pasión que le ganó al prejuicio
"Desde que iba a jardín de infantes me apasiona el teatro. Recuerdo que las maestras siempre me elegían para hacer las carteleras, actuar en cada acto y decir palabras. Siempre era el comodín, el que le gustaba actuar", rememoró.
Si bien Oscar mantiene a su familia con otros trabajos y no el teatro -es profesor en La Escuela Agrotécnica Ipem N° 240 "Santiago Carrizo" de La Paquita, trabaja en la Dirección de Cultura de Altos de Chipión, comparte un comercio con su hermano y tiene un restaurante.
En ese camino transitado, afirma que sus padres al principio rechazaban su inclinación artística, "me pedían que me ponga a trabajar y no con el teatro pero con el tiempo notaron de mi esfuerzo y pasión y aunque mi padre no está más físicamente, mi mamá hoy me acompaña a todos lados", concluyó.