Datos del desastre ya existente
Es que la economía nacional agoniza frente a la pandemia del Covid 19. La dureza del impacto es proporcional a las derivaciones negativas que ya han comenzado a extenderse por todo el tejido social. El desastre ya se ha producido.
En el marco del Día del Trabajo, un nuevo documento de la OIT, advirtió que unas 1.500 millones de personas, casi la mitad de la fuerza laboral formal en el planeta, podrían perder sus trabajos debido a la crisis sanitaria y económica provocada por la pandemia de coronavirus. El organismo multilateral elevó sus proyecciones de pérdida de puestos de trabajo hasta el equivalente a 305 millones de empleos solo en el segundo trimestre de 2020. Además, informe calculó que unos 232 millones de empresas de comercio mayorista y minorista, 111 millones del sector turístico, 51 millones de la rama hotelera y 42 millones de otros sectores, como el inmobiliario, están en serio peligro de cierre. De acuerdo al reporte, millones de empresas en el mundo están al borde del colapso, carecen de ahorros y de acceso al crédito por lo que si no reciben ayudas directamente perecerán.
La descripción del panorama mundial exime de mayores comentarios. Se está viviendo una catástrofe productiva y económica como hacía mucho tiempo no ocurría. Se estima que será peor que las consecuencias derivadas de la Segunda Guerra Mundial. En este marco, y luego del Día del Trabajo, se torna imperioso que el mundo entero, pero en especial y por afectarnos directamente, en nuestro país se aclare el panorama y se reduzca la incertidumbre que amenaza con llevarse puesto lo poco que queda del aparato productivo.
Algunos relevamientos de entidades intermedias en nuestra provincia de Córdoba son alarmantes. Por ejemplo, el Observatorio de la Federación de Profesionales de Córdoba, que nuclea a 30 colegios de profesiones independientes, efectuó un relevamiento en el que se destaca que estos trabajadores han experimentado una fuerte caída de sus ingresos y, en su gran mayoría, estiman que las medidas adoptadas por los distintos niveles de gobierno no alcanza para paliar la crítica situación.
En este marco, se reveló que el 45% de los profesionales cordobesesperdió más de 80% de sus ingresos en el marco del aislamiento social, preventivo y obligatorio por el Covid-19; y ocho de cada 10 perdieron más de 40%. La situación de la pérdida de ingreso se agrava cuando se confirma que 70% de los profesionales de la provincia es el principal sostén del hogar. Entre las mujeres, el 60% está en esa condición, mientras que entre los hombres ese porcentaje es 86%.
Por otra parte, la Cámara de Turismo de Córdoba calificó a la actual situación como "apocalíptica". No es un término menor para describir un panorama oscuro por donde se lo mire. Cierre de hoteles y restaurantes, agencias de viajes y prestadores de servicios que no pueden trabajar, inexistencia de transporte, son algunos de los signos observables de la dramática situación. La facturación es cero y más de 120 mil personas trabajan de manera directa en este sector en nuestra Córdoba. Y tampoco allí el Estado ha conseguido llegar con paliativos más o menos acordes a lo difícil del momento.
Estos ejemplos se pueden replicar en varias otras actividades. Es que la economía nacional agoniza frente a la pandemia del Covid 19. La dureza del impacto es proporcional a las derivaciones negativas que ya han comenzado a extenderse por todo el tejido social. El desastre ya se ha producido. Y si bien el fenómeno es global, abruma la realidad cotidiana y cercana de millones de trabajadores argentinos afectados que hoy navegan en la incertidumbre más cruel: la de la posibilidad de perder para siempre su fuente de ingresos.