Constructor de comunidad
En este contexto complejo y vertiginoso, hay algo que no muta y es el lazo de la prensa diaria local con la sociedad a la que sirve, que continuará mientras LA VOZ DE SAN JUSTO continúe con su prédica periodística, la que lleva adelante desde hace 103 años.
LA VOZ DE SAN JUSTO cumple este 1 de enero 103 años de existencia. Quienes hoy recogemos el legado de aquellos pioneros que le dieron vida y el de quienes le insuflaron una identidad propia, celebramos la permanencia del vínculo con la comunidad, la absorción de las problemáticas sanfrancisqueñas y de la región para el análisis de la realidad próxima, la sensibilidad para encontrar y difundir las aspiraciones, inquietudes y problemas de sus lectores y su servicio indelegable para preservar un sistema de valores sociales que hacen a la cultura particular de esta zona del país.
Es decir, pese a los cambios formidables en los modos e instrumentos de comunicar que la revolución tecnológica ha impuesto, la hoja que nació allá por 1915 para servir los intereses del departamento San Justo intenta mantenerse fiel a sus principios fundacionales y sigue apostando al progreso, diversificando su oferta informativa y renovando aquella simbiosis única que forjó con una ciudad y su zona de influencia.
Carlos Fuentes, una de las plumas más destacadas de la literatura latinoamericana escribió que en el mundo de hoy "mantenerse informado es un deber y un derecho, inseparables en el ejercicio de la ciudadanía y que este derecho, esta obligación, lo son también de nuestra prensa. La información está en crisis, pero acaso en una crisis de crecimiento que expande los nuevos medios, pero no sacrifica los anteriores". Corrobora así la errónea apreciación de algunos observadores que daban cuenta de la muerte del diario y otras visiones apocalípticas que no han ocurrido. Esto, por cierto, no obsta a que la prensa deba anquilosarse. Por el contrario, exige reformulaciones permanentes y apertura hacia otras maneras de difundir la información de interés público.
En este contexto complejo y vertiginoso, hay algo que no muta y es el lazo de la prensa diaria local con la sociedad a la que sirve.Hace diez años, en esta columna, se dio un ejemplo que se mantiene aún. Y que continuará mientras LA VOZ DE SAN JUSTO continúe con su prédica periodística. Se escribió en esa oportunidad: "El vínculo con los lectores es el que mantiene vivo el espíritu fundacional de este diario. En casi todos los hogares sanfrancisqueños están guardados pequeños "tesoros" que aparecieron en estas páginas. Un recorte, una fotografía, un dato especial, la nota al amigo, el saludo a un nuevo profesional, un artículo interesante. La enumeración seguramente sigue porque los recortes de un diario son recortes de nuestra propia vida".
En efecto, la importancia de un diario local y regional pasa por esa estrecha relación entre el emisor y el destinatario del mensaje periodístico. Se conocen, se tratan, son cercanos. Y, por lo tanto, el mensaje tiene el valor de pertenencia, de causa común, de comunidad. De construcción de comunidad, lo que no es poco en tiempos proclives al aislamiento y el individualismo.