Casermeiro y Gette, una amistad basada en negocios que terminó escribiéndose con sangre
Gerardo Gette, el supuesto autor del crimen de Daniel Casermeiro deberá seguir detenido en prisión preventiva. LA VOZ DE SAN JUSTO accedió al expediente donde se detalla qué, cómo, cuándo, dónde y porqué esta amistad basada en negocios terminó escribiéndose con sangre.
Por Ivana Acosta | LVSJ
Una amistad que tenía al dinero y los negocios más que presente era la que existía entre Daniel Casermeiro (61) y Gerardo Gette (57). La última vez que se vieron fue el 19 de diciembre de 2019 cuando el médico ginecólogo y este comisionista partieron rumbo a Luxardo.
A las preguntas de ¿qué pasó? y ¿cómo se habría concretado el homicidio de Casermeiro? el fiscal de Delitos Complejos, Bernardo Alberione, empezó a darle respuestas y acompañarla con pruebas que lo llevaron a resolver que era pertinente dictar la prisión preventiva para Gette. Él es el único imputado por ser el supuesto autor del "homicidio calificado por alevosía".
La resolución de Alberione fue dada a conocer el viernes al mediodía y confirmada en una conferencia de prensa donde dio algunos detalles que justifican que Gette siga privado de su libertad en la Penitenciaría N° 7 de nuestra ciudad.
¿Porque la prisión preventiva? Para Alberione hay elementos de convicción suficientes, que le hacen probable la existencia material del crimen con la participación de Gerardo Luis Gette.
A ese documento y sus pormenores pudo tener acceso LA VOZ DE SAN JUSTO para reconstruir con base en pruebas documentales, testimoniales y periciales lo que sucedió ese día, quién era Gette y ahondar en el móvil del crimen que el fiscal estableció como netamente financiero.
Lo que pasó: salida de la clínica
El 19 de diciembre, Gerardo Gette concertó reunirse con su amigo Daniel Casermeiro, para lo cual fue a buscarlo alrededor de las 10 de la mañana a su lugar de trabajo en Sanatorio Argentino.
Previamente habían mantenido conversaciones telefónicas (8.54 Casermeiro a Gette, 20 segundos después repite la acción a otro número que Gette tenía, 8.56 el médico llamó a Gette y 9.58 Gette llamó a Casermeiro durante más de dos minutos).
Alrededor de media mañana, dos minutos antes de las 10, Gette llegó a la clínica y se estacionó encontrándose con el ginecólogo pocos minutos después.
Las cámaras de seguridad de esta institución de salud indicaron que el médico se fue a las 10.01 de ese lugar.
Inusualmente lo hizo con su guardapolvo y una testigo dijo que siempre "por cuestiones estéticas" el médico no lo usaba más que en el interior del sanatorio.
Afuera a Casermeiro lo esperaba Gette. El ginecólogo buscó en su automóvil BMW blanco con vidrios polarizados una caja de cartón color marrón claro (de la cual se desconoce el contenido) que estaba en el baúl. Ese paquete se lo dio a su "amigo de negocios" quien estaba en una camioneta VW Amarok.
Casermeiro se la dio y después se subió a la camioneta donde en su interior charlaron alrededor de cuatro minutos. El doctor bajó y buscó su auto, se subió y pasó a buscar a Gette quien estaba estacionado en calle Vélez Sarsfield a pocos metros.
En la resolución donde se dictó prisión preventiva consta que a las 10.13 el BMW pasa por un sistema de cámaras estando Casermeiro al volante y Gette como acompañante y a las 10.25 salieron de la ciudad transitando por Av. Maipú siempre hacia el norte.
La salida de Casermeiro motivó que a las 11.14 la empleada de la clínica lo llamara porque había pacientes esperándolo y él contestó que "estaba en un banco" (no dijo cual).
Esto llamó la atención de la mujer que atestiguó porque "siempre iba al banco caminando". El fiscal dio cuenta que eso no sucedió porque las cámaras registran su paso hacia Luxardo.
Casermeiro tomó recaudos y le pidió a su secretaria que los pacientes fueran cambiados al turno de la tarde mediante una llamada registrada a las 11.20 y a ella también le comentó que estaba en el banco. La maniobra se repitió pero esta vez para comunicarle que "estaba demorado haciendo una operación bancaria".
Sin embargo, Casermeiro por lo que se reconstruye estaba con Gette quien había dejado su camioneta estacionada. Luego de recibir la caja bajó de su vehículo y subió con Casermeiro (el médico manejaba) siguiendo rumbo hacia el norte de la ciudad hasta llegar a Av. Maipú donde llegaron a Luxardo por ruta provincial 1.
Camino a Luxardo
Alrededor de las 14.30 Casermeiro fue a un kiosco de Luxardo y compró dos botellas de Powerade de 500 cc y un Gatorade de 500 cc. El vendedor no vio si estaba acompañado, pero reconoció el auto y agregó que "se lo notaba bien y tranquilo".
Al comercio el médico lo halló porque poco antes encontró a una persona que iba a trabajar y le preguntó dónde había un lugar para comprar algo para tomar.
A bordo del automóvil de Casermeiro, el occiso y el imputado siguieron a un viejo camino paralelo a la actual ruta provincial 1 (a la altura del kilómetro 180) y estuvieron ahí hasta las 16. Se supone - surge de la resolución del fiscal - que recorrieron la zona siendo el punto cúlmine donde surgió una discusión por motivos financieros.
El teléfono de Gette se mantuvo inactivo desde las 10.23 hasta las 19.13 y solo recibió llamadas entrantes las cuales eran derivadas al buzón de voz. Esto le permitió al fiscal entender que no utilizó su teléfono celular o lo mantuvo apagado, y por tal motivo no fue captado por celda/antena alguna.
En tanto que el celular de Casermeiro nunca fue encontrado, solo consta el detalle de la última conexión de Whatsapp que había sido a las 16.06. Luego su secretaria lo llamó pero la llamada fue rechazada por encontrarse fuera del área de cobertura.
Con los registros de empresas telefónicas la Fiscalía estableció que hasta las 15.51 Casermeiro mantuvo comunicaciones con quienes lo solicitaban pero después de las 16 ya no hubo más ninguna conexión.
Desenlace fatal
Aprovechando el descampado, Gette sorprendió a Casermeiro dejándolo indefenso, entonces fue que le disparó con el arma calibre 22 muriendo Casermeiro en el lugar. El indicado como presunto asesino dejó al cadáver en ese lugar y manejó el automóvil cinco kilómetros a otro campo abandonándolo allí.
Posteriormente, Gette volvió caminando hasta San Francisco a buscar la camioneta en frente de la clínica donde la dejó estacionada a la mañana, una cámara de seguridad en Av. Maipú lo identificó a las 17.52 cuando pasó caminando por allí hacia el centro de la ciudad.
Casermeiro ya estaba muerto pero nadie lo sabría hasta que encontraran el cuerpo varios días después, el 26 de diciembre. Mientras tanto la secretaria y la empleada de la clínica se comunicaron entre sí preocupadas porque había pacientes y el ginecólogo no llegó a trabajar.
Decidieron avisarle a su hijo Diego quien a las 20.42 acudió a la Policía a hacer una denuncia por pedido de paradero.
En ese intervalo, a las 17.10 la empleada administrativa llamó a la secretaria del médico y le avisó que había pacientes esperando pero el doctor no volvió a trabajar. Ahí le avisaron a su hijo Diego y él a las 20.42 decidió ir a hacer la denuncia por pedido de paradero.
En ésta Diego Casermeiro decía que la última empleada con la que habló su papá estaba en la clínica y a ella le dijo que estaba en el banco retrasado; también detalló que a la tarde tendría una "reunión de consorcio" y que había pacientes citados a las 17 para atenderse con él en el sanatorio pero nunca llegó.
La búsqueda
Con la denuncia realizada se realizó un gran despliegue y operativo para dar con el médico. El 22 de diciembre se encontró el auto del profesional dentro de un campo de maíz paralelo a la ruta provincial 1 a la altura del kilómetro 95, 5.
Entre el sector de hallazgo del cuerpo Casermeiro y el lugar donde se encontró el automóvil existe una distancia en línea recta de 5.340 metros, y 6.950 metros de distancia por caminos aledaños.
¿Era posible que tras asesinarlo, Gette abandonara el auto y siguiera a pie hasta la ciudad? En la resolución consta que Gette regresó caminando a buscar su camioneta y que ese tramo significó una distancia de 7,53 kilómetros demorando para ello 1:27:23 segundos.
Sin datos certeros del paradero de Casermeiro, su cuerpo fue finalmente encontrado el 26 de diciembre por la tarde en avanzado estado de descomposición.
Un joven puestero - Nelson Robasio - lo halló mientras trabajaba tendido entre pastizales de más de 1.50 metros de altura. Este lugar se encuentra en paralelo a la "ruta vieja" (en el kilómetro 80) y a pocos metros había restos de bebidas que la víctima compró.
Aquí hay que aclarar que el cuerpo de Casermeiro no estaba quemado, tenía un "flechazo" dado que el día de la muerte la temperatura fue de 34 grados y al día siguiente llovió con marcado descenso de temperatura.
La escena del crimen
El lugar donde fue encontrado el automóvil y luego también el cuerpo sin vida de Casermeiro es una zona conocida por Gette. Había sido propietario de un predio en la ruta provincial N° 1, kilómetro 7 donde hay una balanza de pesar camiones.
Todo fue vendido a Casermeiro en 2009 y sigue siendo propiedad de la familia, según consta en el expediente.
Estado de ánimo de Casermeiro
Debido a su vinculación mediante negocios inmobiliarios con distintas personas algunos describieron que ese último día no se lo encontraba exaltado. Se comunicó con el dueño de una empresa financiera a quien le preguntó si estaba trabajando para "cambiar dólares". Quedó en volver a hablarle al día siguiente.
La esposa de Casermeiro dijo que no lo notó ni preocupado o angustiado. A las 14.24 le escribió un mensaje diciéndole que "tenía una reunión de consorcio" y detalló que además de ejercer la medicina a su esposo le gustaban las transacciones comerciales.
Casermeiro de hecho compraba, vendía propiedades pero solo a su cargo estaban, ella resaltó que no tenía ningún negocio de este tipo en Luxardo y tampoco "tenía problemas con alguien en particular".
Asimismo, sus hijos recordaron que no conocían a Gette en persona pero sí sabían que era una persona con la que su papá sabía trabajar en este tipo de negocios.
De otro testimonio surge que había dos estados que caracterizaron a Casermeiro en el último tiempo. Un período de depresión a causa de un accidente y otro de exaltación que desde su perspectiva canalizaba con esta dedicación a los negocios inmobiliarios.
Pacientes y negocios
De los testimonios que se tomaron hasta el momento - son más de 40 - Alberione pudo saber que el 12 de diciembre Casermeiro había cerrado un negocio donde le vendía una propiedad a una persona.
Debían reunirse para la transacción financiera y firma del contrato, la fecha era el 18 de diciembre pero se pospuso para el siguiente. Los hechos nunca tuvieron lugar porque Casermeiro no llegó a la cita.
La persona con la que debía firmar el contrato le escribió al médico el 19 de diciembre por la mañana temprano para indicarle que tenían todo listo para firmar restando solo definir el horario de encuentro pero Casermeiro solo envió un emoji.
Como no había fijado una hora, a las 13.08 volvió a mandarle un audio (en ese momento Casermeiro estaba con Gette) y como respuesta el médico le envió un audio diciéndole que estaba en una reunión de consorcio pero a las 16.30 se encontrarían en su estudio.
Cuando todavía faltaba para la reunión, a las 15.51, lo llamó Casermeiro a su contraparte diciéndole que se iba a adelantar la reunión y le comentó si podía ir enseguida al estudio.
Del testimonio de esta persona se desprende que para él estaba "acelerado" y entonces le respondió que iría en 10 minutos, una respuesta que "no lo habría dejado conforme". Pasadas las 16 el hombre con el que tenía que encontrarse llegó al estudio pero Casermeiro no estaba, para no llamarlo le mandó un mensaje de WhatsApp a las 16.10 donde decía que "lo estaba esperando" pero que éste "nunca le llegó" (no se entregó).
Con la demora y el paso del tiempo intentó llamarlo a las 17 y a las 21.20 pero daba el contestador. Esto coincide con que la última actividad del teléfono de Casermeiro fue minutos antes de las 16 y WhatsApp se activó a las 16.
Acerca del comportamiento de Casermeiro esta persona dijo que le llamó la atención que se refirió al dinero que el médico debía darle por la venta de una casa como un "paquete" porque "no solía usar códigos". A él le dio la impresión de que estaba con alguien. También "hablaba acelerado" y le afirmó que llegaría a la reunión "pase lo que pase".
Después del crimen
La actividad del imputado Gette continuó con normalidad y siguió su rutina. Alrededor de las 20 le entró una llamada de un amigo donde le preguntaban "si sabía algo de Daniel" (Casermeiro).
Pocos minutos después a las 20.15 se acercó a la casa de una persona y le dijo que debía entregarle una cierta cantidad de dinero la cual le acercó. A su intermediario "le llamó la atención que estaba flechado", por lo cual le preguntó "qué había hecho" y recibió como respuesta una declaración de que "estuvo en su casa arreglando un tanque de agua y por eso demoró en llevarle el dinero".
Ese dinero era por la venta de una propiedad y lo había ido a buscar a María Juana, lo cual quedó aclarado porque entre las 8.30 y 9 Gette le escribió diciéndole que había realizado la operación y que lo llamaría cuando volviera a la ciudad.
Gette pidió un arma
La autopsia realizada al cuerpo de Casermeiro concluye que el médico murió por un "traumatismo cráneo encefálico por disparo de arma de fuego con un arma calibre 22".
Esa arma no fue encontrada pero la trayectoria de la bala se conoció igual. Fue realizada en vertical, "de abajo hacia arriba yde atrás hacia adelante", lo que Alberione consideró anteriormente fue "a traición".
Gette no tiene armas a su nombre, ni se le encontraron en su propiedad, tampoco figura como titular de alguna en un registro bajo ninguna categoría. Sin embargo, acá hay otra clave del caso.
Un allegado testificó que "hacía dos años él tenía intenciones de comprar un arma de calibre 22". Le comentó que tenía un familiar instructor de tiro pero desconocía si pudo realizarla.
Ese familiar también brindó su testimonio y reafirmó aquella situación pero nunca le preguntó para qué la quería. De todas maneras aclaró que "sí le entregó una pistola calibre 22 la cual no estaba registrada puesto que era una de una herencia". Lo había hecho con la condición que cumpliera con el registro y habilitación para ser un usuario legítimo.
No obstante, el tiempo pasó y esta persona que le dio el arma no preguntó, ni controló si lo hizo, tampoco conoce si la tendría en su poder.
¿Qué dijo Gette de Casermeiro?
Como imputado Gette se abstuvo de declarar pero hubo una declaración en la Unidad Judicial que sí realizó cuando fue convocado a testimoniar por su relación estrecha con Casermeiro y porque fue uno de los últimos en verlo.
El médico y este comisionista se conocían hace 15 años porque le alquilaba un campo propiedad del médico y otras dos personas en Colonia Valtelina. Gette usaba la propiedad para actividad agrícola. Forjaron con los años "una gran relación de amistad" y "lo acompañaba (dado esa amistad) a realizar negocios financieros".
El día que desapareció el ginecólogo, Gette dijo que a las 7.10 salió rumbo a María Juana porque una persona debía darle unos papeles, y por pedido de otro allegado también en la misma localidad buscó un sobre con dinero.
A las 9 lo llamó Casermeiro pero no tenía buena señal, cuando volvía a San Francisco le mandó un mensaje diciendo si se iba a desocupar a las 9.30. Según su versión necesitaba que le desocupe un galpón de su propiedad porque lo alquiló.
Detalló que la idea del médico era negociar unos terrenos que poseía en Córdoba y que recibió como parte de pago por la venta de un campo.
A las 9.45 pasó por su casa y luego fue al sanatorio donde vio que había mucha gente al entrar y salió. Lo llamó al médico, éste le dijo que "ya salía solo que tenía muchos pacientes y una reunión por la tarde".
Ambos se encontraron en la esquina de Iturraspe y Vélez Sarsfield. Casermeiro llevaba el guardapolvo. Charlaron 3 minutos y se fue. A las 19 le escribió para decirle que el galpón estaba desocupado no contestó y no supo más nada.
Para Alberione contrastando sus dichos con las pruebas recabadas "casi todo lo manifestado por Gette en ese momento estaba desvirtuado". El médico nunca le envió un mensaje por ese motivo sino para decirle que "necesitaba dinero para dárselo a una persona".
Tampoco le solicitó ayuda para desocupar un galpón porque esto ya había sucedido y menos aún llegó a la clínica, habló y luego se fue porque dejó su camioneta estacionada y se fue con Casermeiro hacia Luxardo, de acuerdo con las cámaras.
El móvil fue financiero
La relación entre Gette y Casermeiro se desarrollaba de acuerdo a lo que atestiguó uno de sus hijos en base a la presentación de posibles negocios y por eso se veían y comunicaban seguido. Además, apuntó que notaba que su padre intentaba "ir calzando los negocios". Por otro lado, Gette no tenía ingresos fijos y siempre andaba "con el dinero justo".
Uno de esos negocios donde Gette fue intermediario era la compra de un departamento en Brasil que el médico adquirió sin verlo previamente. La propiedad se señó y las cuotas se pagaban anualmente.
Quien mandó el dinero de la seña fue Gette, luego Casermeiro lo visitó pero no quedó convencido y quería "salir del negocio". El imputado y otra persona fueron a esa propiedad en el extranjero y allí el primero le comentó que "Casermeiro quería vendérselo a él".
Finalmente le dijo en otro encuentro que "hizo el negocio y le mostró el boleto de compraventa". Casermeiro en tanto quería recuperar su inversión y Gette se había comprometido - según aportó el testigo - a hacerlo pero en cuotas.
Incluso afirmó que el boleto lo había firmado la esposa del médico algo inusual porque ella (lo dijoper se pero también otros testigos del círculo familiar) no estaba involucrada en las actividades de negocios del ginecólogo. Por eso Gette volvió a insistir que le dijeron que "lo pagara como pudiera", al dinero a devolver.
Poco tiempo después supo por boca del propio Gette que estaba preocupado por lo "complicado que era juntar el dinero para la cuota del departamento que vencía en marzo de este año"; aquí la Fiscalía afirma que el imputado "atravesaba una situación económica difícil" y por eso la muerte de Casermeiro lo dejaba en una buena posición y que el fallecido además le había reclamado dinero adeudado y usaba pretextos para lograrlo.
Cabe destacar que no consta que el departamento haya cambiado de propietario, es decir, que Casermeiro lo haya vendido a Gette pero sí surge del análisis de diferentes operaciones y testimonios que el hombre imputado le debía "una cantidad significativa de dinero al médico".
A lo largo de 37 páginas, Alberione, justificó porqué para la Fiscalía Gette no solo sería quien asesinó a Casermeiro sino qué motivos tuvo y las causas por las que debe continuar detenido.