Cantinas escolares: emprendimientos familiares en crisis
Este año solo trabajaron 10 días. Algunos lograron devolver el stock inicial, pero una parte de los alimentos venció. Al principio de la cuarentena, la esperanza era que se reactivaran las clases presenciales, algo que aún no tiene fecha certera, aunque hay dudas respecto si les convendrá reabrir por tan poco tiempo.
Desde aquel 16 de marzo cuando se suspendieron las clases presenciales en todas las escuelas del país, casi nadie imaginaba que después de 142 días las cantinas de las escuelas no iban a volver a trabajar.
En el ámbito educativo, 2020 será recordado como el año donde la tecnología fue el elemento que permitió la continuidad de las clases que se vieron seriamente amenazadas por la pandemia de la Covid 19.
Ni Zoom ni WhatsApp pudieron brindar solución a la angustiante situación por la que atraviesan las personas que tienen a su cargo la explotación de los kioscos en los establecimientos educativos, sobre todo cuando esta es la fuente de ingreso familiar que les permite obtener recursos para sobrevivir.
Mario Pairola tiene a su cargo la explotación del servicio de cantina en Instituto Fasta Inmaculada Concepción. Allí, en momentos en los que las clases eran presenciales, acudían a diario alrededor de 1.200 estudiantes que cursan en todos los niveles educativos. Esa situación dista mucho de lo ocurrido en el corriente año donde solo pudo trabajar 8 días.
"Esto es un caos" fueron las primeras palabras que Pairola eligió para ejemplificar la difícil situación.
Luego de tres años al frente de la cantina en Fasta, explicó a LA VOZ DE SAN JUSTO que unos pocos días antes del cierre de las aulas "me había armado como nunca para tener un año bárbaro y compré una gran cantidad de mercadería".
Al inicio del año lectivo el 2 de marzo, sus expectativa eran las mejores, pero su entusiasmo solo le duró dos semanas, hasta que se cerraron las escuelas para no volver a abrirse.
En ese período "solo tuve 10 días laborales porque en medio tuve el fin de semana -recordó-. Tenía todo armado para que este sea un gran año y a los pocos días explotó todo".
Una postal que ya no se verá. Los kioscos
y cantinas adentro de las escuelas solían ser un lugar de aglomeración de estudiantes
durante los recreos. (Archivo)
Desprenderse de mercadería
"Tuve que desprenderme de mercadería que había comprado para volver a venderla a precios regalados, pero prefiero eso a tener que tirarla porque se vence", reconoció Pairola.
"Algo pude vender a muy bajo costo pero también tuve mucha mercadería que se venció y la tuve que tirar", contó con mucha tristeza.
"Al principio pensábamos que era por pocos días. De hecho la primera etapa del aislamiento fue de 15 días que luego se extendieron por otros 15. En la tercera etapa sumaron otros 15 días y ahí ya se me empezaron a vencer los primeros productos mientras que ya había pagado la mercadería a todos proveedores", siguió.
Si bien Pairola admitió que en un principio "algunos me recibieron mercadería devuelta, hubo otros proveedores que directamente se negaron a recibir el producto que compré. Por eso me quedó un montón de mercadería sin poder venderla".
Ante un posible retorno a la escuela, "tendré que volver a equipar toda la cantina para que funcione por poco tiempo hasta. Es preferible volver recién en 2021 porque no se sabe qué comprar".
Asimismo, para el retorno a las escuelas, el protocolo con recomendaciones elaborado por el Ministerio de Educación de la Provincia de Córdoba no contempla la apertura de kioscos y cantinas escolares, de hecho, recomienda que los estudiantes lleven sus meriendas y que no se autoricen estos espacios.
"Nunca pensé que en este año hubiera tenido que empezar dos veces de cero para poder trabajar. En la cantina se trabaja con mercadería perecedera, es decir que tiene fecha de vencimiento muy próxima", concluyó.
"Estamos muy mal"
María Laura Cabrera tiene a su cargo la cantina de la Facultad Regional San Francisco de la UTN y también la de los Tribunales de la Quinta Circunscripción judicial.
"Estamos muy mal, como cualquier persona que no puede trabajar desde mediados de marzo", confesó
Tras reconocer que "no esperábamos esto" se mostró escéptica sobre una pronta reapertura de la facultad. "No vemos que la reapertura esté cercana y en caso de que se vuelva a la actividad sería con personal docente y muy pocos estudiantes".
En épocas de actividad, la cantina brindaba servicio de cafetería exprés y automática, venta de gaseosas, sándwiches, golosinas y snacks.
Si bien ha podido recuperar la actividad en la cantina de Tribunales luego de haber finalizado la feria judicial el pasado 8 de junio, Laura dijo que "se está trabajando con el 50 % de personal judicial por lo que la venta ha disminuido notoriamente".
De esta manera, tomando como referencia ambos sectores de trabajo, "ahora estamos a un 40 % de la actividad", agregó.
Tal como ocurrió en el caso de la cantina de Fasta, la concesionaria del kiosco dela UTN comentó que "tuvimos que devolver la mayoría de las cosas que teníamos pese a que eso no pasó con todos los proveedores ya que algunos no nos permitieron devolver la compra realizada".