Buenanueva: “La diócesis tiene déficit cero”
Los obispos de todo el país deciden si la Iglesia Católica renuncia al financiamiento del Estado. De hacerlo, se hará "de manera gradual". Aseguran que el aporte más grande lo hacen los católicos a través de las parroquias y otras ayudas.
Durante esta semana la cúpula de la iglesia podría anunciar que renuncia a los aportes del Estado. Son 140 millones de pesos que serán eliminados de manera gradual y que actualmente representan el 7% de la financiación de esta institución.
La Iglesia pasaría entonces a fortalecer y crear otros medios de ingresos alternativos, algo que ya viene haciendo la diócesis de San Francisco que en los últimos eses alcanzó el déficit cero, siendo el sostén más grande el aporte de los católicos.
La Conferencia Episcopal Argentina (CEA) realizará desde este lunes la Asamblea Plenaria de fin de año, durante la cual debatirán los posibles cambios al actual sistema de sostenimiento de culto y también compartirán sus inquietudes sobre la realidad pastoral de cada una de sus diócesis.
Monseñor Sergio Buenanueva, que estará presente en ese plenario, dijo que renunciar a los aportes oficiales, una de las principales críticas hechas por una parte de la sociedad, "es una decisión que tenemos que tomar todos los obispos, no podemos hacerlo individualmente o por región, porque seguramente vamos a tener que mejorar la solidaridad entre todos, los que tenemos más, ayudar a los que tienen menos como ya ocurre en la Iglesia en todo el mundo".
Recordemos que el reclamo por la separación Iglesia-Estado comenzó en marzo con el debate del aborto.
Cómo se cobra ese dinero
El Estado transfiere la partida a la Conferencia Episcopal y desde allí, se hace el depósito al banco que cada obispado haya determinado.
Buenanueva sorprendió al señalar que la diócesis de San Francisco en los últimos dos años modificó sus finanzas lo que la llevó a eliminar el déficit de 900.000 pesos anuales hasta eliminarlo por completo alcanzando desde hace un par de meses el déficit cero.
De los 46.000 pesos que recibe, hay un porcentaje que va a un fondo solidario. Lo demás, unos 42.000, son para mantener la casa del obispo, para comida y para vehículo. "Lo que queda, va al sostenimiento de los gastos ordinarios del obispado, que son muchos", aclaró.
También desaparecerá la asignación al obispo
Tras estimar que "es un hecho que vamos hacia la desaparición del presupuesto de culto tal como ahora lo conocemos", Buenanueva remarcó que "va a desaparecer entre otras cosas la asignación al obispo que es lo más urticante y que genera más rechazo hasta dentro de la Iglesia. Con esto vamos a ser más libres".
Los obispos no cobran salarios, sino, asignaciones. Es que están exentos de obligaciones impositivas (no pagan Impuesto a las Ganancias ni tampoco hacen aportes previsionales).
Buenanueva reiteró que "el aporte del Estado para el culto es mínimo y si se llega a prescindir del mismo, en principio no va a afectar nada en la vida de las parroquias. Va a afectar a los obispados, los seminarios y algunas parroquias de sectores más vulnerables".
Cómo administra el dinero la diócesis local
El religioso explicó que en el caso de la diócesis de San Francisco, "de los 42.000 pesos que llegan mensualmente a mi nombre, la mitad engrosa los ingresos del Obispado y el resto es para los gastos míos como obispo. En caso de que se proceda a la renuncia a estos fondos estatales, nuestro obispado no lo va a sufrir porque hemos logrado bajar el déficit. Lo que no logró hacer (el presidente Mauricio) Macri, lo hemos hecho nosotros. En nuestro caso, ese déficit llegó a ser de 900.000 pesos anuales".
Buenanueva dirige un Obispado en el que trabajan él, un vicario general, el secretario, un administrativo y una persona que se encarga de la limpieza.
"Lo que no logró hacer Macri, lo hemos hecho nosotros. En nuestro caso, ese déficit llegó a ser de 900.000 pesos anuales".
Según el obispo, el aporte más importante lo hacen los católicos, también las colectas. En 2016, se inició "un proceso de reducción de gastos, incrementando los aportes de las parroquias".
Además, "los sacerdotes que trabajan en el Obispado casi no reciben ningún aporte", algo que Buenanueva calificó de "injusto". Esta medida, "que abarca tanto al vicario general como al canciller y al ecónomo, fue consensuada para poder llegar al déficit cero", se explayó.
Y recordó que cuando asumió como obispo de San Francisco, en 2013, "me encontré con un déficit a partir de lo cual fuimos tomando distintas medidas. Esta es una de las diócesis del país con más alto aporte de las parroquias, por lo que cuando desaparezca el aporte del Estado, no sé si las parroquias no tendrán que aumentar aún más su aporte lo cual será todo un problema porque éste ya es importante".
"Este no es el peor momento de la relación Estado- Iglesia"
El cortocircuito en la compleja relación de la Iglesia y el Estado argentino no es nuevo. "Hay que acordarse de que en la historia reciente hubo muchos episodios de enfrentamientos entre las autoridades nacionales y la Iglesia. Sin ir más lejos, está muy reciente el enfrentamiento entre el cardenal Jorge Bergoglio, hoy Papa Francisco, y el ex presidente Néstor Kirchner, sobre todo cuando se dio lo del matrimonio igualitario; también en la época del menemismo hubo enfrentamientos y con Raúl Alfonsín cuando se sancionó la ley de divorcio. De todas maneras, con la provincia y los municipios hay muy buena relación. No creo que este sea el peor momento de la relación entre el Estado y la Iglesia", concluyó Buenanueva.