Brasil: detrás del triunfo de Bolsonaro, la sociedad también enfrenta cambios
Una sanfrancisqueña que vive en Brasil, un polítologo y un sociólogo analizan la victoria en primera vuelta de Jair Bolsonaro en Brasil, desde diversos aspectos. Su impacto en la región y en nuestro país.
Por Ivana Acosta
Las elecciones históricamente sirvieron como punto de eclosión para diversos procesos que se entretejen en el seno de una sociedad y que, por ende, representan hechos histórico - sociales de una comunidad. Esto se visibilizó en Brasil este último domingo, donde Jair Bolsonaro se erigió como el principal favorito a ganar la segunda vuelta electoral y consagrarse como presidente.
América Latina se encuentra en una de esas encrucijadas. Así como después de la década de 1990 los gobiernos ligados a lo popular, justicia social e izquierda ganaron peso y representatividad en las presidencias de la región, ahora parece ser el turno de los políticos de derecha. Sin embargo, en los distintos grupos sociales no todo es tan así. Existe una sociedad fragmentada y - al mismo tiempo - atravesada por distintas ideologías, que llegaron para instalarse en la agenda de cualquier gobierno, pero también cuanto más se escarba más disociaciones se pueden hacer.
Hablamos de feminismo, de los movimientos pro-vida, la exigencia de los jóvenes que instan a repensar el rol de instituciones sociales que históricamente tuvieron injerencia en el poder político, aun pese a no tener representantes directos como la Iglesia, por ejemplo. Y también la polarización política e identificación de las clases sociales populares con otros dirigentes donde la principal meta en toda la región es que "se deje de robar" y "se acabe la corrupción".
Frente a estas dicotomías surgen distintas preguntas. Por un lado, sobre cómo se vive en Brasil este proceso y, por el otro, el "efecto espejo" que esto causa en la región.
Brasil, tierra adentro
Rocío Ruiz
María Rocío Ruiz es una guía turística sanfrancisqueña radicada en Río de Janeiro, Brasil. Si bien vive y trabaja allí tomó unas breves vacaciones en la ciudad y a la vuelta se encontró con una sociedad que la sorprendió con los resultados en las urnas del último domingo.
La joven relató a LA VOZ DE SAN JUSTO cómo se vivió esa jornada de primera vuelta electoral para elegir presidente, donde un solo nombre se repitió desde entonces: Jair Bolsonaro.
"Vi al país muy dividido, los medios hace años vienen haciendo una campaña muy fuerte contra el Partido de los Trabajadores (PT). No sé de donde el pueblo sacó que Bolsonaro sería la mejor opción para acabar con la corrupción en la política. Por eso al volver me shockeó el movimiento de Bolsonaro, vi mucha propaganda a su favor y ahí me empecé a alarmar porque pensaba hasta ese momento que era ridículo que esta persona tuviera alguna chance como en su momento pensé de Donald Trump", explicó.
Ruiz sostiene que "le es imposible decir quién va a ganar", aunque reconoce la contundencia de Bolsonaro en las urnas y "espera que no sea él quien gane". Y en este contexto graficó cómo ve a la sociedad: "Hay un público joven que se está movilizando, este país es de proporciones gigantes, entonces que los ciudadanos se informen y participen es fundamental. Al mismo tiempo hay un gran porcentaje que no está al tanto de nada y es una brecha muy grande, las diferencias son muy marcadas acá", contó.
María Rocío tiene una opinión "negativa" sobre Bolsonaro: "No puedo creer que elijan un militar para gobernar Brasil, vivieron 21 años de dictadura y son muy pocos los que parecen acordarse. Se viene un panorama negro. Él legitima un discurso de odio, racismo, homofobia, a favor de la tortura".
"Trump tropicalizado"
Daniel Zovatto
El análisis no solo es social, por eso el analista político Daniel Zovatto reflexionó sobre el resultado de las elecciones en Brasil y aseguró que "fue un verdadero terremoto político del sistema partidario, algo que se venía anticipando en las encuestas". Asimismo dijo que Bolsonaro "tiene una larga trayectoria en el Congreso de Brasil" pero no deja de ser parte de un "partido minúsculo", lo que da cuenta de la personalización que existe a su alrededor y de cómo quedaron en jaque las estructuras partidarias tradicionales de ese país.
"Bolsonaro le pegó una paliza importante a los tres partidos que dominaron la política partidista de Brasil en los últimos 30 años desde el retorno de la democracia", explicó el politólogo.
Además, el oriundo de Santa Clara de Saguier (radicado actualmente en Costa Rica) describió al candidato de ultraderecha Jair Bolsonaro como "un Trump tropicalizado" que "refleja lo que pasa en otros países con un malestar profundo hacia la política internacional que apoya al establishment".
De acuerdo a la historia de las segundas vueltas, Zovatto dio su pronóstico: "En una de cada cuatro hay reversión de resultado". Y consideró que si bien "no es imposible", sí va a ser "difícil por esta bronca que tiene la gente contra el Partido de los Trabajadores (PT)", del que fueron parte Lula y Dilma, ambos investigados por corrupción.
El triunfo de Bolsonaro - sostuvo Zovatto - "sería bueno para Macri porque le daría un buen aire a la región". Sin embargo, alertó que políticamente "sería una mala noticia para la democracia porque con las credenciales que tiene como exjefe del ejército y su posición respecto a otros temas, es preocupante para la región".
Época de transformaciones
"La sorpresa" de María Rocío con el triunfo en primera vuelta de Bolsonaro no es casualidad.
Zovatto lo confirma desde lo político y en este cuadro de situación la sociedad también juega sus cartas, ya que se vive en un escenario donde los movimientos obreros y sociales también disputan el poder y protagonizan grandes cambios.
En esta línea, no se puede desconocer que un gran porcentaje de la población no brasileña trata de encontrar una explicación al cambio rotundo de los electores en aquel país. Pero tierra adentro de cada nación - incluso la argentina - las cosas no son muy diferentes.
Hay un repensamiento de categorías o ideas que hasta ahora se daban por supuestas. También surgen nuevas formas de protesta que se alejan del imaginario social tradicional.
El sociólogo sanfrancisqueñoPedro Lisdero, analizó lo que sucede en este contexto donde lo político y lo social se entrecruzan y, a veces, hasta parecen estar en veredas totalmente opuestas; y por supuesto, Brasil y la Argentina no están ajenos a ello.
"Creo que existe un estado de situación del pensamiento social que no se resigna a echar por tierra categorías que funcionan como obstáculos, que nos cierran a la posibilidad de hacer 'nuevas preguntas' en procesos que parecen tener ciertas singularidades. Porque como reflexiona el sociólogo Alberto Melucci, no hay que no olvidar que los fenómenos políticos expresan aquello que se forma en el tejido profundo de la sociedad", explicó.
En este sentido, Lisdero sostuvo que se percibe una "sensación de tensión" entre categorías que deben ser revisadas: "Es necesario entender lo que pasa con categorías como derecha-izquierda, neoliberalismo, dictadura - fascismo, y tantas otras que se dicen respecto de los procesos actuales".
Un espejo
Pedro Lisdero
Lo que sucede en Brasil también pasó en la Argentina. Es cierto que existe un descontento social respecto del programa económico que plantea el gobierno de Mauricio Macri, sin embargo, los movimientos sociales no vehiculizan sus reclamos en las calles, como sí sucedió en otras épocas de crisis.
Sobre esta situación, Lisdero,investigador del Conicet en el Centro de Investigaciones y Estudios sobre la Cultura y Sociedad (Ciecs), expresó: "Preguntarse qué es lo que estamos dispuestos a aceptar, y cómo eso cambió en el tiempo, nos ayudaría a entender no sólo la lógica de la protesta en nuestros días, sino los conflictos que vivimos día a día. Saber interpretar estas conflictividades quizás sea una clave para entender en qué tipo de sociedades estamos viviendo".
"Si estuviésemos en el 2001 -dijo Lisdero para ejemplificar sobre las formas de reclamos - seguro remitiría a la crisis de representatividad que atravesaron todas las instituciones. Pero hoy las demandas se inscriben en un rango de acuerdo - desacuerdo que la sociedad puede procesar, que los sistemas de resolución de conflicto pueden resolver sin poner en juego su propia reconfiguración conjunta".
El hecho de que una visibilización no sea igual de masiva o colectiva, no quita que haya "una modificación de las lógicas de protesta" en la actualidad.
Lisdero concluyó que la realidad actual no solo debe contemplar el análisis del nuevo rol que adquieren el movimiento obrero y social, sino que "ahora surgen otras conflictividades" que nos obligan a "escuchar o mirar" otras "prácticas sociales" e invitan a "romper el desconcierto y simplificación del análisis político social" que tradicionalmente se venía haciendo.