Ancianos maltratados y respuesta social
Días atrás tuvo amplia repercusión la noticia de la pareja de ancianos abandonada por uno de sus hijos en un bar de la ciudad de Rosario. El maltrato hacia estos es un tipo de violencia que no siempre es investigado. Esta problemática existe y está creciendo junto con los parámetros egoístas, individualistas y economicistas que parecen regir la vida social.
Tuvo amplia
repercusión la noticia de que una pareja de ancianos fue abandonada por uno de
sus hijos en un bar de la ciudad de Rosario, luego de que fueran desalojados de
la vivienda que alquilaban. Luego de varias horas sentados en una de las mesas
de una pequeña confitería, las autoridades consiguieron encontrar una solución
momentánea al contactarse con otros de los hijos, quien dijo no estar al tanto
de los problemas de sus padres.
El episodio despertó la lógica compasión para con dos personas de más de 85 años, prácticamente desechadas por al menos uno de sus hijos. Y permitió reflexionar también sobre las consecuencias dramáticas de una época en la que los ancianos son descartados, maltratados y olvidados por una sociedad que los aísla y rinde culto a la vitalidad, sin tener noción de la importancia que las personas mayores han tenido en todas las culturas y en todos los tiempos.
Según la Red Internacional para la Prevención del Maltrato de las Personas Mayores, abuso y maltrato en los ancianos se define como un acto único o reiterado, o bien la falta de toma de medidas necesarias, que provocan daño o angustia a una persona mayor con la que se tiene una relación en la que existen expectativas de confianza. También se puede entender como cualquier acción voluntaria, u omisión de ella, que cause o pueda causar daño a un anciano y, a su vez, lo prive de la atención que necesite para su bienestar. Dentro de esta definición se incluye la violación de cualquiera de sus derechos.
Lo ocurrido en Rosario contiene todos los elementos definidos en el párrafo anterior. Pero es solo un hecho. Existen muchos otros, incluso de mayor gravedad que no son visualizados por la sociedad. La violencia contra la vejez todavía no tiene amplia repercusión ni tampoco es una de las problemáticas más investigadas.
Quizás esto se deba a que las conductas vergonzantes para con los ancianos son más extendidas de lo que se supone y en ciertos espacios de poder posiblemente no "conviene" poner el esfuerzo en la difusión de acciones preventivas que alivien este flagelo.
La tendencia demográfica actual determina que las personas vivan más tiempo. Lo que debiera constituir un motivo de celebración para la humanidad se convierte en un drama severo ante la indiferencia y descuido de nuestros adultos mayores.
El maltrato a los ancianos es un tipo de violencia que no es siempre investigado. A pesar de algunas circunstancias mediáticas como la del bar rosarino, sigue teniendo dimensiones desconocidas para la mayoría de la sociedad. Pero existe y está creciendo junto con los parámetros egoístas, individualistas y economicistas que parecen regir la vida social.