Alberione, el barrio que se transformó en leyenda
Aunque en la actualidad sus terrenos se encuentren dentro de los límites de los barrios Roca y Hernández, su nombre de origen sigue dándole identidad al sector de la ciudad más futbolero.
Por Leandro Gottardi
En San Francisco, hablar de barrio Alberione lleva inmediatamente a pensar en Sportivo Belgrano o en su estadio, el "Oscar C. Boero".
Esa mención ya es parte de un atributo de identificación histórico para los hinchas, vecinos y rivales. Se transformó en leyenda y es sinónimo de pasión.
Lo anecdótico es que, en realidad, el barrio jamás llevó ese nombre como tal. Sus raíces parten de una denominación dada por la sociedad, teniendo en cuenta que los terrenos en donde se levantó la barriada habían sido propiedad de la familia Alberione. De hecho, desde la década del 40, su territorio pertenece a dos barrios: Hernández y Roca.
Pero, a pesar de los años, su mención quedó tan arraigada, incluso en rivales o personas allegadas al fútbol que desde 1940 llegaron a la ciudad en el marco de la Liga Cordobesa, que se transformó en un fenómeno popular, que trascendió la barrera del tiempo y perdura hasta la actualidad.
Este vínculo barrio - club se manifiesta en muchas instituciones del país. Desde La Boca y Boca Juniors, hasta Parque Patricios y Huracán, pasando por Alberdi y Belgrano, Alta Córdoba e Instituto, por citar solo algunos ejemplos.
"La gente se acostumbró a llamarlo así, nos sentimos identificados con ese nombre. Alberione es Sportivo y Sportivo es Alberione", dijo Martín Vagliente, ferviente hincha del "verde".
Vecinos del barrio, por su parte, manifestaron que "Sportivo es el alma del barrio".
Incluso una canción de la hinchada reconoce su influencia: "Si quieren ver fiesta vengan a Alberione", reza en su estribillo.
La historia
La construcción de lo que hoy es el estadio "Oscar C. Boero", en su terreno actual, comenzó en 1937, luego de que un incendio acabara con las instalaciones que tenía el club en el sector oeste de la actual plaza Vélez Sarsfield. Y jamás volvió a moverse de allí.
El 9 de septiembre de 1935, el Concejo Deliberante de la ciudad aprobaba la incorporación del barrio Alberione al radio urbano, durante la gestión del intendente Serafín Trigueros de Godoy.
Se extendía con ello la delimitación de San Francisco que, hasta esta aprobación, en el norte, finalizaba en calle Murillo -actualmente Deán Funes-. Allí se terminaba el poblado.
Tal como sucedió con otros barrios, la mención de barrio Alberione fue adoptada en base a la familia que había cedido los terrenos, más precisamente Jorge Alberione, para que allí se construyeran nuevas viviendas y se continuara poblando.
El titular de la Fundación Archivo Gráfico y Museo Histórico de San Francisco y la Región, Arturo Bienedell, indicó a LA VOZ DE SAN JUSTO que "el nombre de barrio Alberione surgió en alusión a los dueños de esas tierras. Al poco tiempo, esos terrenos ya pertenecían a los barrios actuales: Roca y Hernández".
Su extensión total abarcaba el rectángulo que actualmente conforman las avenidas Juan de Garay, Rosario de Santa Fe y Urquiza y calle Dorrego.
Cabe señalar que, si bien el loteo fue aprobado en 1935 durante la gestión de Trigueros de Godoy, el sector tomó impulso definitivo en 1937, ya bajo el gobierno de Raúl Villafañe, tras la inauguración de la plaza 1º de Mayo y la apertura, en 1939, de la actual avenida Libertador Norte (antes llamado Dante Alighieri) a través de la plaza Vélez Sarsfield.
"Para el barrio, Sportivo es todo"
En diálogo con LA VOZ DE SAN JUSTO, tres vecinos del barrio -todos ellos llevan medio siglo allí- coincidieron en señalar que "para el barrio, Sportivo es todo".
"Cuando juega Sportivo, es una fiesta el barrio. Ahora ya no voy más a la cancha pero salimos junto a mi señora a sentarnos en la vereda, vemos cómo pasan los hinchas con sus remeras y banderas, vemos niños y grandes. La gente nos saluda porque nos reconoce de muchísimos años en los que vivimos acá", cuenta Pablo "Chiche" Imoberdorf.
"Chiche" agregó que "Sportivo es la vida del barrio" y remarcó que siempre llamó al sector Alberione.
Por su parte, José Luis Mazzurco -más de 50 años viviendo en el lugar- dijo: "Al barrio siempre lo mencionamos como Alberione, más allá de que hoy lleve otro nombre. Así lo reconocemos los que llevamos más años viviendo aquí".
"La pasión por el club estuvo siempre, era salir a la calle horas antes de un partido y ver todo el movimiento que se producía y se produce, su colorido. Estas calles son un paso obligado para quien asiste a la cancha", dijo Mazzurco.
Y sostuvo que "Sportivo fue y es el símbolo del barrio y de la ciudad. Así como barrio Catedral tiene de símbolo la Catedral; La Milka a las quintas de Tampieri, el Boero es nuestro mayor símbolo".
Otra vecina, Agustina Isabel Cabral -más conocida como "Chabela"- una de las hinchas más reconocidas del club-, relató: "Hace 60 años que vivo en este barrio y Sportivo significa todo para el mismo. Alberione es sinónimo del club, para toda la gente sigue siendo barrio Alberione y eso no va a cambiar nunca".
"Ver el movimiento en las horas previas a un partido, la gente, los colores, asomarse y ver el estadio en cualquier momento es una gran alegría. Sportivo es una alegría muy grande para mucha gente, para mí lo es todo", cerró.
Pablo Imoberdorf, Agustina Isabel Cabral "Chabela" José Luis Mazzurco yvecinos del "Oscar C. Boero", que se adueña del paisaje.
En el corazón de los hinchas
"Si quieren ver fiesta, vengan a Alberione", reza una de las canciones icónicas de la hinchada de Sportivo Belgrano.
El barrio es indisociable al club y así lo reconoce Martín "Gringo" Vagliente, uno de los hinchas más reconocidos de la institución. "Barrio Alberione, para Sportivo y sus hinchas, es un pedazo de la ciudad que nos pertenece, que es reconocido gracias al club. Es un pedazo muy grande del sentimiento que nos identifica", expresó.
Y luego agregó: "Para nosotros el barrio se sigue llamando Alberione" por más que los terrenos hoy pertenezcan a los barrios Roca y José Hernández. "La gente se acostumbró a llamarlo así, nos sentimos identificados con ese nombre. Alberione es Sportivo y Sportivo es Alberione", apuntó.
Por último se animó a expresar que el hincha de Sportivo Belgrano lo considera "la República de Alberione" y añadió que el club es "el barrio, la ciudad y la región".
El pasado se cuela en el relato de cancha
Es común que el término barrio Alberione, en el afán de no ser redundantes, sea utilizado por periodistas como sinónimo de Sportivo Belgrano. Es común en la gráfica, en lo radial y televisivo. Es común en San Francisco, en la región y en la provincia.
Consultado por LA VOZ DE SAN JUSTO, el periodista de AM 1050, Gustavo Scocco, quien lleva más de 30 años siguiendo al club desde la profesión, puntualizó que "Alberione está muy ligado a Sportivo. En una época, en la ciudad, había mucho sentido de pertenencia por el barrio cuando se disputaba la Liga Amateur".
A su vez, recordó los años en los que el "verde" intervino en la Liga Cordobesa, protagonizando allí partidos memorables ante los equipos capitalinos.
En esa línea, destacó la importancia de jugadores de elite que, ya sea defendiendo la camiseta de Sportivo o enfrentándolo, pasaron por barrio Alberione como Mario Alberto Kempes, Osvaldo Ardiles, Luis Galván, José Valencia, Miguel Oviedo, José Luis Cucciuffo, Daniel Willington, entre otros. A ellos agregó dos nombres que vistieron la camiseta de Sportivo: Enzo Trossero -mundialista en 1982 y multicampeón con Independiente- y Rafael "Torito" Zuviría, que años más tarde fue figura del Barcelona de España.
Y recordó a uno de los periodistas deportivos más representativos de la provincia y del país, Víctor Hugo Brizuela. "Él siempre se refería a Sportivo indicando el barrio Alberione. Ello siempre despertaba un interés particular".
Un lugar para envejecer feliz
Pablo Imoberdorf recordó durante la charla con LA VOZ DE SAN JUSTO una historia de compañerismo y pasión, que protagonizó junto a su suegro, Aldo Bianchi, quien falleció hace unos años.
Aldo era fanático de Sportivo y por años asistió de manera asidua al estadio de Alberione. En sus últimos años de vida, una enfermedad no le permitía observar claramente a los jugadores dentro de la cancha.
"Mi suegro no veía bien, veía muy poco en su vejez pero igual lo llevaba a la cancha. Entraba a la cancha y le cambiaba la cara, era feliz. Yo lo acompañaba y le iba relatando lo que pasaba dentro de la cancha, quién llevaba la pelota o había hecho un gol. El sonido de la gente hacía el resto", compartió Imoberdorf.