Viajaba con su hijo con discapacidad y el chofer no le dejó subir su andador
Tomás tiene 8 años, es de Cipolletti, tiene Síndrome de Down y sufre de hipotonía muscular severa. Necesita de su andador para caminar y de su silla de transporte para viajar. La empresa le hizo elegir entre uno de los dos porque si no, no podía subir.
El lunes 22 a la noche, una mamá cipoleña vivió un momento de indignación y dolor antes de abordar un colectivo de la empresa El Valle con destino a Las Grutas. Es que el chofer de la unidad no le dejó subir el andador y la silla de transporte que su hijo Tomás -un nene de 8 años que tiene Síndrome de Down y sufre de hipotonía muscular severa- necesita para poder movilizarse. Le hizo elegir uno de los dos porque si no, no podía viajar.
Jimena Cortes Inzunza se preparaba para pasar una semana en la playa con su marido y su pequeño hijo pero un incidente en la terminal de Cipolletti les arruinó las vacaciones.
Al tener hipotonía muscular severa, el pequeño cipoleño necesita de su andador para caminar y de su silla de transporte para viajar seguro.
Según contó la mujer en diálogo con LM Cipolletti, habían averiguado con antelación cuáles eran los detalles a tener en cuenta a la hora de sacar los pasajes y viajar con un integrante de la familia con discapacidad, pero que jamás se imaginaron vivir un momento de tanta tristeza.
"Nosotros sacamos los boletos con tiempo. Cuando fuimos a despachar el equipaje el chofer nos dice que no podía subir el andador y la silla de transporte juntos, que tenía que elegir uno de los dos. ¿Cómo voy a elegir uno de los dos? Tomás los necesita a ambos porque no puede caminar. Con uno lo transportamos y con el otro camina. Pero no hubo caso, nos dijo que no y que nos apuráramos porque tenía que subir las valijas de 30 personas más", relató con indignación Jimena.
A modo de excusa, el conductor de la unidad le dijo a la familia que un cartel pegado en el colectivo indicaba que los andadores no podían ser despachados.
El colectivo de la empresa El Valle salió a Las Grutas el lunes 22 a las 21.50.
"Se trata de la sensibilidad del chofer, de que mi hijo tiene una discapacidad y necesita de ambos para poder moverse. Él nos dijo que no se podían subir andadores pero nosotros le dijimos que tampoco podían subir conservadoras y reposeras. Desde donde estábamos, nosotros vimos al menos 3 de cada una", sentenció.
Finalmente, la mamá de Tomás eligió la silla de transporte plegable porque era necesaria para el viaje que estaban por emprender pero una vez en Las Grutas, tuvieron que ingeniárselas para que el pequeño pudiera moverse y, a la vez, estar a salvo. Al respecto, agregó: "En la playa se tuvo que arrastrar, que era lo que no queríamos que hiciera, y el resto del tiempo estuvo a upa nuestro".
Por su parte, Jimena relató que la gente en el colectivo sólo miraba y que nadie dijo nada pero que, una vez que llegaron al balneario, la mujer que les alquiló la casa no podía creer lo que les había pasado. El día que volvieron también decidió relatar los hechos al chofer de la misma empresa -un empleado diferente- y que "no entendía cómo pudo haber pasado algo así".
La familia ya realizó la denuncia en la empresa pero, hasta el momento, no han recibido respuestas. (Fuente: LMChipoletti).