Regina, la pequeña que sigue dando lecciones
La pequeña cumplirá dos años el próximo 23 de diciembre. Contra todo pronóstico, superó todas las adversidades que surgieron por una cardiopatía congénita.
Regina da seis pasitos cortitos hasta su mamá Valeria. En su mano derecha lleva un pedacito de bizcocho que ya saboreó y luego sonríe al fotógrafo de LA VOZ DE SAN JUSTO, mostrando los poquitos dientes de leche que ya asoman.
Ella es el centro de la atención de la familia y el equipo de enfermeros y médicos que la acompañan en su recuperación las 24 horas.
Regina Ortega superó todas las complicaciones de salud que tuvo cuando era apenas un bebé y el 23 de diciembre cumplirá dos años de vida.
Esta pequeña es un símbolo de superación, una lección de vida e inclusión por su síndrome de Down. Esa discapacidad que complicó su salud, también fue su arma para salir adelante.
Aunque todavía tiene una traqueotomía y está en la etapa de desconexión de día del respirador, el martes se someterá nuevos estudios para empezar un tratamiento que le ayude a decir sus primeras palabras.
Regina se encuentra con internación domiciliaria pero eso no impide que pueda salir a la vereda o disfrutar de la plaza frente a su casa como cualquier niño de su edad que quiere descubrir el mundo. "Es una niña feliz, que hace las mismas cosas que un chico de su edad", dijo Valeria.
Regi el próximo 23 de diciembre celebrará sus dos años junto a su familia
Una lección para todos
Regina nació con Síndrome de Down. Esa discapacidad fue lo que complicó su salud pero tal vez, lo que hizo que supere todas las adversidades a las cuales se enfrentó.
Para Valeria, Regina es una lección de vida para ella y para todos los que la rodean."Mi hija vino a este mundo para darnos una lección. Ella me enseñó que no hay que bajar los brazos, que hay que pelearla día a día pero lo más importante es que se puede. Ella luchó para quedarse con nosotros, al igual que la oración y el amor de toda la gente que rezó por ella", confesó la mamá.
En esa lección, llegó la aceptación y el aprendizaje. "El día que tuve que tramitar el certificado de discapacidad de mi hija, lloré por horas, porque sentía que estaba avalando que ella era una persona diferente y en cierta formas todos somos diferentes", expresó.
"Mi hija es como cualquier otro niño, que va a crecer, ir a la escuela; lo único que necesita es más acompañamiento que el resto pero con todo lo que logró, no sabemos cuál será su techo. Mi hija tiene una misión en esta tierra y nos enseña todos los días algo".
Valeria reconoció que la sociedad avanzó en la inclusión pero teme por su futuro. "Cuando ella tenga 20 años, yo voy a tener 60. Tengo miedo que no la acepten, que no la quieran, si tendrá una vida normal o no. Ser madre de un niño con Síndrome de Down te enseña a pensar en el otro", afirmó.
Regina Ortega superó las adversidades desde pequeña.
Un año en casa, dos de vida
El pasado viernes 29 de noviembre se cumplió un año del regreso de Regina a casa; luego de superar bronquiolitis cinco operaciones, tres sepsis, neumonía, y fiebres que aparecieron de una cardiopatía congénita de recién nacida.
Para su mamá y la familia éste es un año positivo. "Cuando fue dada de alta a fines de noviembre del año pasado, llegó a casa con un alto grado de complejidad. Era oxígeno y VNI dependiente (ventilación mecánica no invasiva), por lo que tenía que estar conectada las 24 horas; además, se alimentaba a través de sonda nasogástrica. Hoy es otra Regina".
Para lograr el avance, a Regina la acompañan en su recuperación un equipo de profesionales las 24 horas. Por día, tiene cuatro enfermeros que la cuidan que la estimulan sol y sombra, una kinesiorespiratoria y kinesiomotora, su médica pediatra y la fonoaudióloga. "Ellos fueron fundamentales para la recuperación de mi hija. Con 11 meses, no podía levantar la cabeza", aseguró Valeria.
Hoy, Regina sigue creciendo y avanzando en su recuperación y a favor de la inclusión.