Navega en un yate jugando al pádel
El sanfrancisqueño Diego Zalazar de visita en la ciudad contó su experiencia de vida en España y sobre su rol de entrenador de pádel que le permite dictar clases privadas en el súper yate Aviva de 98 metros de eslora que posee una cancha reglamentaria en su interior.
Como muchos sanfrancisqueños, un día decidió buscar nuevos horizontes, emigrar hacia otras latitudes con todo el desafío que ello implicaba, proyectando un crecimiento personal, una mejora laboral, estabilidad económica, una mejor calidad de vida y perspectiva de futuro.
Así fue que se mudó al Viejo Continente, más precisamente a España, donde hace 15 años emprendió esa aventura de prosperar en el extranjero, también acompañado de su esposa Sofía.
Su condición de cheff lo ayudó para situarse en el nuevo escenario, un oficio solicitado y bien remunerado, pero sin dudas, sus habilidades con el pádel le abrieron un impensado como beneficioso campo laboral, a punto tal, de codearse con millonarios españoles y de otros países. Si basta señalar que dicta clases privadas en el lujoso como imponente yate Aviva de un magnate inglés mientras navega por las aguas de mares y océanos. De película.
Con acento español incorporado, Diego Zalazar (46), quien en su época de futbolista supo vestir los colores de los clubes Presidente Roca y Antártida Argentina en la desaparecida zona Centro de la Liga Regional, estuvo de paso por la ciudad y acepto el convite de LA VOZ DE SAN JUSTO para contar su gran experiencia de vida.
-¿Cuánto hace de tu partida a España?
-Me fui en 2004 a España para trabajar en una cadena de locales de gastronomía en Zaragoza ya que soy cocinero. Duré cuatros años y medio y luego me fui a vivir a Canarias, a la isla de Fuente Ventura, donde me instalé por siete años, más allá de que desde ahí hice viajes a otros lugares.
Como tenía una base de tenis y pádel me dediqué a enseñar este último aunque para ello tuve que hacer cursos para actualizarme porque fueron unos 12 años sin tocar una paleta.
Empecé en un club de Fuerte Ventura, al principio fue como un extra, un hobby, pero la actividad creció por lo que me ofrecieron ir a trabajar a Mallorca donde había un nivel más alto y un volumen mucho más grande de gente jugando, entonces decidí dedicarme a esto.
-Y empezaron las relaciones importantes...
-Empecé a trabajar allí, aunque a los dos años y medio volví a Canarias, había conocido a un turista que tenías casas en Fuerte Ventura y justamente era sobrino de Florentino Pérez - presidente del Real Madrid- y este hombre era fanático del pádel.
Tal es así que construyó un club de cinco pistas (canchas) y me propuso que se lo alquilara, hicimos números, arreglamos por dos años y volví a Fuerte Ventura donde me fui bien al principio pero luego el volumen de gente no aumentaba y encima empezaron a abrir muchos más clubes. Además la idiosincrasia de allí es vivir de la playa y del deporte acuático, el mar tira mucho, entonces era difícil sacar a la gente del agua para que juegue al pádel.
Eso hizo que volviera a Mallorca donde por un tiempo abrí un restaurante con otro sanfrancisqueño hasta volví a la Argentina porque mi mujer extrañaba, pero fueron cinco meses en los que nos costó mucho y regresamos a España. Eso fue hace cuatro años atrás.
-De vuelta en España, en 2017 te embarcarte en un viaje de ensueño...
-Desde que volví arranque otra vez con el pádel. En 2017 daba clases cuando un día fue como estar en el momento justo porque conocí un empresario que me presentó a un magnate inglés, fanático del pádel y al que le acababan de entregar un yate de 98 metros en el que hizo construir una pista de pádel en su interior, con las medidas reglamentarias. De otro planeta, no lo podía creer.
Este hombre me ofreció trabajar para él durante seis meses al año que es su etapa de navegación, él vive en el barco y durante ese período es su casa y su oficina. En ese primer viaje fuimos hasta Bahamas donde tiene un complejo deportivo muy grande que se llama Albany y allí también enseñé durante tres meses.
De ahí en más me propuso trabajar con él todas las épocas de navegación y recientemente acabo de terminar el tercer año.
-¿Durante la navegación dictas clases para alguien más?
-Tiene muchos invitados, por negocios, placer y muchos de ellos gente de elite con lo que aproveché fotografiarme pero no puedo publicarlas porque firmé un contrato de confiabilidad. Entonces les dicto clases a esas personas y también a la tripulación, que oscila entre 35 y 40 personas, que es una manera de despejarse. Porque si bien cuando navegamos a veces se puede bajar o no en distintos puertos, también tocan largos días de navegación.
-Recorres mares y océanos gracias al pádel...
-El primer año hicimos todo el Mediterráneo y llegamos hasta Israel; el año pasado estuvimos en el Atlántico porque hicimos toda la costa este de Estados Unidos y ahí cruzamos a Londres para hacer todo el norte de Europa, pasando por Holanda, Francia y España.
Este año arrancó la temporada desde Abu Dabi, salimos todos hacia a Asia, fuimos a Tailandia, Singapur, Vietnam y luego el barco cruzó todo el Pacífico y llegamos a la costa oeste de Estados Unidos. Bajamos desde San Francisco, Los Angeles, San Diego, Panamá donde cruzamos el canal, subimos a Cartagena de Colombia, donde me bajé, y luego el barco volvió a Bahamas. Ahora la idea es llevarlo al Mediterráneo. Es de película lo que me pasó, nunca lo hubiera imaginado, es otra galaxia, esta gente se mueve en un nivel que no lo podes creer.
-Una vez en tierra seguís con la actividad...
-Una vez que termino la temporada de navegación, sigo trabajando en el club Fit Point que tiene un gimnasio muy grande, tiene seis pistas de pádel todas cubiertas y fuera de la nave como le dicen a estos galpones metálicos tiene otras seis al aire libre. Además tienen otro anexo en la ciudad.
-El pádel es un deporte que creció en forma meteórica...
-Hoy por hoy es el segundo deporte de España después del fútbol, ha superado al básquet, al tenis. En ventas de indumentaria deportiva ha batido récords, el pádel es un furor, la gente está encantada.
Ayuda mucho que las fechas del Word Pádel Tour están allá, se hizo muy mediático, tiene muy buenos sponsors, se logró que la televisión transmita los partidos y también se puede ver on line.
Otro aspecto importante son las nuevas generaciones, antes los que practicaban venían del tenis o jugaban al frontón, hoy a escuelas donde los chicos empiezan jugando al pádel, eso hizo que el deporte crezca mucho, y estos niños compiten en un circuito nacional federado, antes jugaban solo los adultos y ahora lo hace toda la familia. Nosotros tenemos un escuelita y una escuela de competición.
-¿Seguís el deporte sanfrancisqueño?
-Sí por las redes sociales, más que nada lo que pasa en el mundo de Antártida Argentina, un club al que le tengo mucho cariño más allá que empecé jugando al fútbol en Presidente Roca. Primero porque crecí en el barrio, Juan de Garay y Aristóbulo del Valle, después en la época que estuve en el club fue muy bonita porque me sentí como en familia desde el primer día.
-Seguramente extrañas pero sentís que tu vida ya está arraigada en España...
-Es imposible no extrañar, si me decís que no extrañas es porque tenés un problema, tengo amistades pero no la complicidad que tengo con mis amigos de acá, que con solo mirarnos sabemos de qué estamos hablando.
Pero la estabilidad económica la tengo allá, donde me rinde más mis horas de trabajo y la de tiempo libre también, entonces tenes un balance entre tus obligaciones y el disfrute, un equilibrio en tu calidad de vida.
-¿Le dejas saludos a tus amigos?
- Seguro, saludos a todos los que me conocen, con el deporte uno creó muchos vínculos y recuerdos bonitos. Aquí en el pádel fuimos pioneros con "Cachi" Cejas, "Tatino" Garrone, "Chini" Ghisleri, el "Trucha" Gariotti, el "Flaco" Lorenzatto, Luis Nicolini. Después vinieron camadas nuevas de chicos que le dieron otro nivel al juego porque en esa época se jugaban con paletas de madera.
En el tenis estuve en la escuela de Gariotti en San Isidro, donde estaban Fabián Clementi, "Cachi" Cejas, Cantagalli, después vinieron Paolo Sargniotti, Jorgelina Cravero.
Después en el fútbol jugué en Roca cuando dirigía "Dada" Gervan y en Antártida cuando estuvo Pecorini y compartí equipo con Gambetta, el "Plumero" Beldoménico, "Bachicha" Diale, los hermanos Marquez, entre otros. Recuerdos inolvidables.