En los pueblos, los velorios y sepelios se sostienen por las cooperativas y comunas
El dolor por la pérdida de un ser querido es algo inevitable en la vida de la gente. En nuestra región, cooperativas, algunos municipios y comunas, ofrecen servicios de sepelios por los que los vecinos abonan cuotas reducidas y se encargan de cubrir los gastos del caso.
El fallecimiento de una persona implica a su familia no sólo el impacto de la sensible pérdida de un ser querido, sino también resolver la burocracia de la despedida, habitualmente muy costosa. En nuestra región, las cooperativas y algunos municipios y comunas, ofrecen servicios de sepelios por los que los vecinos abonan cuotas mensuales reducidas y se encargan de cubrir los gastos del caso.
Los montos van desde los $150 a los $200 pesos el grupo familiar y cubre el traslado de la morgue hasta el lugar donde se prepara el cuerpo, para luego llevarlo a la sala velatoria. Se provee un ataúd estándar y se realizan los trámites del caso, como el certificado de defunción.
En Brinkmann, por ejemplo, la mitad de los socios de la Cooperativa de Obras y Servicios Públicos Ltda. pagan un canon mensual por esta propuesta que incluye todos los gastos que implicado un velatorio, sepelio y hasta traslado, en caso de ser necesario. Es que es común en nuestra zona, que muchos elijan realizar la despedida de su familiar fallecido, en el pueblo que lo vio nacer.
Del 100% de los abonados a los servicios activos que presta la entidad brinkmanense, el 50% toma el servicio de sepelio. Además prestan el servicio a los habitantes de Seeber y Colonia Vignaud.
Como contrapartida, en muchos casos, los vecinos no cuentan con una sala velatoria en su lugar de residencia y por ello, se deben trasladar a la más cercana a su pueblo. Es el caso de Colonia Las Pichanas, cuyo servicio es prestado desde la Cooperativa de Servicios Públicos El Tío- Villa Concepción Ltda. y por ende deben trasladar los restos de la personas fallecida, a "la villa" donde se encuentra la sala velatoria.
El servicio para quienes no estén suscriptos cuesta alrededor de $20 mil pesos frente a los $49.000 que debería afrontar en caso de contratar una empresa privada.
Comunas con sala propia
En Toro Pujio, la única sala velatoria que tiene el pueblo es comunal y funciona desde el año 1993. Si bien el servicio de sepelio depende de la Cooperativa de Servicios Públicos y Sociales La Tordilla , por la cual sus socios pagan un abono mensual, la sala es cedida por la comuna tanto para sus residentes como para los pueblos vecinos.
Parte de la población no cuenta con recursos para afrontar las cuotas del servicio ni -lógicamente- el pago total, por lo que la comuna, mediante un convenio con la cooperativa, brinda el servicio funerario social.
"Es la única del pueblo, ya que no hay una empresa privada que preste el servicio en Toro Pujio y es además una de las pocas de la zona de carácter comunal", destacó a LA VOZ DE SAN JUSTO el presidente comunal Federico Ladra.
"Los vecinos de pueblos cercanos vienen aquí siendo que se trata de un valor más bajo", agregó.
Acapulco, con sentido de pertenencia
Otro caso es el de Acapulco, uno de los barrio de la localidad santafesina de Josefina donde hace tres meses se puso en funcionamiento la sala velatoria que construyó la comuna, para dar respuesta a los vecinos de ese poblado que tenían que trasladarse hasta San Francisco para despedir los restos de sus familiares.
Es la propia comuna la que presta el servicio del velatorio que "no tiene ningún costo para la comunidad. Ninguna persona paga por el servicio de sepelio que cubre un cajón estándar y su posterior entierro", expresó la jefa comunal de Josefina, Jorgelina Sicardi.
"La sala velatoria en Acapulco surge a raíz de una necesidad de la comunidad que no disponía del servicio en su localidad y tenía que irse a San Francisco, sumado al costo que ello significa", manifestó Sicardi. La misma funciona en calle 5 entre la 12 y la 14 y según precisó jefa comunal, un servicio social demanda de una erogación para la comuna de $20.000, valor que compone la compra de un cajón y su posterior entierro.