El sabor de la solidaridad: una donación que se multiplica por cientos de sonrisas
Los chicos del merendero Sueños Compartidos, de Frontera, recibieron la colaboración de la familia de Grido.
Los chicos que asisten al merendero Sueños Compartidos, en Calle Nº 56 155, en Frontera, disfrutaron los exquisitos helados Grido gracias a una donación de Pablo De Simone, propietario de la franquicia en nuestra ciudad, su esposa María del Carmen Peralta y sus hijos.
Además, los De Simone llevaron alimentos no perecederos que reunieron entre todos los franquiciados de las sucursales de Grido de la zona. Y se comprometieron a colaborar con helado una vez al mes.
Lucía, Nora y Mariano Cortez, Belén y Ana Robledo y Betty Medrano son parte del equipo de colaboradores del merendero que abrió sus puertas en la vecina ciudad.
"Estamos muy agradecidos por este mimo. Los chicos están muy contentos", aseguró Betty.
Compromiso social
El emprendimiento de heladerías Grido, además de destacarse por su calidad y la popularidad que alcanzaron sus productos, revela un fuerte compromiso social como empresa.
La donación a Sueños Compartidos surgió de María del Carmen, tras el pedido de colaboración de un amigos de ella. "Marcelo Trosarello, mi amigo, publicó en Facebook que necesitaba ayuda para el merendero. De allí surgió la posibilidad de poder entregarles helado a los chicos", contó.
"Esta misma donación vamos a hacerla una vez al mes. Muchos de estos chicos no pueden ir a una heladería, por eso nosotros le traemos el helado al merendero", agregó Pablo.
Grido cuenta con seis sucursales en San Francisco. "Mientras más crece la ciudad, más crecemos nosotros, y en ese camino, entendemos que ayudar a los que menos tienen también es nuestra función".
La familia acostumbra hacer donaciones en La Rinconada, en el departamento Río Seco, al norte de la provincia de Córdoba. "Conocemos gente que vive en ranchos, que necesita que la ayuden y nosotros colaboramos", indicaron.
De Simone y su familia proyectan poder colaborar con más merenderos. "Te moviliza el corazón verlos contentos. Mi hijo Mateo de 7 años, tiene autismo y sin pensarlo, se sentó con los chicos a tomar un helado. Es un momento que llena el alma".
Navidad en el merendero
Betty, al igual que el resto de las personas que trabajan en el merendero de Frontera, dijeron que cada vez son más los chicos que concurren todas las tarde, de 17 a 19 a tomar la merienda.
Hoy, la rutina no será diferente para estos colaboradores, los chicos también recibirán la merienda de 16 a 18, antes de Nochebuena.
"Hay mucho trabajo en esto, todo a pulmón. Recibimos muchas donaciones pero tenemos hasta 100 chicos por tarde. Necesitamos que la gente colabore con leche y azúcar, que es lo que más nos hace falta", explicó la mujer.
Durante el verano, el merendero que funciona en el garaje de la casa de Mariano Cortéz, continuará trabajando durante el verano. "Cada vez hay más necesidad. Hay muchos niños y necesitamos que nos ayuden", afirmaron.